Capítulo 14

5.9K 384 35
                                    

***


La rutina era algo que definitivamente me hacía sentirme completamente estable. Sentir cómo todo en mi vida iba bien por una semana fue realmente gratificante.

Todas las mañanas despertaba junto a Zac. Nunca nos tocábamos por las noches ni aparecíamos enredados en la madrugada; era como si nos tuviésemos miedo, de un modo u otro. Luego de eso, nos levantábamos, la mayoría de las veces de muy buen humor, y cada uno hacía lo que debía hacer. Luego de clases él pasaba a recogerme a las seis en la entrada del establecimiento. Sentía que, de alguna manera, estábamos creando un lazo y un estilo de vida. Aunque eso era, claramente, lo más patético que había sentido en mi vida, puesto que eso no fue así para Zac. 

Con casi cuatro meses de embarazo, mi estómago no mostraba señales notorias de un bebé ahí dentro, pero se estaba formando una ligera protuberancia. Me incomodaba saber que en los próximos cinco meses que quedaban, esa pequeña bolita iría creciendo más y más y mi embarazo ya no sería un secreto.

No me sentía avergonzada de ello, no de mi embarazo, sino del simple hecho de saber que la gente me juzgará y me tratará distinto por tener un bebé a los dieciocho años. Me costaba admitirlo, pero siempre me afectó lo que la gente dijera de mi. 

—¿Ya no vas a fiestas, Leah?—me preguntó Mariah, una compañera de la clase de filosofía. Fruncí el ceño y negué con la cabeza ante su pregunta.

—He ido al menos dos veces a fiestas. ¿Por qué? 

—Ah, tal vez me confundí de persona. Bueno, de todas formas, esta noche hay una fiesta. Puedes venir—me invitó con cordialidad. Me agradaba mucho Mariah y se estaba convirtiendo en una amiga cercana. Parece ser que estaba siendo la única amiga que tenía, ciertamente.

—No lo sé, no me gustan mucho las fiestas, para ser sincera—respondí sin mucho entusiasmo. La clase estaba por terminar y el profesor ya estaba guardando sus cosas, aunque debíamos esperar a que suene la campana para salir.

—Bueno, estará casi todo el liceo. Deberías ir y conocer gente. Escuché que Jace está interesado en ti y va a ir  —meneó las cejas con coqueteo. Fruncí el ceño y me eché a reír. 

—Es Jace, Mariah. Demasiado drama para mi cuerpo—suspiré rodando los ojos. La campana sonó, por lo que ya podíamos salir.

—Hasta la próxima semana, alumnos—dijo el profesor y fue uno de los primeros en retirarse. Parecía apurado.

—Bueno, si cambias de opinión en cuanto a la fiesta, te enviaré la dirección por mensaje. 

Asentí guardando mis cosas. Nos despedimos y ella tomó su camino junto a su novio, James, mientras yo me dirigía hacia la entrada trasera del liceo. Zac siempre llegaba un poco tarde ya que debía bañarse y cambiarse debido al entrenamiento, por lo que yo me sentaba siempre en la escalera a escuchar música y esperar pacientemente.

Al cabo de cinco minutos, me llegó un mensaje. 

Zac: Hola, tuve un problema familiar. No podré ir a buscarte y no iré a casa. Lo siento. Cuídate.

Me sentí un poco decepcionada pero después de pensarlo, me preocupé. ¿Qué problema habrá tenido? De una forma u otra, esperé que no fuera nada grave y todo se solucionara dentro de los días. 

Mi pequeña casualidad ® | [En proceso]Where stories live. Discover now