Capítulo 26.

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La mano de la cirujana acariciaba los mechones de los cabellos de la cardióloga que yacía durmiendo en el sofá, Camila se había quedado dormida a los 10 segundos en que se sentó ahí, ni siquiera había alcanzado a comer algo. Lauren sonrió para sí.

Sabía que debían hablar, ella necesitaba que Camila se explicara, y seguramente la morena le daría una gran discusión luego de preguntarle por qué había desaparecido por tantos días, suspiró fuertemente, lo cual hizo sobresaltar el cuerpo de su novia, volvió a sonreír para sí.

¿Qué hubiera pasado si en lugar de Sofía quien hubiera hecho la insuficiencia cardiaca hubiera sido Camila? Se removió en su lugar mirando con miedo hacia el rostro tranquilo de la cardióloga, lo más seguro es que ella se hubiera negado a operar a su novia, no podía, estaba totalmente prohibido y ella no se hubiera sentido capaz de siquiera soportar la idea de ver a Camila en unas de las camillas del servicio de urgencias.

Con leves besos en el rostro de la cardióloga Lauren consiguió despertar a la morena.

- Necesitas comer, y sinceramente, yo también. – Le dijo con un tono suave.

El cuerpo de Camila se removió desperezándose, mientras sonreía levemente.

- No hemos comprado coca cola. – Dijo riendo la morena.

- Oh, lo sé, puedo superarlo. – Le sonrió ampliamente.

Camila se acercó y le dejó un leve beso en los labios, para luego mirarla a los ojos.

- Debemos comer primero. – Objetivó Lauren.

La ojiverde observó cómo Camila se dirigió a la cocina, para tener una tranquila comida sólo hablando de la cirugía de Sofía.

- Estoy esperando una explicación... Estoy muy enfadada contigo Lauren. – Dijo finalmente Camila.

- Pues yo también lo estoy contigo. – Dijo intentando sonar tranquila.

- No fui yo la que desapareció por casi dos semanas. – Objetivó la morena.

- Y no fui yo la que habló mal de ti en el trabajo.

La cirujana se levantó de la mesa llevándose los platos sucios. Ahí iban, iban a comenzar una pelea y quiso recriminarse todas las situaciones hipotéticas que se había imaginado en aquellos días para poder enfrentar a su novia.

- Lauren, te has saltado una orden de no reanimación, joder, que está de más decirte que ha sido totalmente incorrecto. – Dijo exasperada la morena.

- Y tú has ido donde el tío de ética a decirle que no sé hacer mi trabajo. – Espetó la cirujana.

- ¡No ha sido así! Al menos podrías haberme preguntado cómo fueron las cosas.

- ¿Sí? ¿Cuándo? ¿Cuándo no podías siquiera mirarme a los ojos cuando estábamos en la oficina? – Apretó la mandíbula.

- Y tú podrías no haber desaparecido de la nada, ¡Joder!

Se volteó para abrir el agua del fregadero para así no continuar mirando a su novia, estaba tan enfadada, no sólo con su novia, sino que con ella misma, seguía pensando que había sido lo correcto reanimar a la paciente, y a pesar de todas aquellas sesiones que había tenido con la psicóloga no podía ver su error, y aquello le amargaba.

- ¿Podrías dejar de fregar los platos? Estoy hablando contigo. – Dijo la cardióloga molesta.

- No quiero pelear. – Dijo cansada la cirujana.

Latidos. (CAMREN)Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ