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YoonGi mira al menor con vergüenza, ¿cómo un mocoso se atreve siquiera a tocar su creciente erección? Aunque... tampoco está tan mal, se siente bien, pero carajo que el no quiere abrirse de piernas y que le metan algo en el culo. La sola idea de pensarlo le dan escalofríos.

Pero Jimin se ve tan relajado, tan experimentado; tal vez el chico ya lo ha hecho antes con otros chicos. La juventud de ahora es tan precoz, aunque YoonGi también entra en la categoría de "perdí mi virginidad por caliente y con una chica que si me lo preguntan no me acuerdo su nombre". Tampoco es como si fuera espantoso perder la virginidad pero el rubio ya no es virgen... su pene no, pero su culo... ¡Su culo es más virgen que una monja!

—Jimin... —aleja  la mano del menor de su miembro—. Yo no quiero ser el de abajo...

—¿El de abajo? ¿A qué se refiere, daddy? —Jimin quiere volver a tocar el miembro del mayor pero YoonGi le retiene ambas manos.

—Al de abajo... um, ya sabes —con sus ojos mira el abultado pantalón de Jimin y luego su trasero, dándole a entender lo que dijo.

—Oh —se limita a decir, para luego sonreír con maldad—, ¿está bien si sólo hago esto? Por favor, cúbrase los ojos, daddy.

Jimin al ver que YoonGi se negaba a hacer lo que le pidió, se saca su camisa y se la lanza al mayor en el rostro. 

Con una velocidad increíble el peli-naranjo posa sus labios en el miembro de YoonGi, antes de que éste logre siquiera mirarlo. Su lengua se  mueve alrededor de la cabeza y empieza a repartir besos por la longitud; torturando al mayor que con un efímero movimiento de pelvis da a entender al menor que lo está disfrutando.

Jimin mira a YoonGi y se da cuenta de que éste lo está mirando fijamente; observando sus movimientos con labios, lengua y manos. El peli-naranjo deja el pene del rubio apoyado en su abdomen y con su lengua empieza a recorrer desde la base hasta la punta. Para luego envolver la cabeza del miembro con su boca, mientras juguetea con su lengua dentro de la cavidad bucal.

El rubio se siente en el puto infierno por lo caliente que está, el chico es un puto Dios para las mamadas; debe ser porque también es hombre y conoce los lugares sensible. Para YoonGi es inevitable ocultar sus jadeos ya que en serio se siente en la gloria; Jimin tiene el mismísimo infierno y paraíso en su pequeña boca. Las expresiones de lo más vulgares que hace el peli-naranjo le hace dudar si en verdad ése mocoso tiene dieciséis años.

El mayor siente el cosquilleo en su bajo vientre y ya ve un liquido blanquecino en el rostro de Jimin por lo que trata de controlarlo para durar más. Jimin mira al mayor con malicia y da una sucia lamida a la base del pene de YoonGi y con su mano aprieta allí; logrando que Yoon se retorciera de placer bajo suyo.

—Por favor —pide un jadeo ronco—, saca la mano.

Jimin ríe ante la suplica del mayor y empieza a masturbarlo con su mano libre y con una sonrisa lasciva en su rostro y lo libera, siguiendo el mismo vaivén, sintiendo aquel líquido espeso en su mano.

YoonGi se siente liberado, y las enormes ganas de dormir lo llenan; sus ojos se sienten pesados y le es inevitable evitar bostezar pero al parecer Jimin tiene otros planes ya que, después de limpiarse la mano con la camisa, empieza a atacar la boca del mayor con besos.

—No~ —dice Yoon somnoliento—. Ven, vamos a dormir.

YoonGi se sube sus bóxer y arrastra a Jimin a su lado; acomodándose en la cama para luego taparse con las cobijas.

—¡Pero, daddy~! —Se queja con un puchero—. Tengo un graan problema allí abajo.

—Shh... te lo compensaré mañana.

MY SUGAR DADDY ➵YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora