16. "Tendrán noticias de mí"

649 65 5
                                    

-¿Cómo vas con eso?

Wade no respondió ante lo que su novia le preguntó. Estaba muy concentrado, tanto que ni siquiera se había molestado en hacerla salir del laboratorio. Llevaba ahí unas dos horas desde que Dakota se fue, exprimiendo su cerebro en busca de un antídoto para lo que había hecho. Algo que se amoldara a su necesidad.

-Wade, por Dios. Me preocupas -Olivia, frustrada, se levantó del asiento que calentó por un buen rato para situarse al lado de su novio. Sus facciones no cambiaron, no se tensó más ni se destensó ni un poco. Permaneció inmóvil exceptuando los movimientos deliberados de sus manos al trabajar con los frascos de muestra y el ordenador-. Si tan sólo pudieras responder...

-¿Qué quieres que te diga, Olivia? -Le replicó por fin, esta vez interrumpiéndola. Dejó el frasco en la mesa como si fuera una cosa insignificante, tirándola de mala gana-. Quiero que me dejes en paz, ¿sí? Sé que estoy siendo un idiota contigo ahora mismo y ya tendré mi momento para disculparme por mi comportamiento pero la verdad, me encuentro tan frustrado que ni siquiera pienso las cosas.

Aquellas palabras apaciguaron un poco a Olivia. Tal vez si no las hubiera oído hubiese sido más desconsiderada con él. Pero era reconfortante para ella saber que aunque él se encontraba tan jodido por dentro estuviera consciente de sus acciones.

-Me iré con Dakota. De seguro está esperando en el microavión. Te escribiré en un par de horas para ver cómo va todo, ¿sí?

Olivia depositó un beso en la mejilla de Wade y caminó hacia la puerta de salida, dándole una mirada a Justin en el proceso, y preguntándose qué tuvo que hacer un hombre en la vida para recibir tanto sufrimiento.

"Te espero en el microavión, no puedo con tu novio". Aquel mensaje apareció en la pantalla del celular de Olivia dos minutos después de que su hermana dejase el laboratorio, pero no lo abrió hasta que ella misma se hubo ido.

Olivia frunció el ceño cuando salió por la puerta principal de la casa de Wade y por más que buscase a los alrededores, no había rastros del microavión. Si algo sabía la pelirroja era que Dakota Drysdale no fallaba en su palabra.

Algo le tuvo que haber pasado.

Pero, con Wade ocupado y con el estrés al cien, no sabía a quién recurrir. Sola, no lograría mucho. Necesitaba una mente inteligente a su lado.

Es por lo mismo que, aunque sonara loco, se dio la vuelta y retornó a la casa, subió las escaleras y llamó tres veces a la primera puerta del pasillo.

Mae Greene apareció del otro lado con una mirada esperanzada. Al darse cuenta de que era sólo Olivia, la decepción tomó lugar, acompañado de la confusión.

-¿Qué se te ofrece?

-Sé que este no es tu deber, ¿vale? Pero realmente necesito tu ayuda.

-¿Qué sucedió? -Los verdes ojos de la chica se ensancharon- ¿Justin se encuentra bien?

-Justin se encuentra del mismo modo que se encontraba cuando te encerraste en la habitación -Ignorando la expresión de molestia de la acompañante, Olivia siguió-. Es Dakota. No se encuentra en donde dijo que estaría.

-¿Y? Quizás le surgió algo más.

Poniendo los ojos en blanco, Olivia no tardó mucho para responder al argumento -Si a ella le hubiese surgido algo, ella me lo hubiera dicho. Tú no lo entiendes, no la conoces como yo. Algo le pasó.

-¿Y cómo te puede ayudar alguien que no entiende lo que está sucediendo? -Mae alzó una ceja.

Olivia se empezaba a irritar. Ella bien sabía que esto había sido una mala idea desde que volvió a entrar en la casa. -Eres mucho más inteligente que yo y cualquiera en la casa. Y eso que todos somos científicos. Tu podrás dar con su rastro... seguro Justin te lo agradecerá.

Algo en esta frase pareció cambiar el rumbo de los pensamientos (o el raciocinio) de Mae.

-Vamos.

[...]

Dakota despertó, con la cabeza latiéndole de manera dolorosa, y en seguida supo que algo iba mal. Se encontraba confundida, sin saber dónde estaba y para ser honestos, le daba algo de miedo abrir los ojos. Sin embargo, lo hizo.

No se encontraba atada. Estaba sentada en el despacho de Jasper Blake. Inmediatamente se tensó. Tenía en frente a Jasper, así como a Morgan Kramer, el jefe de la Conferencia Medicinal. Ambos se encontraban de pie mirándola fijamente.

-¿Qué rayos significa esto? ¿Cómo me trajeron hasta aquí?

Jasper rió, una risa amarga y desagradable. -Pudieron ser muchas las maneras... déjame recordarte quiénes somos. Contaminamos tu microavión con suero anestésico. Te dormiste en seguida. Debimos ser cautelosos, debo mencionar... un poco más y tu cuerpo ya se estaría pudriendo.

Dakota se incorporó, alejando la silla detrás de sí de una patada y acercándose a los dos hombres frente a ella, sin dar ni una sola muestra de miedo. -¿Qué mierda quieren de mí?

-Tranquila, señorita Drysdale -Dijo Morgan en un tono demasiado hipócrita para el gusto de Dakota, quien lo miró con asco muy mal disimulado-. No vamos a hacerle daño.

-Bueno, pues muchas gracias. Yo pensaba que me iban a dar una paliza y yo iba a lloriquear y rogar en vez de romperles la boca, como bien podría hacerles ahora mismo.

-Dejémonos de amenazas -Interrumpió Jasper con los dientes apretados-. Aunque no lo creas, el señor Kramer tiene razón. No vamos a hacerte daño, pero, ¿acaso hubieses aceptado venir de algún otro modo? -Sabiendo que Dakota no tenía modo de responder a esto, el hombre prosiguió-: Queremos darte una información.

-Realmente necesitamos de su ayuda señorita Drysdale. Los ánimos se encuentran bastante caldeados en Riverside, y la gente no está contenta. No entiendo realmente por qué -Morgan se encogió de hombros-. Pero es lo que hay. Esto ha empezado a afectar a nuestros científicos.

-No sé a lo que se refieren.

-Es sencillo, señorita. Tres de ellos han sido encontrados muertos en sus casas, hombres importantes, señorita Drysdale. Y no podemos permitirnos una pérdida así. Necesitamos reemplazos inmediatamente, pero un científico no se crea de la noche a la mañana.

Dakota rió -¿Realmente que pueden tan solo decirme que me una a ustedes y lo haré? Tienen que estar realmente locos. No sé por qué insisten en esto, verdaderamente. No voy a ceder -Su voz fue aumentando de tono-. No me interesa lo que me digan. Su negocio está podrido, y no me sorprende que se esté rompiendo por las costuras. Es más, ¡me alegra!

-No voy a irme por las ramas Dakota, y tampoco permitiremos que lo hagas tú -Jasper se había movido de su puesto. Tomó la cartera de Dakota y se la tendió de manera falsamente amable-. Tienes un mes para aceptar nuestra propuesta, o tomaremos medidas extremas. Sería conveniente que le dijeras lo mismo a tu querida hermana Olivia, es una lástima que no hayamos podido traerla contigo. Nos hubiese encantado conocerla. Ya te puedes retirar.

Dakota los miró por un momento. Si ellos tan solo supieran...

Sin inmutarse, acomodó su cartera en su hombro izquierdo y salió, empujando a los dos hombres con los hombros mientras se dirigía a la puerta.

-Tendrán noticias de mí -Fue lo último que dijo antes de salir a la terraza del despacho de Jasper Blake, montarse en su microavión y sobrevolar el cielo nocturno de Riverside.

Sognare → j.bWhere stories live. Discover now