Los 74ºJuegos del Hambre (Peeta & Gale)

19

Debo recordar aquella vez, cuando mi padre me llevo al quemador por primera vez, obviamente a escondidas de mi madre y mis hermanos que están en contra ya que es ilegal. Mi padre me ha llevado una mañana mientras todos ellos dormian. Me ha dicho que no debía decirle a nadie o debía comentar cualquier cosa que allí pasara. Mi padre conocía a muchas personas en ese lugar, tantas que no dejaron de saludarlo en mucho rato. Cuando pudimos comprar algunas cosas a muy bajo precio mi padre me ha hecho valorar cada pedazo de comida que me ha dado ya que me ha mostrado la necesidad de otras personas.

Cuando volvimos a casa pude ver a un hombre de mediana edad tirado en el suelo. Me acerque rapidamente a él, tratando de ayudarle pero mi padre me ha tomado del hombro.

El hombre ya estaba muerto.

Ese fue la primera vez que vi a alguien sin vida...

Ahora veo a Jeff, Nicolás, Haley, Tyde, Tresh, Clove y el resto de los diecinueve tributos que creíamos muertos nos miran fijamente, moviendo su cabeza de manera frenética. Como si algo les perturbara, me preguntó por un segundo como hicieron para devolverles a la vida. Pero sé que han sido alterados por los científicos del Capitolio así que no trato de darles muchas vueltas al asunto. Me sorprende como el deterioro físico de los antiguos tributos se ve evidenciado sobre su piel amarillenta con marcas de moretones en todas partes, inclusive puedo oler algo nauseabundo y definitivamente sé que son ellos.

Gale y yo no podemos vernos, porque temo que solo con un movimiento ellos pierdan la tranquilidad y se vengan sobre nosotros.
Ninguno de ellos lleva alguna arma pero solo con la posición de sus cuerpos sé que podrían matarme, aunque me arriesgo a llevar mi arma hacia mis manos, me preparo y le disparo al tributo que tengo más cerca. Que es un pequeño crío de unos doce años. Gale suelta un suspiro y yo dejo mis pulmones sin aire por lo que acabo de hacer pero recupero el aliento al ver como el niño se levanta del suelo, como si no le hubiese clavado un balazo en la cabeza.

—¿Qué está pasando? —masculla Gale, como si estuviese en un horrible sueño.

Y macabramente Clove nos da una sonrisa plena, mostrándonos sus blancos dientes.

Me asusto de verdad. Yo he visto su cuerpo tendido en el suelo, cuando le he asesinado. Ha sonado el cañonazo que ha sentenciado que la vida ha abandonado su cuerpo por completo. ¿Cómo está caminando? Mi cabeza empieza a dar vueltas, me empiezo a marear imaginando que nada de esto esta sucediendo.

Los tributos empiezan a dar pequeños pasos hacia nosotros, aunque son chuecos y cortos. Gale me toma la mano llevándose a su hombro su arma y sus carcajes, pone la ballesta en sus manos y dispara una flecha que se clava en la pierna de Tresh, pero el mismo se agacha un poco y saca la flecha de su pierna sin siquiera sangrar y sigue caminando como si nada. Rechino los dientes mientras todos ellos se vienen sobre nosotros con un sonido gélido saliendo de sus bocas. Gale presiona el botón que llamaría al ascensor. Como estamos en la azotea no tenemos las escaleras de emergencia cerca así que si queremos salir de esta, ésta es nuestra única opción.

Mientras cuento los segundos que pasan he disparado unas veinte veces tratando de derrumbar a nuestros enemigos pero no sucede mayor cosa que abrir un orificio de bala el cual no bota mucha sangre pero no causa mayor dolor. Solo retrasa al tributo solo unos segundos. Gale y yo nos ponemos cada uno a un extremo diferente de la puerta del elevador. Mi corazón amenaza con abandonar mi cuerpo con este subidón de adrenalina, los tributos muertos están tan cerca de nosotros que Gale estira la mano hacia mi lado para tomarla con fuerza.

Lo miro, como si fuese la última vez.

Respiro una vez más al escuchar las puertas del elevador abrirse, Gale toma mi camisa con fuerza entre su mano libre y me pone dentro de la pequeña caja que nos sacara de aquí. Con mi arma disparo en muchas ocasiones para que nadie pueda entrar.