VÍCTIMA: El Rapto De Bree - Shawn Mendes

CAPITULO TRES

Bree.

Las Olimpiadas estaban a solo una semana de distancia, así que Ava, Kim  y yo habíamos empezado a correr la voz sobre la fiesta.

Invita a quien quieras, pero asegúrate de que Liam no se entere.

Esa era la condición que le poníamos a todo el mundo.

No tenía nada contra él, pero era demasiado clásico. El chico bueno y amable que se lleva bien con tu familia, te respeta y te toma de la mano o te besa justo cuando nadie está mirando. El que te carga la mochila y te ayuda a sacar buenas notas. El que te apoya y te consuela cuando tienes problemas. No es que me desagradara del todo que fuera así, pero yo no tenía necesidad de afecto, sino de diversión.

Lo que yo buscaba era a un chico que me demostrara que me quería frente a todo el mundo, no a escondidas. Alguien que bailara conmigo los sábados. Alguien que me hiciera sentir cosas especiales y con quien pudiera experimentar. Liam definitivamente no era ese chico, sin embargo estaba con él. Lo prefería a él que a otro.

A la hora del almuerzo, salí del campus con mis amigas para empezar a comprar las cosas de la fiesta, pero Liam nos detuvo.

––Hola chicas, ¿A dónde van?

––-Humm... yo.... —me quedé estática.

––-Íbamos a llevar a Bree a casa. No se siente muy bien. —Intercedió Ava.

––-No se preocupen, chicas. Yo me encargaré. —decidió el castaño después de inventar un dolor estomacal.

Abrí los ojos como platos. Eso arruinaba mis planes.

Por más que Ava y Kim insistieron en que no era necesario, al final terminé yendo a casa con Liam a pasar la misma tarde aburrida de siempre.

Me cargó en brazos hasta mi habitación, me recostó en la cama y luego salió de la habitación para volver con un té que, según él le había dado Nani, mi nana.

––Bree. ¿No hay nada nuevo que quieras contarme?

Ya se enteró de la fiesta. Pensé.

––No. —le mentí por segunda vez aquel día.

–– ¿Segura?---sentí. —Es que yo... he escuchado cosas...

–– ¿Qué clase de cosas?—pregunté.

––Pues... Sé que no debería dudar de ti. Ni siquiera sé por qué estoy haciendo esto.

––Habla ya Liam. —Ordené seria.-— ¿Qué te dijeron?

Sonrió con melancolía, me besó la frente y negó con la cabeza.

––Déjalo, es una estupidez.

––No. Vas a decírmelo ahora mismo. Si no lo haces tú, alguien más lo hará.

Vaciló y frunció el ceño. Era obvio que se debatía entre decirme o no.

–– ¿Es cierto que me estas engañando? ¿Qué me engañas con otro?

Taylor. Esa mojigata lo va a pagar muy caro.

–– ¿Qué? ¡No! ¡Por supuesto que no!

Liam tenía la cabeza agachada, así que lo tomé de las mejillas y tiré de él suavemente para que me mirara.

–– ¿Confías en mí?

––Sí. Es solo que a veces...

––A veces, ¿qué?

––-Creo que a veces te aburres de mí. Que prefieres estar con tus amigas, salir a bailar, no sé...

Claro que sí.

––-Claro que no. Sabes que te quiero Liam.

––-Pero solo eso. Solo "me quieres".

No dije nada más y lo besé. Lo hice solo porque no tenía idea de que más decir. Yo podía ser muchas cosas, pero no era capaz de decirle que lo amaba sin ser cierto.

* * *

Liam no vaciló al esconder su cabeza entre mis piernas. Me sorprendió. Él nunca hacía las cosas de esa manera. Era tan.... Jodidamente sensual.

––Te quiero. —susurró antes de caer rendido en mi cama, con la cabeza en mi regazo.

"Yo no sé si lo hago".

-Monica