I Zara

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Fue una tarde gris. No me sentí con ganas de nada. Los problemas en la familia, pensé…  pero… ¡bah! ¡Que problemas! No existían problemas con ellos. Casi nunca estaban  mis padres…  No tuve ganas de estar con amigas. Aunque aparentemente sólo busquen estar con chicos guapos y de buena familia, son buenas amigas, aún así, no deseaba su compañía.

En fin, solo quise escapar, salir de esa casa enorme y solitaria en donde vivo.

Al estar por salir, muy cerca a las rejas que dan para la calle, “kyra”; mi mascota, vino hacia mí porque quiso  que jugara con ella y ya que estuve de salida agarré su correa para sacarla a pasear.

Estuvimos caminando largo rato. Dando vueltas y vueltas, haciéndo larga la caminata. Kyra siempre anima mis días, les da color y alegría. Un toque especial de dulzura.

Me senté en una banca de un parque porque me sentí  cansada. Ella  estaba jugando con un cachorrito al frente mio. Jugamos mucho, la había hecho correr, saltar y más. Estuvimos felices.

 Mis padres habían hecho algo bueno, darme a kyra.

 De pronto se me antojó tomar un frapuccino así que me dirigí hasta el Starbucks que queda  cerca a mi casa y fui a comprar uno.  Me senté en la silla que da hacia la calle esperando a que me trajeran mi orden que ya había pedido y cogí el celular para jugar mientras esperaba.

Bajé la vista para ver que hacia kyra y la vi recostada en el piso. Recorrí el lugar con mis ojos  para ver al mesero, pero  choqué con la mirada de una chica con un look algo radical.

Tenía el cabello corto, negro y lacio con un espectacular brillo. Muy lindo y bien cuidado.  En la parte del lado derecho de su cabeza el cabello llegaba hasta su mentón, como de caída desde la parte trasera  y en  la izquierda la tenia muy, muy corta, casi rasurada. Su rostro tenia la forma de un diamante hermoso, con una piel blanca y unas mejillas rosadas. Sus ojos eran de un color verde. Preciosos y grandes que hacían perderte ahí sin importar el tiempo que pasara, unos ojos hipnotizantes. Su nariz era larga pero no tanta como para opacar tal belleza- aun si lo fuera creo que seguiría siendo hermosa- sus labios con un color rosa suave; el superior era más delgado que el inferior, pero perfectos. Tenía un expansor en su oreja izquierda, color negro y muy visible.

Nos vimos por unos segundos.  Fijamente. Sintiendo algo extraño. Mi expresión era tan visible que cualquiera se daría cuenta que la estaba viendo.

Fue algo realmente raro.

Bajé la mirada hacia el celular, para tratar de disimular. Aunque… ¿disimular qué? Fue tarde para eso.

Mis mejillas enrojecidas por aquel momento. Por aquellos segundos. Por aquel instante que dejó un raro sentimiento en mí, uno nunca vivido.

Me quedé pensando en quién era, ya que nunca la había visto y yo salía prácticamente todos los días a caminar.

Luego traté de ignorar a la chica. Vino el joven con mi orden y me concentré en mi frapuccino.

Al terminarlo le dije a mi pequeña mascota “Kyra, ¿vamos a seguir caminando?” y ella soltó su ladrido”guau” supuse que era un sí, así que  me paré y fui con ella a perdernos.

Caminamos por calles que no concía. Sí, suelo caminar mucho pero esa vez fui más allá de lo habitual. Fuimos muy lejos y esos lugares eran tan grises  que daban pena.

Yo suelo pensar que las calles deberían ser un poco mas coloridas, asi le subirían los ánimos a cualquiera. Continuando…  incluso habían personas que se estuvieron drogando.

¿Porque lo sé? Mis amigos también se meten esas cosas y pude distinguir el olor desde lo lejos.

Cargue a kyra. Paré el primer taxi que ví y le dije al conductor que nos llevara a mi casa.

Claro está que no le dije “señor lléveme a mi casa” sino le di mi dirección.

Al llegar al destino no quise entrar. La verdad que… ¿para qué estar en una casa así? Era tan solitaria que si hablabas por teléfono desde el tercer piso se escuchaba en el primero y las mucamas que trabajan ahí eran sólo fantasmas. Muy silenciosa.

Pensé en ir a la playa a caminar un rato, no tenía algún pendiente  que hacer ni nada por el estilo, por lo cual  nos encaminamos hacia allí.

Kyra estubo feliz, moviendo su colita de alegría  porque podía correr entre el abundante pasto y jugar con los otros perritos que por allí jugaban. Nunca se cansa.

Estuve un momento  en ese parque; que está camino hacia la playa, para que jugara y se distrayera.

Cuando vino hacia mí, cansada, se paró apoyando sus patitas delanteras en mis piernas; la señal de querer que la cargue, y lo hice. Cargue a mi pequeña kyra y caminé con ella en mis brazos hacia la playa.

LLegamos.  Bajé a kyra porque yo ya me había cansado. Mis pobres brazos estaban como dormidos al estar por mucho tiempo en una sola posición. Ella será pequeña pero también pesa.

Al bajarla salió corriendo. No supe el porqué lo hizo,  sólo la seguí.  Me hallé tras ella corriendo lo más rápido que pude, pero me encontraba cansada y no fue suficiente el esfuerzo que hice. De un momento a otro desapareció de mi vista.  No podía hallar a kyra. No me creí lo rápido que había corrido. Estuve angustiada al no poder encontrarla, mirando hacia los lados esperando a que apareciera. Déspues de un par de minutos de angustia,  oí  una voz tras mío diciendo “¿es ella  tu perrita? “, me di media vuelta y era la chica con el look raro que ví en la cafetería... 

Enamorada de una chicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora