five days with david: day two

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—¡Joder David para!— grito en cuanto siento el líquido blanco en mi cara— ¡Ugh!— chillo y él comienza a reír.

—¡Es sólo leche!— dice riendo y yo comienzo a limpiar mi rostro con una toalla.

—Es asqueroso cuando la tienes en tu cara— digo frunciendo el ceño.

David y yo decidimos desayunar panqueques, pero al intentar ser graciosa tirándole un poquito de harina en su rostro él decidió hacer una guerrilla. Ahora estaba llena de harina y leche. Bien, que me eche huevos y me meta al horno de una vez.

—Es lindo en ti— me dice y besa mi nariz, se separa y hace una mueca. Ruedo los ojos.

—¡Vamos! Tengo hambre— digo. Y él comienza a reír mientras limpia el desastre— si fueras mi sirviente, te despediría— digo al ver el desastre de agua y polvo. Él frunce el ceño. Comienzo a batir los ingredientes en un bowl y una batidora. En cuanto termino camino hacia la estufa donde se encontraba una sartén recalentada, tomo el cucharón y vierto un poco de la mezcla en la sartén, joder quizás sea chef de adulta.

—Imagina— dice David tomándome de la cintura, pegándome a su pecho desnudo— que estamos tú y yo en nuestra propia casa, nuestros niños esperando su desayuno hecho por su chef favorita— besa mi hombro, yo comienzo a sentirme nerviosa.

—Dav–

—Ellos corren por los pasillos, peleando por quien llega primero— me interrumpe—y quien tomará el platillo especial de mami— suspira.

—David— suspiro— ¿no crees que somos demasiados pequeños para pensar en... Todo eso?— digo. El suspira.

—Tengo dieciocho años, Mila. Casi diecinueve — me dice alejándose de mi, volteo el panqueque. Joder casi se quema— yo estoy en edad de pensar en mi futuro. Sé que tú apenas tienes dieciséis, pero joder— bufa— pensar un poco en tu futuro no hace daño, linda.

—Y-yo–

—¡Sería perfecto!— exclama— nuestro apartamento, decorado por ti, tus colores favoritos en toda la casa, muebles, decoraciones y todo escogido por ti. Nuestros dos preciosos hijos vestidos por ti, tú comprando toda la ropa del mundo, cocinando, y vistiendo siempre sensual para mí. Sería nuestra vida perfecta— dice y finalmente me toma de la cintura, río nerviosa.

—Wow— digo en una pequeña risita— lo tienes planeado todo— digo y el besa mi nariz— pero, tienes que disfrutar el momento tontín. Vive mientras seas joven, piensa en el futuro después— digo y volteo para ver el panqueque quemado— como por ejemplo esto, si no hubieras pensado en el futuro, el panqueque del presente estaría perfecto— digo y lo tiro a la basura.

—¿Enserio jamás has pensado en tu futuro?— me pregunta y yo niego— ¿ni siquiera en... Nuestro futuro?— suspiro y niego— wow, me siento la chica en esta relación— dice y le doy una sonrisa de lado.

—Yo vivo el momento, Dav. Eso lo sabes— sirvo dos panqueques que hice en lo que ambos hablábamos, les coloco mantequilla y después de que se derritiera le puse crema batida, chocolate y fresas. Se los doy a David y el sonríe.

—Tienes razón, bebé— le dice y suspiro de alivio por dentro— dejaré de pensar en esas cosas tontas y me concentraré en el momento dice y se mete un pedazo de panqueque a la boca— miegda eftan buenifimof— me dice con la boca llena de comida señalando los panqueques, hago una mueca de disgusto pero a la vez río.

—Iugh— digo riendo y el traga su comida. Y comienza a reír también.

Después de todo, el presente con David no está mal.

dulce tentación» h.s [mature] EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora