Capítulo 14

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Me sentía increíblemente bien, relajada y viva. Lo había hecho. Todos los consejos que había estado recibiendo los había llevado a cabo en el momento más inesperado del día.
El suave y lento cosquilleo de una mano acariciando mi brazo me hizo parpadear en repetidas ocasiones mientras giraba el rostro hacia el lado contrario al que estaba mirando.

Su rostro.

Dios mio. Estaba ahí, con Michael. ¡Había pasado de verdad! No lo había soñado.

Cerré los ojos de golpe y tragué saliva preguntándome qué hora era, qué estaba haciendo allí y qué demonios seguía haciendo en aquel sofá de Neverland cubierta por una americana.

Sus dedos me aferraron un poco más hacia su cuerpo haciéndome pensar un par de segundos más si debía levantarme de ahí o no. Porque en realidad, no quería hacerlo.
Había encontrado exactamente lo que Michael andaba buscando, lo que no paraba de definir en las sesiones y como si de un milagro se tratara, encontré ese lugar perfecto por él. En él.

¿El lo habría encontrado?

Dios... ¿Y si alguien había entrado en la biblioteca? ¿Y si nos habían visto?

Con cuidado me incorporé y le miré, para comprobar si seguía dormido todavía. Era perfecto hasta dormido. Así debía estar siempre, con su corazón latiendo a un ritmo normal y tranquilo.
Entonces, tuve la oportunidad de fijarme bien. Sus hombros estaban cubiertos de manchas causadas por la enfermad que todos sabíamos que tenía, incluso en sus manos habían aparecido manchas similares. Me incliné un poco sobre él y le observé mejor.
Quizás esta enfermedad también afectaba a Michael de un modo que la gente no podría entender. Sería una buena idea hablar de ello con Michael e intentar que viera que, no era culpa suya.

Primero debía reaccionar él, luego el mundo.

Mi mirada fue a parar a las marcas de pintalabios que dejé en su maravilloso cuello.
Eso sí que dejaba claro que había hecho el amor con Michael y no me arrepentía. Había sido perfecto sin duda. No me había sentido mejor nunca, en ningún otro momento de mi vida me había sentido de esa forma.
Pero, ¿qué debía hacer? ¿Marcharme sin decirle nada o despertarle y decirle que había sido perfecto pero que mi cabeza seguía indicándome que esto había sido un error más?

Con cuidado me levanté para recoger toda mi ropa del suelo. Me puse todo de vuelta y guardé silencio cuando le vi dándose la vuelta en el sofá.

¿Por qué me sentía tan tímida ahora?

Cuando vio que no estaba a su lado, me buscó con la mirada girando su rostro de un lado a otro para dar conmigo. Rápidamente, alzó la cabeza y se encontró con mi mirada oscura, agachada y nerviosa observando el suelo mientras abrochaba torpemente mi camisa.

- Evelyn... - Susurró.

Me mantuve en silencio absoluto poniéndome mis zapatos con dificultad con la ayuda de mis propios pies.

- Hey...

Ni siquiera le miré pero porque no sabía qué decirle. ¿Qué iba a pensar de mi?
Eso era lo que pasaba. La impresión que podía darle era lo que más me preocupaba. Primero me besa, le beso, me acuesto con otro para olvidar a mi jefe y luego me acuesto con él.

Era un completo desastre.

Y no era culpa suya, todo era culpa mía por sentir siempre por el hombre equivocado al que no debía acercarme.

Él, subiendo la cremallera de sus pantalones se acercó a mi con delicadeza tratando de cruzar su mirada con la mía, mientras yo le esquivaba por vergüenza sintiendo como la angustia se agolpaba con rapidez en mi garganta. Cuando lo consiguió, me rodeó con su brazo derecho tomando una gran cantidad de aire por la nariz.

" Más allá de Charter... " [#MoonwalKingAwards2017]Where stories live. Discover now