05. "Mandaré a alguien"

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El caos se desató al día siguiente. Una alarma, sonando a las siete en punto de la mañana alarmó a todos los habitantes de Riverside, California y los alrededores. La noticia "Fuga y Robo en el Edificio Sognare" se propagó como la pólvora, y la cara de Justin se encontraba en todos lados.

Había sido una suerte poder encontrarse con Mae. En la casa de Wade, estaba seguro tras las grandes medidas de seguridad ahí impuestas, eso más el hecho de que él fuese un trabajador de Sognare. Y ya que las cámaras lo vieron actuar solo, nadie sospecharía nada de los trabajadores. Así que es el último lugar donde las autoridades podrían buscar. Justin nunca hubiese llegado ahí sin la ayuda de la chica robot.

Wade tuvo que salir a toda prisa de su casa en la mañana.

—Él me ha conseguido una reunión urgente a primera hora de la mañana —Le dijo a Mae, señalando con la cabeza hacia Justin, quien comía tranquilamente, ajeno de lo que sucedía en su alrededor—. ¿Crees poder vigilarlo mientras no estoy? No sé cuánto tardaré.

Mae carraspeó con la garganta, o bueno, su simulación de garganta, incómoda. No había querido decirlo, pues un acompañante se avergüenza de sus fallas, pero no le quedaba de otra. Durante el recorrido de la noche anterior hacia la casa de Wade se había quedado prácticamente sin energía, y unas horas de descanso no le fueron suficientes para recomponerse.

—Temo haberme hecho un daño serio —Le confesó a Wade—. Y Justin no es el tipo de persona al que se le puede dejar solo sin más. No sabemos sus alcances. Además, no sabemos qué es lo que pueda traer en esa caja suya que no suelta —Y se volvió a ver a Justin, quien en efecto, mientras comía su avena mantenía la vista fija en la caja, situada también en la mesa—. Podría ser algo peligroso.

Wade ya había caminado hacia la puerta de su casa, pero vaciló un momento. No podía dejar a Justin con Mae si ella podía empezar a fallar, está claro que él la configuró a su gusto la noche anterior, pero ¿quién le garantiza que tendrá un momento de cordura justo cuando Mae falle? Nadie.

—Mandaré a alguien. No te preocupes.

La alarma de la puerta sonó a las ocho y media de la mañana, una hora después de que Wade partiera. Justin estaba bastante ocupado riéndose de las caricaturas de la televisión con Luna, así que Mae fue a abrir. En la tabla de información decía que Dakota Drysdale buscaba a Justin Bieber y Mae Greene con urgencia.

Asumiendo que era la ayuda de Wade había enviado, abrió la puerta. Una mujer de cabello rojizo y ojos color chocolate, de estatura media y porte elegante apareció del otro lado.

Miró a Mae de arriba abajo, como asegurándose de si ésta era humana o no. No tardo en deducirlo. Su mirada se detuvo en la marca en la muñeca de Mae, marca que tienen todos los acompañantes, lo que los distinguen de los humanos u otra clase de robots.

—Buenos días —Sonrió, un deje de falsedad en ese gesto amable—. Soy Dakota Drysdale, aunque seguro eso ya lo sabe. Mi cuñado, Wade, me ha enviado.

—Pase —Invitó Mae, haciéndose a un lado para dejar pasar a Dakota, que dejó su finísima cartera en el sofá, sin importarle que Justin estuviese peligrosamente cerca.

Quizás desde que lo vio, dedujo que no era ningún ladrón.

Pero Justin no reparó en la presencia de Dakota. Una vez más, a ella no pareció importarle, pues tenía cosas más importantes que discutir con Mae en un principio.

—Entiendo que él ha escapado de Sognare anoche —Observó, yendo directo al grano. Y es que Drysdale no era de ese tipo de personas que se iban por las ramas y suavizaban las cosas.

—Sí, lo hizo.

—¿Está usted consciente de su pasado?

—Uh, sí. Según la información que mi sistema arroja, era un conocido doctor que un día cuando experimentaba con unas fórmulas tuvo un desafortunado accidente...

—No —La cortó de pronto. Mae se ofendió un poco con esto. Es obvio que ella confiaba en que todo lo que su sistema le dijese fuese cierto, pero su sistema no era más que la red de internet, y el internet... suele mentir más que cualquier humano.

—¿Cómo qué no?

—No fue ningún accidente. No muchos lo saben, pero así no sucedieron las cosas. Si es tu dueño, es momento de que sepas la verdad sobre lo que sucede con él.

—Si es tan amable de decírmela...

—Es cierto que Justin era un médico y científico destacado. Bueno —Rió con amargura—. Destacado le quedaba muy corto. Hace dos años y medio Sognare no era más que un proyecto almacenado en las computadoras de la Conferencia Medicinal. Nichols, el líder de la Conferencia Medicinal buscaba personas brillantes para impulsar el proyecto, y decidió reclutar a Justin. Pero él se negó por completo. Los sueños y la ciencia no se deben mezclar, decía —Suspiró, mirando otra vez hacía un Justin infantil y distraído. Al menos, aquella era su faceta más tranquila.

—Y... ¿Qué sucedió después?

—Ellos sabían que no podían hacer aquello sin Justin. Incluso el mismo Justin lo sabía y eso los molestó más a ellos. Todos son reemplazables, claro... ellos solo debían expandir sus horizontes en la búsqueda. Pero eran rencorosos, y vengativos.

—¿Entonces uno de los miembros de la Conferencia le hizo esto? —Preguntó Mae entre sorpresa e indignación.

—Sí.

—Y tú, ¿cómo sabes eso?

Pero Dakota no llegó a responder la pregunta.

Justin por fin la había visto. Ella, de manera amable y quizás ya menos altanera por compartir la misma información con los otros huéspedes de aquella casa, le sonrió.

—Hola, Justin. Mi nombre es Dakota. Soy cuñada de Wade y vine a hacerte compañía.

Justin la miró con ojos muy abiertos, de la misma forma que una persona normal hubiese visto una serpiente de cinco cabezas. Dakota permaneció impasible ante tal comportamiento de Justin, en cambio, Mae se sonrojó.

—Bo... bonita.

Entonces tomó su caja y salió corriendo, para sorpresa de Mae, dejando a Luna abandonada en el sofá. Justin nunca haría eso, a menos que estuviese pasando una fuerte emoción.

Escaleras arriba, en la habitación que Wade asignó a Justin, éste último abría su caja con mucho entusiasmo.

—Bonita... —Repitió, sacando la foto de la caja y encontrándose con la misma cara que le sonreía momentos atrás en la sala.

Pero, todo esto era un enredo.

¿Cómo de pronto una foto de la cuñada de Wade se le había caído a uno de los médicos más importantes en Sognare?

Sognare → j.bWhere stories live. Discover now