Capítulo 27 - Inconfundible y entrañable sentimiento

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—Buenas noches —susurró, muy cerca del rostro del muchacho. Sung Kyu frunció el ceño y lo miró girar sobre sus talones, tomando lo que quedaba de su ropa que yacía aún en el suelo y dirigiéndose después a la puerta. Inesperadamente, Kim lo llamó, y Woo Hyun parpadeó varias veces antes de darse la vuelta.

—¿No vas a... d-dormir con-nmigo? —preguntó, avergonzado. Tomó la orilla de la sábana y se cubrió la mitad del rostro.

Woo Hyun se sorprendió ante la cuestión, y caminó de nuevo hacia la cama. Estiró la mano y sujetó con suavidad la manta que Sung Kyu tenía sobre la cara mientras le mostraba una pícara sonrisa.

—¿Quieres que duerma contigo?

—S-Sí.

Nam sonrió, soltando la sábana para acariciarle la mejilla con delicadeza.

—Iré por un pijama —comentó, pero el muchacho tomó su mano de pronto y negó con la cabeza apresuradamente.

—N-No es neces-sario —afirmó, al mismo tiempo que sus mejillas se calentaban—. Q-quiero dor-rmir así contig-go.

Y ante la sorprendida mirada de Woo Hyun, Sung Kyu se incorporó para quitarse la ancha playera que usaba. La dejó caer al suelo y luego metió las manos por debajo de la delgada manta para quitarse también los pantalones. Los tiró al piso de igual forma, y miró a Woo Hyun, sonriéndole mientras lo invitaba con la mirada a hacer lo mismo.

Nam suspiró en silencio y también tiró su ropa al suelo para acercarse más a la cama, subiendo las rodillas al tiempo que se aproximaba al rostro de su marido, y Kim enredó los brazos alrededor de su cuello.

Sung Kyu se dejó caer sobre el mullido colchón y Woo Hyun hizo lo mismo sobre su cuerpo. Le acarició el cabello y las mejillas con suavidad y, antes de entreabrir los labios, suspiró lentamente antes de pegar la frente con la de esposo.

—Te amo —murmuró Nam, y su marido abrió los ojos con desmesura mientras el mayor se hacía con sus labios. Sung Kyu apretó los ojos, y su agarre sobre el cuerpo de su jefe se hizo más fuerte.

El dueño del restaurante jaló la tela que había quedado atrapada entre sus cuerpos y comenzó a besar con pasión a su marido. Kim se dejó llevar por el excitante contacto y Nam se acomodó entre sus piernas, acariciando los muslos del joven antes de que éste jadeara por la placentera sensación y enterrara el rostro en su cuello.

Sung Kyu empezó a lamer su piel desnuda, pasando por sus clavículas y regresando hasta su barbilla. Woo Hyun sintió corrientes eléctricas viajar por toda su espalda y tomó las caderas de su esposo con firmeza, restregando su entrepierna contra la del menor y obteniendo varios gemidos de placer de su parte.

Y entonces, la ropa interior de ambos también cayó al suelo, y Woo Hyun no pudo contener las enormes ganas que tenía de hacerle de nuevo el amor a su joven marido.

Sung Kyu despertó con la poca luz del día y no pudo evitar que una sonrisa curvara sus labios cuando notó los brazos de Woo Hyun a su alrededor. Podía escuchar los latidos de su corazón y sentir su lenta y suave respiración mientras permanecía sobre su pecho.

El muchacho aspiró profundo y cerró los ojos de nuevo, deleitándose con el suave aroma que lo envolvía: el olor del apuesto hombre a su lado mezclado con algo de sus fluidos corporales; horas antes habían caído dormidos y ninguno de los dos se molestó en tomar una ducha.

Sonrió ante ese pensamiento, recordando lo que Woo Hyun le había dicho: "Te amo"

Y en ese momento no respondió, aunque no era porque no sintiera lo mismo, sino porque ese par de palabras lo tomaron por sorpresa. Pero Sung Kyu sabía que amaba a su jefe; estaba seguro que ese sentimiento lo llevaba muy enterrado en su pecho desde mucho tiempo atrás, y en ese preciso instante se sintió la persona más dichosa sobre la Tierra, porque Woo Hyun le correspondía enteramente, y sabía que no necesitaba nada más para ser feliz. Ni siquiera, que sus recuerdos regresaran.

Dejó escapar un largo suspiro y levantó el rostro, observando con detalle los atractivos rasgos de Nam. Miró sus labios entreabiertos por un par de segundos y después acercó los suyos, plantándole un tierno beso. El hombre se removió, pero no abrió los ojos, y entonces Sung Kyu estiró su mano para acariciarle el rostro con delicadeza.

Pasó sus dedos por la afilada nariz del hombre y después delineó con lentitud su boca, deteniéndose un poco en su labio inferior. Kim volvió a suspirar y observó las negras pestañas que cubrían sus ojos. Dejó otro suave beso en la comisura de sus labios y miró su tranquila expresión antes de sonreír otra vez.

—Tam-mbién... te amo, Woo Hyun... —susurró, acomodándose entre sus brazos de nuevo.

El Contrato | WooGyuWhere stories live. Discover now