Capítulo 27.

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El golpe de alguien llamando a la puerta de la oficina de cardiovascular le hizo dejar el folio a un lado aquella mañana de día lunes.

- Adelante. – Dijo Lauren.

Vió entrar a Andrew con dos vasos de café, y una pinta de no haber pegado ojo en toda la noche.

- ¿Post guardia? – Dijo levemente riendo la cirujana.

- Ey, que te he traído café. – Dijo fingiendo enfado el pelinegro.

Ayudó al chico para luego sentarse junto a él frente al escritorio. Cómo habían cambiado las cosas, ya casi no podía recordar a Andrew gritándole en el servicio de urgencia y ella rompiéndole la boca para hacerlo callar.

- ¿Qué tal todo? – Dijo curiosa la ojiverde.

- Bien... Bueno, llevo unos días pensando en algo, sé que quizás tú también lo has pensado, pero... - Dudó en seguir.

- ¿Mm?

- ¿No crees que Camila debería hacerse un estudio? Ya sabes, la cardiomiopatía, su padre, su hermana... - Dijo finalmente Andrew.

Lauren apretó su mandíbula, era verdad, llevaba algunos días dándole vuelta, pero no quería saturar a su novia con todo, Camila había sido testaruda, seguía trabajando todas sus horas, y además se preocupada de luego ir a ver a Sofía hasta tarde en la noche y luego ir a dormir.

- Lo sé, es sólo que, bueno, ha estado tan preocupada por Sofía y ya sabes, nosotras... No ha sido muy fácil para ella...

- Y será más difícil si es que algo llega a pasar con ella. – Espetó con miedo el pelinegro.

La cirujana afirmó en silencio, y un sabor amargo se instaló en su boca, no sabía cómo hablarlo con su novia, pero debía hacerlo, y pronto.

- Se lo diré hoy Andrew, te lo prometo. – Objetivó Lauren.

- Pero el estudio no lo harás tú. – Dijo casi afirmando el pelinegro.

- No, claro que no. – Dijo Lauren levantándose del asiento.

- ¿Quieres que hable con Hamilton o McHill?

- No, déjame hablar primero con Camila, luego podemos hablar con ellos.

Andrew sonrió levemente a Lauren y también se levantó.

- Lauren, sé que tienes miedo, yo también lo tengo.

La cirujana respiró hondamente para luego afirmar en silencio.

- Hasta ahora. – Se despidió el pelinegro saliendo de la oficina.

...

Camila observaba detenidamente cómo la cirujana no quitaba ojo del plato de comida durante la cena, era raro, Lauren siempre intentaba hablar con ella todo lo que en el día había pasado, incluso ahora que no pasaban tantas horas juntas debido a que ella se iba de visita algunas horas luego del trabajo donde Sofía y su madre.

- ¿Cariño? – Dijo suavemente Camila llamando la atención de la ojiverde.

- ¿Mm? – Fue el sonido inentendible de la boca de Lauren con comida.

- ¿Ha pasado algo? Te ves preocupada. – Dijo curiosa la morena.

La cirujana dejó de comer y movió uno de sus pies de forma inquieta, intentando buscar respuestas en sus propias manos.

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