Capítulo 33.

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Me oculte tras unos letreros que se encontraban ahí, de tal forma que ellos no pudieran verme pero yo si a ellos. 

Ambos reían sobre quien sabe que cosa mientras patinaban. Mi vista se situó en sus manos entrelazadas. 

El sentimiento de querer golpearla me invadió de nuevo. Apreté los puñado a mis costados y seguí observándolos. 

Mi prima le susurró algo a su oído y Jos rió. 

Maldita.

"Celos de tus ojos cuando miras a otra chica tengo celos, celos." 

Mi subconsciente comenzó a cantar. 

Maldita subconsciente, deja de cantar. 

Comencé a idear un plan para arruinar su "cita" pero nada era suficientemente bueno para arruinarlo. 

Tampoco podía a parecer y gritarle a mi prima que se alejara de Jos porque me vería como una total lunática. 

Piensa Melissa, piensa. 

— Hola Melissa. — Dijo alguien tras de mi lo que provoco que saltará por la sorpresa. 

Me gire a ver quien me había hablado y me encontré con William quien sonreía.

Perdón, no fue mi intención asustarte. — Se disculpó amablemente. 

Descuida, está bien, que bueno verte. — Respondo volviendo a observar a Karime y Jos. 

Lo mismo digo, siempre es grato verte. — Respondió aún tras de mi. — ¿A quien espías? —

Me congele sin saber que decir. 

Eh... A nadie. — Sonreí lo más normal que pude. 

¿Segura?

Sip.

Bien, entonces te creo.

¿Qué te trae por aquí? — Pregunté tratando de hacer conversación. 

Nada importante en realidad, sólo vine a pasar el rato. — Me sonrió. — ¿Qué hay de ti?

Oh, nada, vine a pasar el rato igual.

—Entonces ¿te molestaría pasar el rato conmigo? Digo, sólo si quieres. —

Mire hacia la pista de patinaje que ahora se encontraba vacía. 

¿Dónde habrán ido? 

Me gire a ver a William quien aún esperaba mi respuesta. 

Supongo que estaría bien. — Respondo. 

Ambos comenzamos a caminar sin un destino fijo por toda la plaza. 

Trataba de buscar a Jos y Karime con la mirada pero no habían rastros de ellos por ningún lugar.¿Se habrán ido? 

Después de caminar y hablar un rato decidimos decidimos descansar. 

¿Quieres un helado? — Me pregunto William cuando observamos el puesto cerca de nosotros. Asentí y me senté en una de las mesas mientras William iba por los helados. 

¿Melissa? — Otra voz a mis espaldas hablo haciéndome sobré saltar del susto. 

¿A caso hoy era el día de asustar a Melissa? 

Me gire encontrándome con dos familiares rostros frente a mis ojos. 

Jos y Karime, me veían confundidos y sorprendidos a la vez. 

(EN EDICIÓN) Un Deseo » J.C.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora