dulce tentación» h.s [mature] EDITANDO

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-No es eso amor, pero en serio, ahora no puedo- susurro y la beso. Ella se separa de mi y comienza a caminar hasta el baño. No otra vez, no- Mila, no entres a ese jodido baño- ordeno y ella solloza. En cuanto la veo, ella toma su teléfono del suelo y sale, golpeando su hombro con mi brazo. Suspiro- amor-

-¡No, Harry! Te estas comportando extraño conmigo y no me gusta- solloza y siento mi corazón romperse al verla llorar por segundo día consecutivo. Mila es tan sentimental y eso me encantaba pero a la vez me rompía el corazón- dime que hago mal y lo repararé- exclama y yo niego.

-Tu eres perfecta, princesa. Simplemente no puedo follar en este momento- murmuro y ella bufa.

-¡El problema es ese! Nosotros siempre follamos cuando tu quieres, pero no cuando yo quiero- exclama y yo trato de acercarme a ella- ¡No, yo soy una princesa y yo hago las reglas!- murmura y me evito sonreír por su frase y el tono de voz que había usado.

-Amor, tranquilízate ¿si? Te prometo que cuando no tenga este... Problema te follare como nunca- la tomo de la cintura y ella se separa bruscamente de mi. Woah, jamás pensé discutir con Mila por sexo.

-¿Qué problema?- exclama enojada y yo suspiro. Piensa Harry, piensa.

-La empresa esta decayendo y estoy tan agobiado, no sé que hacer, creo que Des era mejor en su puesto que yo- miento en un susurro. Entonces escucho como ella jadea y se acerca a mi, abrazándome de mi brazo. ¡Mierda que buen escape!

-Tu eres mejor que él en todo, quizás son tiempos difíciles papi, pero no te sientas así ¿vale? Te quiero- murmura y besa mi mejilla. Asiento y veo como ella camina hasta el pequeño refrigerador del hotel y toma una de las galletas veganas que Zayn había comprado ayer. Arrugo mi nariz, ella abre el paquete e introduce un pedazo de la galleta en su cavidad bucal, saboreando el contenido- estás galletas están deliciosas- exclama y busca más en el refrigerador, terminando con cinco en su mano. Se sienta al otro extremo de la cama y enciende el televisor, justo como si nada hubiese pasado. Suspiro y me introduzco al baño-ya limpio- y me deshago de mis prendas. La razón por la que el teléfono de Mila seguía en el suelo, era porque ella lo recordaba y si cambiaba algo que ella recordase se alteraría y yo no quiero eso. Pero otra cosa que la altera es el no tener lo que quiere y bueno... El buen sexo que yo le doy es una de esas cosas, pero ambos tenemos que evitarlo. Y lo peor de todo es que iríamos de vacaciones en unos días, ¿a dónde? No tengo ni puta idea. He escuchado que hay una playa casi a catorce horas de aquí en barco, llamada Cala Marilu en Cerdeña. Se ve preciosa, creo que la llevaré ahí. Abro la llave del baño y cierro la puerta con llave, evitando que Mila entre y no pueda contenerme. Me baño lo más rápido posible y entonces mi mano roza con mi miembro erecto. La puta que me parió, Mila siempre tiene este efecto en mi. Acaricio mi miembro con mi mano y suspiro. Necesito una buena paja.

Desearía que Mila estuviese aquí, succionando mi pene, mirándome con esos ojos de inocencia y batiendo sus pestañas. Amaba verla tratar de meter todo mi miembro en su boca y la manera en que me hacia una mamada. Entonces comienzo a masturbarme, muerdo mi labio, evitando que cualquier sonido saliera de mi boca.

-Dije, papi quiere que lo montes. ¿Entendido?- pregunté con rudeza y ella asintió- vale- besé su frente, entonces ella comenzó a moverse hacia enfrente y hacia atrás. Ambos comenzamos a gemir, y unos minutos después ella comenzó a dar pequeños brinquidos- mierda, así- gruñí. Ella se sostuvo de mis hombros y comenzó a incrementar el ritmo de sus brincos.

-Ah- exclamó, yo tomé su barbilla y la besé, sus movimientos paran por unos segundos. No. La tomo de las caderas y comienzo a moverme- joder- Mila chilló en cuanto yo la embestí con dureza.

-¿Te gusta?- pregunté y ella suspiró, repetí e movimiento- ¿a la pequeña zorra de papi le gusta como la follan?- juego y ella asiente- papi no piensa dejar que salgas de ese auto con equilibrio en esas delgadas, pequeñas y preciosas piernas- gemí, y ella sollozó. Ví como Mila cerraba sus ojos y arqueaba su espalda.