Capítulo 21.

1.7K 155 1
                                    

Miré el reloj por última vez, era tiempo de que Jos pasara por mí. 

¡Melissa! ― Mi madre llamó desde abajo. 

Tomé un bolso que combinara con mi vestido floreado y guardé allí mi teléfono. Bajé las escaleras corriendo como de costumbre. Jos estaba de pie en la puerta, charlando cómodamente con mi madre. Su mirada se dirigió a mí, le sonreí y él lo hizo de vuelta. 

Hola Jos. ―

Melissa... 

Hubo silencio por unos segundos ambos intercambiábamos miradas, era como si el tiempo se congelara por unos instantes. 

Mi madre carraspeó la garganta haciéndome volver a la realidad. 

Oh vaya, se está haciendo tarde, supongo que deberían irse ya para regresar temprano a casa. 

Mi madre me dió un empujón un poco brusco hacia adelante y si no fuera porque me sostuve de la puerta hubiera sido una caída segura al suelo. 

Le tire una mirada reprobatoria recibiendo que me volteara los ojos como respuesta. 

Si supongo que es lo mejor. ― Jos habló. ― ¿Nos vamos?  

Moví la cabeza asintiendo. 

Lleguen temprano. ― Ordenó mi madre. 

Por supuesto. ― Dijo Jos con amabilidad. 

Lo tomé del brazo llevándolo arrastras fuera de mi madre, tan solo no quería que me dijera algo más o me avergonzara. 

¿Sabes andar en bici? ― Me preguntó Jos una vez afuera. 

Uhm si, ¿Por qué? ― Pregunté un poco dudosa, no andaba en bici desde ya hace mucho. 

Que bien porque daremos un paseo. 

― Pero Jos, no tengo una bicicleta. ―

Él ladeo su cabeza hacia un costado señalándome el par de bicicletas que descansaban sobre la acera. Fruncí el ceño un poco confundida. 

Vine preparado. ― Se encogió de hombros. 

Le sonreí y lo seguí hacia donde estaban las bicis. Él me entregó una bici morada de canasta, él en cambio tomó la roja con algunos adornos azules.Coloqué mi bolso en la canasta y me senté en el asiento de la bici. 

¿A dónde iremos? ―

Solo sígueme. ― Indicó. 

No lo cuestione más y lo seguí. Jos llevaba la delantera y yo estaba justo detrás de él. 

Nos dirigimos a las afueras de la ciudad. 

¿A dónde iremos? No tengo la menor idea. 

Continúe pedaleando detrás de él, solo espero que donde sea que vayamos no esté tan lejos pues no soy nada atlética y andar en bici digamos que no es mi fuerte. 

Frenamos poco a poco ya que había que bajarnos para subir por una colina y pedaleando era muy complicado subir. Al llegar a la punta nos acomodamos nuevamente y bajamos deslizándonos por el cerro, debo admitir que bajar por allí fue mi parte favorita de todo el viaje, pues no tuve que pedalear para nada, solo me dejé llevar. 

Jos giró hacia el costado derecho entrando hacia un caminito de tierra, lo seguí tratando de no caerme con alguna de las rocas que estaba ahí. Nos detuvimos bajándonos de las bicis y continuamos a pie siguiendo el caminito de piedras. Llegamos hacia un arco de madera que tenía enrolladas unas cuantas enredaderas, nos adentramos al lugar y pude apreciar perfectamente todo el terreno, el pasto cortado finamente y el paisaje del alrededor, hay grandes árboles que proveen una gran sombra.

(EN EDICIÓN) Un Deseo » J.C.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora