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Inhala, exhala, inhala, exhala, Shaile ha sido capturada y no sé qué sean capaces de hacerle, he perdido conexión con ella y no sé dónde la retendrán, maldigo por dentro toda mi mala suerte, si es que es correcto creer en la suerte en este tipo de...

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Inhala, exhala, inhala, exhala, Shaile ha sido capturada y no sé qué sean capaces de hacerle, he perdido conexión con ella y no sé dónde la retendrán, maldigo por dentro toda mi mala suerte, si es que es correcto creer en la suerte en este tipo de situaciones. ¿A dónde iré? No puedo volver a mi apartamento y no conozco a nadie más que pueda acogerme. Empiezo a vagar por las aceras de la ciudad sin un rumbo específico y mi estómago empieza a retumbar, miro a mis alrededores buscando dónde pueda alimentarme y encuentro una pequeña cafetería con un brillante letrero LED con el nombre y avisando que trabaja las 24 horas, avanzo hasta ella y al acercarme a las puertas, éstas se abren y entro al pequeño lugar, un televisor está empotrado en una pared al fondo de la cafetería y una barra se extiende por todo el local, varios paneles en el techo iluminan la cafetería, detrás de ella está una chica limpiando un vaso de vidrio con un paño rojo y varias máquinas de café y jugo.

—Buenas noches —le digo a la mujer en la barra— desearía un café, cargado por favor —espero que con una carga de cafeína me relaje un poco de todo lo que me está sucediendo.

—Claro, un segundo —la chica se voltea y se acerca a una máquina de café, oprime varios botones y el café empieza a caer sobre un vaso de cartón, inmediatamente pienso en la gran máquina de café que cubre la entrada al sótano y todo lo que me ha sucedido alrededor de ella.

—Aquí tienes joven —me responde, entregándome el vaso con el café dentro—, son 4 Belios.

—Muchas gracias —intento sonreír pero el miedo no me deja, le pago la bebida.

Me siento en una de las mesas ubicadas de manera desordenada por todo el restaurante y empiezo a beber el café lentamente, empiezo a temblar mientras el líquido baja y pienso en lo que le podrían estar haciendo a Shaile "no le haremos daño, la usaremos... para otra cosa" fue lo que dijo el CEO en la primera y última llamada que había tenido con ella.

Termino de tomarme el café y salgo de la cafetería, la cantidad de autos en las calles ha disminuido, y al revisar la hora descubro que ya es muy tarde. ¿Seré obligado a dormir en la calle? La noche está congelada, y si no fuera por el uniforme y una chaqueta abrigada que me traje, me estaría congelando. Sigo caminando sin rumbo e indeciso sobre lo que tenga que hacer. Cuando de pronto, mi mochila empieza a vibrar, me detengo y saco de ella mi pantalla táctil, la cual estaba generando esa vibración.

—¿Marcus? —dice una voz salida de la pantalla táctil, está acompañada de estática y suena trabada, por lo que no reconozco de quién sea.

—¿¡Shaile!? —suelto esperando que haya logrado escapar y se haya podido comunicar conmigo.

—¿Qué es eso de Shaile? —me responde la voz de la pantalla—, perdón por conectarme a tu pantalla. ¿Eres Marcus, verdad?

—S-si —le respondo a la misteriosa voz, la cual reconozco de un hombre, joven.

Destino S.A.Where stories live. Discover now