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No puedo siquiera caminar, todos me miran con cara de desdén cuando han dicho mi nombre. No, no ha sido con desdén, ha sido con lastima. Saben que moriré ahora por la culpa de Los Juegos del Hambre. He sido el elegido, he sido el perdedor. Ahora mi vida les pertenece a las personas del capitolio y ellos encontraran la mejor manera de matarme para que todos puedan verme. Escucho el murmurar de las personas a mí alrededor, pero hago caso omiso. Apenas puedo concentrarme en cada paso que doy para no caerme, no necesito pedir permiso para salir y subir a la tarima. Todos me miran y abren un pasillo hecho de personas para que yo pueda pasar, trato de levantar la barbilla y caminar con seguridad hasta donde esta Effie Trinket pero mis pies fallan. Al llegar al lado de Effie solo veo su peluca color turquesa que no parece nada natural. En ese momento, momento en el cual Effie diría su típico <<¡Estupendo!>> el cual aturdiría mis oídos, sin embargo, Haymitch Abernathy abre la puerta de la casa del alcalde, puerta contigua a la tarima y allí cae de bruces de su propia ebriedad. Todos hacen como si nada hubiese ocurrido ya que el alcoholismo de Haymitch no es algo que sea noticia. Effie me mira con algo de pena y me pide pararme a su lado mientras ella lee el siguiente nombre de mi compañero.

Ella se dirige de nuevo el bol y saca el nuevo sobre, lo abre y dice el nombre rápidamente:

—Gale Hawthorne.

Y allí me pierdo, me muerdo el labio. Pido que alguien se ofrezca como voluntario pero ninguno hace nada, sucede exactamente lo que ha sucedido conmigo: todo el mundo se limita a mirar la expresión de dolor de Gale y lo dejan subir a la tarima.

Oh no, el no. Suplico.

Gale Hawthorne, jamás había conversado con él, nunca habíamos dirigido alguna palabra. Siquiera podíamos mantener la mirada fija en el otro después de ese satírico día de primavera. Ese día estaba corriendo, quizá lo hacía por mantenerme con vida por todos los críos que me molestaban por tener padres que tenían una panadería y asistía a la escuela como todo el mundo. Eso enfurecía a todos los alumnos de mi grado y ellos me golpeaban sin ninguna razón, no podía defenderme porque me ganaban en cantidad y fuerza, pero ese día trate de correr lo más fuerte que alguna vez haya corrido. Me he dado contra Gale tan fuerte que he caído varios centímetros lejos de él. Gale, me vio con algo de rabia pero al escuchar los pasos encharcados de mis atacantes se calmó. Ha mirado a los críos y se les ha ido encima, me he apartado dejando que la lluvia termine de empaparme, me he quedado en el suelo mientras Gale le daba una golpiza a todos los que se habían metido conmigo. Cuando ha acabado con ellos, porque los chicos se han ido corriendo. Gale me mira fijamente y se retiró sin decirme alguna cosa.

Desde ese día ninguno de aquellos críos me ha vuelto a siquiera ver a los ojos. Ninguno de ellos ha hablado de lo que paso en ese callejón e inclusive Gale y yo no hemos hablado. Intente darle las gracias por lo que había hecho, me siento muy agradecido por su ayuda. Pero no pude hablar con él. Por esa razón matar a Gale Hawthorne se me seria difícil.

—Démosle un aplauso a nuestros tributos. —Dice Effie aplaudiendo.

Pero todos se quedan en silencio, todos están tan disgustados como nosotros. Todas las personas seguro han visto lo que hacen en una ocasión anterior. Todos ellos se llevan los tres dedos centrales de la mano izquierda a los labios, imprimen un pequeño beso y levantan la mano sobre su hombro.
Estoy sin palabras, ese saludo significa respeto en mi distrito y en todo Panem.

Las cámaras se han apagado, nadie en Panem puede vernos ya. Suena el himno, veo el escudo de Panem en las grandes pantallas y dos agentes de la paz vienen a echarnos dentro del edificio de la justicia. Un agente de la paz trae a Haymitch sobre los hombros y Effie ordena que lo pongan sobre un sillón de cuero gris en la mitad del recibidor. Todos nos piden pasar por un largo pasillo y nos dividen en dos habitaciones contiguas.

Los 74ºJuegos del Hambre (Peeta & Gale)Where stories live. Discover now