Ni el amor. Ni el sentimiento que sentía por Michael me permitía moverme.

- No pienso marcharme. - Dijo desabrochando su abrigo y quitándoselo para caminar hacia el salón y poder dejarlo en el sofá como si estuviera en su propia casa.

- Antes te daba igual... - Susurré con los ojos cerrados cerciorándome de que, iba a quedarse.

- Nunca me ha dado igual.

Había podido oír mis palabras aunque pensaba que no había podido captar mi discreto y apagado tono de voz.

Giré sobre mis propios talones para encontrarme con su delgada figura masculina detenida junto al sofá, con sus brazos cruzados y su mirada fija en mi. Tal y como siempre hacía, recorrió mi anatomía con sus ojos y respiró hondo.

- Necesito dormir - susurré bajando la mirada hacia mis pies descalzos.

Encogió sus hombros y miró las escaleras : - me quedaré aquí.

- No.

- ¿No? - Esbozó una sonrisa. - Yo creo que es necesario que me quede.

- No te he pedido que lo hagas.

- Pero voy a quedarme. - Sentenció.

Como no quedaba otra y sabía a la perfección que iba a quedarse aunque no quisiera, subí las escaleras sin ni siquiera mirarle y me encerré en mi habitación pensando en el raro reencuentro que acabábamos de protagonizar los dos.

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Porque parecía que el miedo y la tristeza habían desaparecido como por arte de magia abrí los ojos por completo tras haber parpadeado unas cuantas veces seguidas. No sabía porqué pero desde que falleció Mark me costaba mucho poder dormir sola y del tirón sin despertarme continuamente, quizás la voz de mi conciencia seguía siendo mas fuerte que yo misma, pero, al verle ahí lo supe, entendí porqué había conseguido descansar como tanto echaba de menos.

Michael estaba sentado a mi lado en la cama, con un libro entre las manos y leyendo en voz alta.

Estaba leyendo para mi. Estaba ayudándome.
Lo había conseguido.
Me había calmado.

Cerré mis ojos otra vez deseando desde lo más profundo de mi alma que no me hubiera visto despertar porque no quería perderme su forma de cuidarme.

Prosiguió tras pasar una página y crear un corto silencio que hizo que mi corazón se alterara pensando que dejaría de hablar.

Y así continuó, con unas veinticuatro páginas más que recitó con gracia y elegancia. Con la delicadeza de su voz y la cautela de su alma.

- ¿Eres la nueva persona atraída por mi?
Para comenzar te prevengo: yo soy, sin duda, harto diferente de lo que tu supones;
¿Supones que has encontrado en mi tu ideal?
¿Crees que es fácil convertirme en tu amante?
¿Crees que mi amistad ha de ser pura satisfacción?
¿Crees que yo soy fiel y veraz?
¿No ves nada detrás de esta fachada, de mis maneras suaves y tolerantes?
¿Supones que avanzo por un terreno firme hacia el verdadero hombre heroico?
¿No sospechas, ¡ay, soñador!, que todo esto pueda ser una ilusión?

Terminaba y yo callaba. Como si fuera una norma que acatar para que ese momento fuera eterno.

Me gustaba su voz. La había echado demasiado de menos como para pasar horas durmiendo sin apreciarla.

" Más allá de Charter... " [#MoonwalKingAwards2017]Where stories live. Discover now