Erik.

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- ¿E... Erik?

Stiles no podía creer lo que estaba ocurriendo. No quería creer.
Suficiente tenía con que Adam volviera ¿ahora también él?

- Pues, sí. Si soy yo Sty. - la sonrisa que puso el tal Erik hizo despertar sentimientos dentro de Stiles que creía enterrados.
El lobo, que ya estaba bien, miraba atento la escena por si el, aún extraño para él, intentara algo.
- Vamos Stiles, ahora que sabemos, o mejor dicho recordamos, quienes somos no es necesario que sigas apuntándome con el arma.
- ¿Ah si? ¿Cómo se que no harás nada si bajo el arma?
- Sigues siendo tan desconfiado como antes, ¿eh niño? - terminó con una pequeña risa. Sonreía. Y aunque su sonrisa no era sarcástica ni nada de eso, más bien tierna y melancólica, Stiles se sintió furioso.
- No me llames así. - el tono serio del castaño bastó para que el otro se pusiera serio. - ¿Qué demonios estas haciendo acá Erik?
- Escucha, se que estas molesto y eso pero no tengo malas intenciones. Volví porque quería y ya, te lo diré todo lo juro ni... Digo Stiles. - suspiro poniéndose las manos en la cara - Solo... Solo baja el arma ¿si? No te haré daño, ni a él.
En cuanto dijo esas palabras Stiles se percató del lobo. Se había olvidado completamente de él; lo que le recordaba el cadáver de atrás y que estaban en una gasolinera. - Demonios.
- ¿Qué? - pregunto Erik algo confuso.
- Levanta te. Ahora. - luego de eso se dirigió hacia el lobo. - ¿estas mejor?
- Si. Mis heridas ya sanaron.
- Perfecto. - guardó el arma en la parte trasera de su pantalón y salio decidido hacia la salida. Los otros dos se miraron y luego lo siguieron. - Dime lobo, ¿como te llamas? - preguntó Stiles antes de llegar a la puerta.
- Sean.
- Sean, yo soy Stiles y como ya habrás escuchado él es Erik. Ahora iremos con mi manada y ahí te ayudaremos en lo que sea que necesites.
- Espera, ¿manada dijiste? Pero vos no sos un lobo.
- No, no lo soy. Pero la mayoría de mis amigos lo son. Por ahora hay que concentrarnos en arreglar las cosas acá. - tomo su celular y llamó a su padre.
- ¿A quien llamas? - pregunto Sean.
- A mi padre.
- ¿Disculpa?
- Hola papá. Si si, pero es que tuvimos un pequeño problema con la falta de comida y tuvimos que comprar más. No no. Es que... ¿Podrías escucharme por dos segundos por favor? Gracias. Veras, Adam no vino conmigo porque yo insistí en venir solo. Estoy en la estación saliendo de la ciudad. - hubo una pausa en la que claramente se escucho un "¿¡Y por qué demonios fuiste hasta ahí Stiles!? - Porque vine en mi jeep y me quedaba sin gasolina. Sabes que es la única estación abierta a estas horas. Ahora, me encontré con un lobo fuera de control que mato al chico que trabaja aquí y llego alguien mas. No, estoy bien no te preocupes. Si, lo conozco. No papá no esta muerto, esta vivito y coleando parado justo al lado mio. El problema es que hay cámaras y bueno, ya sabes... Un lobo. - hubo otra pausa, pero no se escuchó nada.
- De acuerdo. Llamaré a Parrish y arreglaremos este desastre. Vos andate. Llama a Scott Adam o quien sea, pero vete de ahí. No te quiero cerca ni por casualidad. ¿Entendiste Stiles?
- Si si. Gracias papá. Adiós.
Luego de eso ninguno de los presentes dijo nada. Hasta que Stiles se dio cuenta de que estaban esperando que él dijera algo.
- Supongo que ese es tu auto. - Erik asintió. - De acuerdo. Vos vas en el tuyo y Sean vos vendrás conmigo. - Sean solo asintió y se dedico a seguirlo hacia el jeep.
- ¿Y adonde se supone que vamos? - preguntó Erik antes de ir a su auto.
- Vos sólo seguime. Haremos una parada primero.

Ninguno lo contradijo. Cada uno se subió al vehículo correspondido y se marcharon del lugar. El camino fue silencioso. Stiles se dirigía al departamento de Adam. Le había mandado un mensaje a su padre diciéndole que no le dijera nada a Scott sobre lo ocurrido, que ya lo llamaría él. Sabia que al llegar su hermano quería explicaciones. Sabía que se daría cuenta de que le mintió, y sabía que estaría muy enojado. Pero en esos momentos poco le importaba la reacción de su hermano; su mente estaba en el chico de pelo oscuro, piel blanca y ojos también oscuros que venía en el auto de atrás: Erik.
Erik.
No podía creer que el desgraciado haya vuelto. Erik había sido el primer chico que había llamado su atención, es decir, el primer chico que le gustó. Hay que decir que antes de darse cuenta de eso, Stiles había estado enamorado de Lydia; pero luego solo andaba detrás de ella por costumbre y para que nadie sospechara.
En fin, Erik y él habían sido amigos desde chicos y ya pasados los 12 años, Stiles supo que lo que sentía por su amigo, era más que simple amistad. Estuvo un año escondiendo sus sentimientos, incluso de Scott; tenía miedo de lo que los demás dirían, no quería que su mejor amigo o su padre lo trataron de raro o algo peor. La única persona que se dio cuenta fue Melissa. Ella lo ayudo a superar ese miedo y contarle a alguien sobre su pequeño, no tan pequeño enamoramiento hacía Erik. Y lo hizo; Scott fue al primero al que que se lo contó y se quedó mas que contento con la reacción de su mejor amigo.
"Lo sabía. ¡Lo sabía! Sabia que te gustaba Erik. - Stiles lo miraba extrañado. ¿Lo sabía? ¿Y cómo demonios lo supo? - Solo basta con ver la forma en la que lo miras o lo contento que te pones cuando estas con él. En fin, no se porque no lo dijiste antes, pero no me importa si te gusta un chico o una chica, eso no hará que dejes de ser vos. Ahora vamos a seguir jugando Stiles esta vez no pienso perder."
Recuerda ese momento a la perfección. Un tiempo después, el castaño supo diferenciar bien sus sentimientos y entender sus dudas. Por supuesto que hubo un tiempo en que se negaba rotundamente a aceptar que le gustaban los hombres; pensaba que era solo algo del momento. Hasta que se dio cuenta de que no había nada de malo con eso y que su familia y amigos lo aceptarían tal cual era. Fue ahí, en el momento en que se dio cuenta de esas cosas que aceptó su bisexualidad. Jamas se lo dijo a nadie que no fuera cercano a él, no por miedo, sino porque no le gustaba ir por ahí contando cosas tan privadas como esas a gente con la que, a lo mucho, cruzaría mas de 5 palabras.
Cuando se lo dijo a su hermano, él lo tomó muy bien, claro que no todo es color de rosas. El único problema con Erik era que... Bueno, era 5 años mayor que Stiles. Por lo que en ese momento Erik tenia 17 años y Stiles 12.
Para la diferencia de edad que existía entre ambos, siempre fueron muy unidos; al principio de esa amistad ambos se querían como hermanos: Stiles veía a Erik como un hermano mayor y Erik veía a Stiles como un hermano pequeño. Por eso, cuando Erik empezó a pensar en Stiles de un forma totalmente diferente a lo que un hermano debería pensar, se desespero. Empezó a alejarse de Stiles y no se dio cuenta de que lo estaba lastimando. De hecho, lo lastimo tanto que Stiles también se alejó. Hasta que un día Erik se entero por el padre del castaño que éste había ingresado al hospital. Apenas escucho esas palabras dejo lo que estaba haciendo y salió corriendo hacia el hospital. Ninguno de los dos podrá olvidar ese momento.

Blood HunterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora