Capítulo 35: Propuesta Indecente

38.8K 2.3K 537
                                    

—¿Qué crees que haces?—Dije en tono divertido cuando me separe de los labios de Dylan. Voltee a ver donde minutos antes estaba el simpático castaño pero no estaba. Mire a la mesa que había ocupado junto a los dos hombres pero se encontraba completamente vacía—Espantaste al cliente.

El castaño a mi lado sonrió con arrogancia.

—Esa era la idea nena, ese idiota quería lo que es mío—Dijo mientras se inclinaba y dejaba un suave pico en mis labios.

—¿Tuyo? Si de casualidad estas hablando de mí, créeme cuando te digo que no soy tuya.

Él me miro y sus cejas se alzaron sorprendidas. Pero sus labios mostraban una sonrisa juguetona.

—¿Ah no eres mía?—Dijo cruzándose de brazos.

—No—Dije mirándolo seria.

—Tendré que hacer algo al respecto—Dicho eso, se volteo y se fue caminando a atender mesas, dejándome completamente confundida ante sus palabras.

Rodé los ojos y me dispuse a cobrar las cuentas.

—Uy, que celoso me salió Maslow—Dijo Maura a mi lado—Tengo que admitir que ese si fue un beso. ¿Te gusta Dylan?

Su pregunta me tomo desprevenida. No sabía que tenía que contestar. ¿Qué si? ¿Qué no?

Claro está que no quiero quedar como una estúpida más que anda detrás del gran mujeriego. Aunque por su actitud y el recién e intenso beso dejaba claro que no era una más, yo le interesaba. Solo espero que el idiota deje de coquetear con las clientes para darme celos porque o sino la pequeña y linda cafetería terminaría ardiendo en llamas a punta de mis macabros celos.

—Creo que sí—Decidí responder finalmente. Ella me miro sorprendida y suspiro.

—Lo sabía. Por lo que he visto, tú también le gusta a él—Dijo y señalo con un movimiento de cabeza hacia Dylan. Que me miraba desde una mesa, al ver que miré en su dirección me guiño un ojo. Que hermosa sonrisa tiene...

—Sabes no dudo de que yo le intereso a Dylan...—Necesitaba hablar de este tema con alguien, en este momento Maura es lo mas cercano—Pero no sé si él pueda dejar de ser lo que siempre ha sido.

Ella volteo a mirarme con el ceño fruncido.

—¿Mujeriego?—Rodó una silla colocándola a mi lado y sentándose en ella—¿A eso te refieres?

—Si—Dije encogiéndome de hombros—Se que yo le intereso porque me lo ha demostrado, pero siento que le gusto porque soy ese no que él no esta dispuesto a aceptar. Siento que le atraigo porque me ve como un desafío: hacer que la chica difícil se fije en él. ¿Qué si cuando ya me tenga simplemente dejo de interesarle? O peor, no pueda dejar de estar con miles de mujeres más.

—Mira es normal que sientas eso, la reputación de Dylan no es la mejor. Ambas sabemos que en su vida jamás ha tenido una novia. Él jamás besa a una chica para demostrarle a otro que es suya. Su estrategia y plan de ataque siempre era: llevar a la cama y olvidarla luego. Deberías sentirte bien siendo tú la primera que está logrando que él quiera más, por así decirlo.

Coloco su mano en mi hombro, queriendo darme consuelo por la manera en la que me siento. La verdad sus palabras eran totalmente ciertas, por lo que dicen Dylan jamás había perseguido a una chica. A mí en cambio, desde el primer día me acosaba.

—No te estoy diciendo que él será el más perfecto contigo, que no dañará las cosas o que cambie completamente. Porque no será así. Dylan es hombre, por lo tanto, cagarla esta en su sistema. Pero tienes que tenerle paciencia. Porque estoy segura de que él esta colocando su mejor esfuerzo por ti. Deberías tenerle más fe.

—Creo que tienes razón—Dije sonriéndole—Gracias, mechiazul.

Ella me miro con una sonrisa divertida y luego de murmura un -maldita castaña- se fue a seguir con su trabajo. Yo, reanude el mío y cobre algunas cuentas que Dylan y Adam me pedían.



Eran las seis de la tarde y yo estaba lista para irme a casa. Quería pasar a ver primero a Megan para saludarla. No quería que sintiera que nos veíamos poco ahora que yo soy independiente. Aunque nuestra rutina por las mañanas no ha cambiado, yo sigo siendo la fiel chofer de la rubia. Ni loca dejo de serlo, no quiero que sus cualidades para conducir provoquen el accidente más grande del mundo.


Tome mi cartera y me levante dispuesta a irme ya, Maura y Adam como siempre ya habían salido. Según vivían cerca y por eso se van juntos. Entre a la cocina para despedirme de Peter y Dayana. Ambos me desearon feliz noche al igual que yo a ellos. Me decepcione un poco al ver que Dylan no estaba ahí. No lo veía desde esta tarde, había desaparecido de repente. Pensando en que ya se había ido y sintiéndome rara porque no se despidió de mí, salí de la cafetería y camine a paso rápido hacia donde siempre dejo mi auto estacionado.


Sonreí al ver la figura recostada en mi auto. Dylan Maslow y un ramo de rosas. Jamás me habría imaginado que eso fuera posible.

Al verme, camino hacia mí con una sonrisa en su rostro.

—Uhm, ¿Me harás alguna clase de propuesta indecente y por eso me traes rosas?—Dije juguetona.

—No, no soy Romeo Santos—Respondió divertido, haciéndome reír a mí.

—¿Entonces?—Pregunte aun con la sonrisa en mi rostro, ahora enfrente y cerca de él.

—Dame un minuto, nunca había hecho esto.

Se quedo callado unos segundos viéndome para luego hablar.

—No será lo más romántico y lo sé. Pero para mí, esto es lo mas romántico que he hecho en toda mi vida—Dijo sonriente mientras miraba el ramo—Te quiero, Sky. Y no soporto la idea de que otro venga y te coquetee. No soporto que no seas mía. Quiero poder gritarle al mundo que nos pertenecemos...

Mi corazón latía a mil. Una extraña sensación invadía mi cuerpo mientras lo escuchaba hablar.

—Es la primera vez que hago esto, no te voy a prometer que seré el mejor porque soy humano y por ende, no soy perfecto, sé que soy exactamente lo que no mereces. Pero si te puedo prometer que voy a luchar por ti y por arreglar las cosas cada vez que la cague—Ambos reímos. Yo rodé mis ojos—Sé que es pronto pero no me importa el tiempo, jamás le había preguntado esto a una chica y estoy inmensamente feliz de que tú seas la primera... Sky Lynn Hamilton Wickham, ¿Quieres ser mi novia?

Sentí como mi corazón se paralizo. Dejando de latir ante la grata sorpresa de la pregunta formulada por Dylan. Quería que alguien viniera ya mismo y me pellizcara, así podría despertarme de este sueño tan hermoso y llorar por no ser mi realidad.

Me miraba emocionado, esperando por una respuesta pero mi cuerpo se negaba a reaccionar. Nunca me había pasado algo así, simplemente los nervios en mí habían hecho que mi cuerpo se quedara paralizado del miedo. Solo podía verlo a él y sonreír.

Cuando finalmente mi cuerpo recibió las instrucciones de mi emocionado cerebro, mi corazón volvió a la vida y procese emocionada en mi mente las palabras tan hermosas de Dylan.

Asentí repetidas veces con mi cabeza, para luego saltar en sus brazos sin importarme aplastar el hermoso ramo de rosas.

—¡Si! ¡Si quiero ser tú novia!

Amor y GuerraDove le storie prendono vita. Scoprilo ora