CAPITULO CUARENTA Y TRES

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Daniel

–– ¿Listo?—preguntó ella con una mano en la cerradura de la puerta.

––Por favor. —asentí ansioso.

Abrió y entré detrás de ella. La habitación estaba repleta de todo tipo de juguetes para bebés. La mujer que suponía los cuidaba salió, dejándonos solos con los cinco mini-humanos.

Bree me había explicado que solo tres de ellos eran míos. Se debía a un fenómeno del cual no recordaba el nombre. En fin, yo tenía amor para todos.

–-Daniel, te presento a Paige, Peter,  Haiden, Hunter y Halen.

Ella sonrió y me invitó a ponerme a su lado en la gran cuna. Me acerqué para poder verlos mejor.

Eran preciosos. Todos con una piel blanquísima y unos ojos enormes rodeados de pestañas larguísimas. Eran tan encantadores como su madre.

Cuando Aubrey llegó a mí con la noticia de que tenía tres hijos míos despertó ciertos sentimientos que creí haber olvidado. Siempre me había sentido locamente atraído hacia ella, pero estaba conforme con hablarle y fumar juntos algunas veces. Las chicas como ella no se juntaban con chicos como yo. Tal vez ahora la historia podría dar un giro diferente.

Quería estar con ella. Quería estar con los niños. Con los cinco. Iba a acercarme tanto como pudiera. Me atrevería a hacer todo aquello que no pude antes.

Iba a conquistarla.

Me tragué mis pensamientos y hablé:

––Son hermosos. Son perfectos. Como tú.---sonreí.

Alcancé a ver como sus mejillas se ponían un poco más rosadas de lo normal. Tenía un efecto en ella. Al menos eso podría significar algo. Tal vez podría tener algo con ella.

––Tal como te dije antes, Daniel. No tienes que sentirte comprometido a responder por ellos. Solo creí que era correcto decírtelo.

––Yo también te lo dije antes. Quiero estar con ellos y verlos crecer. A todos ellos. Los quiero.

Ella no respondió. Yo tampoco volví a hablar.

Jamás hubiera creído que pasar cinco horas seguidas observando bebés fuera tan relajante y divertido. Tal vez se debía a que eran los bebés más hermosos del mundo, y a que eran míos.

Me comprometí a volver al día siguiente y me marché a casa, no sin antes darle un beso en la mejilla a Bree.

Varias calles más adelante tuve la extraña sensación de que alguien me seguía. La misma camioneta negra iba cruzándose por mi camino desde algún rato.

Me estremecí y conduje más rápido en un estéril intento de perderlo. Mala idea. Lo único que logré fue entrar a un callejón sin salida y aquel auto seguía detrás de mí. Sus vidrios oscuros no me permitían ver al conductor.

Hasta que bajó.

Era alto y corpulento. Vestía ropa oscura y no llevaba pasamontañas. Todo indicaba que no necesitaba cubrir su identidad y que le daba igual si yo me enteraba de lo que planeaba hacer. Como si lo que fuera que quisiera, fuera a ser perfecto.

Tenía la piel pálida y el cabello oscuro. La noche no ayudaba a descifrar si era negro o castaño.

Un sujeto más apareció a su lado. Tenía las mismas características, pero menos alto y con menos músculos.

Miré hacia todos lados. No había manera de escapar. Estaba perdido.

Tal vez solo busquen dinero.

El primer tipo dio dos toques en mi ventanilla. El segundo se posicionó frente a mi auto y apuntó a mí directamente con un arma. Por algún motivo, sentí que no fallaría en caso de apretar el gatillo.

Con miedo, bajé el vidrio.

––Sal del auto, niño bonito.---me ordenó el tipo corpulento con voz amable.

–-Tengo dinero... P... puedes llevártelo.---dije con las manos en alto.

Él se rio como si le hubiera contado el mejor chiste del mundo.

––No quiero tu dinero, pedazo de imbécil.

–– ¿E... Entonces?

––Te quiero lejos de mi chica.

––¿Tu chica?

––Aubrey Cage. MI CHICA. Paige, Peter, Haiden, Hunter y Halen. MIS HIJOS. ¿Lo captas?

¿De qué se trataba todo aquello? ¿Él era quien secuestró a Bree?

Por supuesto que sí.

––No sé de quién hablas...

––Déjame recordártelo.—dijo con amabilidad y entonces me golpeó la sien. Caí al suelo.

La suela de su zapato a punto de estrellarse contra mi cara es lo último que recuerdo de esa noche.








En multimedia Daniel y Hunter:3


-Monica

VÍCTIMA: El Rapto De Bree - Shawn MendesWhere stories live. Discover now