Capítulo 16

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Siempre estaba equivocada. Hubo un tiempo, en el que pensaba que todo se solucionaba durmiendo pues, ese era el único momento del día en el que todo lo que pasaba por mi mente no eran preocupaciones pero, cuando empecé a soñar con aquellos ojos marrones, me di cuenta de la gran tontería que era pensar que todo se solucionaba echando una cabezacita.

Mientras estaba en la ducha, supe que llamaron a la puerta unas tres veces pero, decidí hacer caso omiso y disfrutar de aquellos momentos a solas en los que al menos, no me temblaban las piernas por culpa del hombre de pelo rizado.

Las ideas no se aclaraban, seguían estancadas en mi cabeza como si estuvieran dispuestas a quedarse ahí durante mucho más tiempo del que pensaba.

Mirándome en el espejo tras haber terminado de arreglarme, pensé sin querer, una vez más en la mala suerte que tenía con los hombres. Primero Mark y ahora Michael... Aparecían como si nada y se apropiaban de lo que querían. Por eso el problema era yo misma.

- Me ha mentido - susurré cerrando los ojos.

" ¿Crees que está jugando contigo? "; la voz de mi conciencia iba a empezar con un interrogatorio más y no estaba dispuesta a pasar por aquello.

Cogí mi chaqueta, mi teléfono y caminé rápidamente hacia la puerta deseando que la voz de mi conciencia no interrumpiera mi plan de no querer sacar el tema otra vez, al menos de momento.

" No puedes dar todo por hecho si no has hablado con ambas partes "; susurró como si estuviera detrás de mi. " Ni que fuera la primera vez que te pasa. "

- Pero la última sí. - Dije antes de salir de la habitación.

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El restaurante estaba cerrado, un corpulento guardaespaldas estaba parado delante de las puertas marrones que daban paso al comedor que, según Frank, decía que era maravilloso y la comida era increíble.
Podía asegurar que la comida en esos momentos no me importaba en absoluto.

Cuando me acerqué me di cuenta que, el hombre que estaba en la puerta era uno de los guardaespaldas de Michael. Nada más verme, me recibió con un leve movimiento de cabeza y abrió una de las puertas al instante.

Efectivamente, Frank tenía toda la razón del mundo, el comedor era un lugar magnífico, me llevó a recordar incluso al del hotel en el que tuve la oportunidad de estar con Michael. Techo y paredes altas, lámparas de araña y montones de mesas y sillas de madera robusta se encontraban vacías menos una de las ellas. La que estaba más próxima a la barra del lugar. Frank estaba junto a Michael, que parecía no estar prestando demasiada atención a las palabras que decía su amigo tras acercar un cigarrillo a su boca.

Me acerqué a ellos haciendo que Frank guardara silencio al ver como Michael alzaba la mirada para encontrase con mis ojos oscuros.

Sabía que me pasaba algo porque, frunció el ceño directamente hasta que miró mi mano vendada.

- Buenos días - dije. - ¿Puedo sentarme?

- Por supuesto - contestó él sin dejar de mirarme.

- Gracias.

- ¿Qué tal has dormido? - Preguntó de repente.

- Muy bien. - Susurré mirando un plato de pastas.

- Me alegra saberlo. - Miré a Michael dedicándole una sonrisa forzada.

- ¿Vendrás con nosotros a la entrevista, Evelyn? - Inquirió Frank guardando un folio en el bolsillo interior de su chaqueta.

- Sí Michael lo ve conveniente, claro que iré. Puesto que, es mi trabajo.

- Si no quisiera que me acompañaras no crees que, ¿ya te lo habría dicho?

" Más allá de Charter... " [#MoonwalKingAwards2017]Where stories live. Discover now