17. Los gritos que trajo el viento

10.1K 1K 706
                                    

¡Hola! No me gusta dejar notas al inicio de los capítulos, así que seré breve

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Hola! No me gusta dejar notas al inicio de los capítulos, así que seré breve. Este cap tiene muchos cambios, pero los antiguos lectores pueden saber lo que va a pasar. Pido que, aunque sepáis quién miente y quién dice la verdad, no lo reveléis. Comentar cosas como "odio a x personaje, es un mentiroso" cuando aún no se sabe si miente o no, puede ser spoiler para los lectores nuevos. Igual que comentar "¡no le hagas caso!, ¡no te dejes engañar!" y similares.

Mil gracias por la comprensión, ¡ahora a disfrutar de la lectura!

Iván cumplió su palabra. Poco después de la partida de Elliot, le informó de que había encontrado un maestro que la enseñara a leer. Cuando preguntó de quién se trataba, él se limitó a sonreír y le dijo que la esperaba en la biblioteca.

Wendolyn se dirigió allí y estuvo a punto de disculparse cuando se encontró con William. Seguramente había interrumpido algún asunto importante y era mejor que buscara a su maestro para cambiar de lugar.

Pero el vampiro dijo "¿empezamos?" y señaló una mesa sobre la que había varios libros, tinta y pergamino.

Desde entonces, le daba clase casi a diario, siempre que no tuviera otros asuntos que atender. Al principio se sintió cohibida y nerviosa, pero él demostró ser un excelente tutor con una paciencia infinita.

Pronto, fue capaz de leer libros sencillos, aunque su caligrafía estaba tomando más tiempo en mejorar.

—Hoy me he levantado con el alba. El sol de—decoloró lentamente el negro de la no—noche. La luna y las estrellas marcharon a descansar mientras el...

Wendolyn se detuvo y frunció el ceño inclinándose aún más sobre las hojas apergaminadas.

—... mientras el astro rey despertaba a todas las criaturas que habitaban Skhädell —continuó William—. Sus rayos eran imparables, atravesando incluso la superficie cristalina del agua.

—Este libro es absurdo —se enfurruñó Wendy tras escuchar cómo el vampiro recitaba aquellas palabras de memoria con una entonación perfecta, lejos de sus lamentables balbuceos—. No comprendo qué pretende enseñarme.

Se frotó los ojos luchando por mantener la vista nítida. Llevaba horas leyendo y pronto amanecería. Estaba cansada pero no quería decírselo a William que había hecho un esfuerzo por encontrar tiempo en una noche ajetreada.

—Entonces debes leer con más atención, Wendolyn.

—He visto el amanecer incontables veces y siempre es igual. Primero un tono rosado, después anaranjado y, finalmente, amarillo. No hace falta leer un libro para saberlo.

—Wendolyn, los amaneceres son mucho más complejos que eso. Sin embargo, describirlos no es el objetivo de este libro.

—Entonces, ¿cuál es su objetivo? —pregunto sin poder evitar dirigirle una mirada desafiante.

Los eternos malditos ✔️ [El canto de la calavera 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora