Se calló en seco cuando volvieron a sonar los golpes. Eran unos golpes fuertes en la puerta, en la parte de atrás de la casa. Volvimos a toda prisa a la cocina y volvimos a hallarnos junto a la puerta, con un expresión de estupor en la mirada.


– No hay nadie – informé –. ¡Nadie!

– Alguien ha tenido que llamar – dijo Chanyeol, rascándose la nuca –. Lo hemos oído con toda claridad. 


Dirigí de nuevo una mirada acusadora a Chanyeol, y éste se pasó la mano por el pelo, suspirando.


– ¡Pero mira, no hay nadie afuera! – chilló él –. No me mires así, Baekhyun. Yo también lo he oído, quizás el viento esté zarandeando algo que golpea la casa, ¿no? – apuntó –. Puede que sea un postigo mal cerrado.

– No hay postigos en las ventanas de este Chalet – le recordé.


Fui lo más cerca hasta la puerta y apoyé la frente en el frío cristal. La nieve seguía cayendo sin descanso formando un ondulado velo que apenas me permitía vislumbrar el frente. Casi no distinguía más allá del porche.


– No hay pisadas – observé. 


Estremecido por un escalofrío, di la espalda a la ventana. Y entonces volvieron a oírse los golpes. Primero uno muy fuerte. Luego otro.


– Creo que viene del porche de atrás – dije, haciendo visera con las manos, tratando de ver mejor entre tanta nieve. 


Fue como intentar traspasar con la mirada una masa de algodón. De nuevo se oyó el ruido. Era una serie regular de golpes que sonaban muy cerca.


– ¡Ah, ya lo veo! – grité –. Es la caseta de los esquís, en el cobertizo.

– ¿Sí? – Chanyeol acudió a mi lado y se puso a escrutar la oscuridad.

– ¿Ves? – señalé la caseta metálica blanca que había en un extremo del cobertizo –. La puerta está abierta y golpea contra el marco. Creo que mi chófer no la a cerrado bien. 

– Bueno, al menos hemos resuelto un misterio – dijo Chanyeol con un suspiro de alivio.

– Vamos a cerrarla – indiqué, apremiante –, o nos volveremos locos con esos golpes.

– Déjalo – dijo Chanyeol –. Podemos cerrarla cuando deje de nevar.

– No, vamos ahora – le tiré del brazo –. No soporto ese ruido. 


Cogimos los primeros anoraks –chaquetas de invierno– que encontramos a mano, nos lo pusimos sobre los hombros y salimos por la puerta trasera. Tan pronto pusimos un pie en el porche, el viento nos arrojó la nieve a la cara y nos obligó a protegernos los ojos.


– Baek, me siento como si estuviera en una bola de nieve – exclamó Chanyeol –. Una de esas bolas de cristal que al agitarla deja flotando la nieve por todas partes.

– Sí. Hace tanto viento que no se sabe si la nieve cae o sube del suelo – comenté.


Nos abrimos paso hacía la caseta, hundiendo los pies en la nieve. La puerta metálica chocó con violencia contra el marco y luego el viento volvió a abrirla. Me quité la nieve de la cara y seguí detrás de Chanyeol hasta la caseta. Él alargó la mano hacia la puerta, pero el viento la alejó de su alcance. Los dos soltamos un grito de estupor al ver algo que caía de la caseta de los esquís y que golpeaba con un ruido seco contra la nieve.


Vi una cara, vi un cuerpo rígido, vi el cadáver helado de alguien.            


– ¡Nooo! – de mi garganta brotó un aullido de pavor cuando miré al suelo.



⭐⭐⭐⭐⭐

Aclaro que este no es un fanfic de terror o similar, solo le estoy dando un toque diferente porque quería cambiar algo y era necesario. No os preocupéis, tendréis un poco de drama dentro de poco. Y espero que les haya gustado este capítulo, esperad al siguiente 

 Y espero que les haya gustado este capítulo, esperad al siguiente ☺

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Lots of Love, de una romántica empedernida. XXX // 

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⏰ Last updated: Dec 15, 2016 ⏰

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CHALET ↬ ChanbaekWhere stories live. Discover now