Los 74ºJuegos del Hambre (Peeta & Gale)

3

Segundo noche en la cual no puedo dormir. Simplemente he cerrado la puerta y me he metido dentro de la habitación cuando Gale se ha encerrado en la suya. ¿Ha sido por que no he respondido a su beso?

Sus labios han sido cálidos y masculinos. Han sido todo lo que había esperado para mi primer beso, sus manos han ido a mis brazos y me han hecho su pequeña presa. No he abierto los ojos hasta cuando el se había ido. Fue sólo un segundo, fue un beso casto pero ahora extraño la fugaz sensación a la cual el me ha expuesto. No trató de comprender que ha pasado por mi cabeza en ese momento, debo admitirlo, Gale es un hombre alto, fornido y es un hombre, un hombre guapo. Él derrite a las chicas al pasar y sólo por su inclusión de testosterona en su barba que crece al pasar de los días. Ahora que lo veo de esta manera, Gale nunca había sido zona de cotilleo—para—besar de las chicas de la veta o el completo distrito 12. Muchas hablaban de que él y Katniss eran una especie de pareja que se refugiaba en el bosque, esa cosa sólo levantaba algo en mi, algo que hasta después de ese beso no había entendido: celos.

Algunos de mis compañeros e inclusive mi buena amiga Delly habían abogado en que estaba celoso de Gale por estar con Katniss. Pero ahora lo entiendo bien, no estaba celoso por Gale, estaba celoso por Katniss. Ella podría estar con Gale cuanto quisiera.

¿He necesito ese beso para confirmar mi atracción por ese él? Y ahora que la tengo ¿Eso afectará algo en Los Juegos?

Eso es lo que me da vueltas en la cabeza todo el resto de la noche. No me siento nervioso por llegar al Capitolio o mucho menos por el desfile de tributos al caer la noche, estoy nervioso porque tendré que ver a Gale otra vez al desayunar. ¿Podre saltarme el desayuno si finjo estar enfermo? No, eso no saldría bien. Siquiera podía hacer algo así cuando en la escuela nos obligaban a asistir al recorrido por las vetas de carbón. Odio ese lugar tanto como odio el sentimiento de confusión por el cual ahora atravieso.

Jamás he escuchado algo como un hombre besando a otro. ¿Sera eso legal en el Capitolio?

El Capitolio es un lugar lleno de excentricidades pero no puedo encontrar algo remotamente parecido a lo que pasa conmigo y Gale. Él ha sido el que me ha besado, yo sólo he respondido a su cálido contacto. Contacto que deseo que suceda nuevamente, ¿debería pedircelo yo? ¿Debería dárselo yo?

Me levantó de la cama solo por un vaso de agua. Me acercó al vagón de la cocina el cual obviamente esta vacío, abro la gran nevera y sacó un poco de agua en un vaso de vidrio que consigo en uno de los cajones hechos de metal de la parte superior. Dejó todo tal y como lo encontré y me dirijo a mi habitación con el vaso de agua a medio llenar en mi mano derecha. Cruzó el pasillo en el cual esta la habitación de Gale y la contigua de Haymitch. Me acercó un poco a la habitación de Gale, para quizás imaginarme el sonar de su respiración al dormir. ¿Podrá el dormir luego de lo que paso?

Al acercarme un poco a la puerta de metal y pone mi mano izquierda descubro que la puerta esta a medio cerrar, el murmuro que escuchó venir de la habitación de Haymitch es tan pequeño que debo concentrarme y acercarme un poco más para poder escuchar bien. Al lograr acercarme sin hacer ruido puedo notar que es la voz de Gale y Haymitch se filtra por la pequeña apertura que queda en la puerta de la habitación.

—Tienes que salvarlo. Tienes que salvarlo. —le dice Gale.

Haymitch parece chirriar los dientes:

—¿Y que pasará con tu familia? ¿Que será de Hazelle y tus hermanos?

—Tu y yo tendrán que ayudarlos. Le he pedido ayuda a Katniss también, Haymitch. Debes ayudarme.

—Eso no pasará. —Haymitch le responde.

Doy un paso atrás. Me quedó a un segundo de golpear un florero, hacerlo caer y quedar al descubierto.