CAPITULO VEINTISEIS

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Shawn

Estaba acostado en mi habitación cuando escuché quejidos y sollozos. De Bree.

Lo arruiné y feo.

Decidí que tenía que pedirle perdón. Bueno, más que eso. Ella no tenía la culpa de mis problemas. De hecho, ella era una víctima en todo esto. Todo lo que estaba pasando era mi responsabilidad.

Salí de mi cuarto y caminé instintivamente al de ella. Se encontraba en su cama con los ojos cerrados, llorando y moviéndose desesperadamente. Pesadilla, me dije. Las había estado teniendo desde unas noches atrás. Eso era añadir una cosa más a mi lista de preocupaciones.

—-Hey Bree. —dije tomándola por los hombros. Ella no despertó. Continué moviéndola delicadamente, no quería asustarla más de lo que estaba.

Abrió los ojos y vi terror en ellos, al igual que lágrimas. Se sentó de golpe.

–– ¡Shawn!—jadeó y se pegó a mi cuerpo rodeándome con sus brazos.

––Aquí estoy. Estás a bien.  Estas a salvo. Yo te cuido. —susurré acariciando su cabello.

––Quédate conmigo. —Pidió.---No quiero estar sola.

Me recosté a su lado abrazándola tanto como su vientre nos permitió. Le di un beso en la frente y susurré: ––Todo el tiempo que me necesites.

Y así de fácil ambos supimos que las cosas ya estaban bien. Ella era tan buena que era capaz de perdonarme todo.


–– ¿Para qué me llamaste?—pregunté sin saludar.

––-¿Así que esa es tu amada Bree?—dijo ella con burla, e ignorando mi pregunta.

––-¿Qué quieres?

––-¿Sabías que la CÍA la está buscando? Incluso su familia ofrece una recompensa bastante numerosa a quien les dé datos de su ubicación. Suena tentador, ¿no lo crees?

––No te atreverías. —dije enojado, casi gritando.

––-¿Y quién va a impedírmelo? ¿Tú? ¿Shawn Mendes? ¿El miembro inexperto de una banda de asesinos? No me hagas reír.

––-Te sorprendería lo que soy capaz de hacer por ella.

–– ¿Es una amenaza? No me asustas. Si quieres matarme, hazlo. Hay alguien más que conoce tu secreto. Hablará si me pasa algo. Tú y todos tus compañeros van a ir a prisión y nunca vas a volver a ver a Bree. Todo está a una llamada de distancia.

Me quedé callado. Ella sonrió con una ceja enarcada.

–– ¿Qué es lo que quieres?—no necesitaba decir la frase completa para que lo entendiera. ¿Qué quieres a cambio de mantener la boca cerrada?

––Quiero tener todos las atenciones que tienes con ella. Que cumplas mis antojos, que vayas conmigo a la revisión, que compres cosas para nuestro bebé, que me mires como la miras a ella.

––-Eso es imposible. —me burlé. —No puedo mirarte como a ella. No soy tan buen mentiroso.

––-Quiero todas las atenciones que le das a ella o yo hablo. Es tu elección.

Me tenía atado de pies y manos. Tuve que aceptar o iba a perderla para siempre.

Los días siguieron pasando y yo no sabía qué hacer. Tenía que esconder a Bree de Arzaylea inmediatamente pero, ¿cómo hacerlo?

Estaba considerando seriamente la idea de irnos de la ciudad de nuevo. ¿Estaría Bree dispuesta a hacerlo? Aunque ella accediera, no podía hacerles eso a ella y a mis amigos. Ya teníamos nuestra vida puesta aquí, teníamos una linda casa; éramos una "familia normal". No podía llegar y decirles de buenas a primeras que nos marchásemos, sobretodo sin darles explicaciones.

Las cosas no mejoraron mucho cuando llegó un sobre a casa. Por suerte, Adam, lo vio antes que nadie más. Antes que Bree.

Adam era como el hermano que jamás tuve y que en ese momento necesitaba. Él se limitó a preguntar qué pasaba y escuchó todas y cada una de mis palabras. Cuando terminé no hizo nada para criticarme y pareció analizarlo todo desde un punto de vista comprensivo. "No cabe duda que donde pones el ojo, pones la bala, Mendes." Dijo en broma. Prometió que intentaría ayudarme a que al menos Arzaylea no se acercara a casa ni mucho menos a Aubrey, pero que tarde o temprano una de las dos iba a ceder. O la castaña hablaría, o Bree exigiría una explicación. O ambas.

El día de la visita al ginecólogo de Arzaylea era dos días antes que la de Bree, le exigí que al menos cambiara de doctor. ¿Cómo iba a ver a la cara a Nina dos veces al mes con mujeres diferentes pero con el mismo periodo de embarazo? Afortunadamente ella aceptó, así que nos encontrábamos en el consultorio. Bree se había quedado en casa con Maia y los chicos habían salido, a excepción de Adam, quien se había quedado rondando cerca de casa.

Lo único que podía hacer era desear que todo esto terminara bien para todos.


ESTO SE VA A DESCONTROLAAAARR!


-Monica

VÍCTIMA: El Rapto De Bree - Shawn MendesWhere stories live. Discover now