Capítulo 5

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hola 🤓

***

Mentiría si dijera que al otro día me levanté con fuerza, dispuesta a superar los problemas que habían en mi vida. No fue así; sólo lloré nuevamente. La sensibilidad que el embarazo me producía era definitivamente una de las cosas más detestables del proceso. Kiara me había explicado varias cosas que, sinceramente, en un comienzo no creí. ¿Cómo era posible sufrir tantos cambios de humor sólo por tener una bolita de células dentro? Había demasiada ciencia en eso, pero las explicaciones no lograban entrar con facilidad a mi mente. Era algo que simplemente no podía entender; pero que con el paso del tiempo fui comprendiendo.

—¿Leah?—habló mi madre al otro lado de la puerta. Me sequé la cara rápidamente y aclaré mi garganta. Otra de las buenas cosas que se podían rescatar era el sencillo hecho de que mi madre ya no bebía. Y puedo asegurar que no había nada que me alegre más que eso; sentía que tenía todo su apoyo, en un estado de conciencia puro.

—Pasa—hablé poniendo una voz distinta.

—Tanya está aquí—musitó. Juro que jamás me sentí tan malditamente enojada como en ese momento. Mi tristeza se fue, mi decepción se esfumó; lo único que sentía con fervor era rabia. Pude sentir cómo mis mejillas se calentaban de indignación.

—Dile que se vaya—hablé pausado y fuerte. Casi pude escuchar cómo mi madre tragaba saliva con nerviosismo.

—Es algo acerca del embarazo—susurró lentamente. Mi corazón se detuvo por una milésima de segundos. Abrí los ojos con fuerza mientras una punzada atacaba mi cabeza. Creo que esos dos días fueron los más estresantes de toda mi maldita vida.

—¡¿Le dijiste?!—grité, tan alto como para que se espante, pero tan bajo como para que Tanya no escuche. Supuse que estaría en la puerta de entrada. Mi mamá frunció las cejas y negó con la cabeza rápidamente, haciendo que me alivie un poco.

—No, Leah, no tengo ni idea de cómo ella sabe eso—dijo. Le creí porque había angustia en sus ojos. Intenté calmarme respirando con lentitud. Me pasé las manos por la cara y me rasqué la cabeza haciendo una mueca. Asentí, dándole a entender que estaba de acuerdo con que Tanya pase. Mi madre se quedó quieta en la puerta, esperando un poco, pero al cabo de cinco segundos movió la cabeza y fue a buscar a Tanya.

Durante aquellos segundos que parecieron eternos, pensé en todas las teorías que anteriormente había formulado en mi mente. Tanya sabía lo que había ocurrido en la fiesta, o sabía lo que había pasado algún día de borrachera.  Mi pecho se sentía tan apretado de angustia, que por un momento creí que no podía soportarlo más. Y pensé en el bebé nuevamente, intentando apaciguar mis emociones, y no dejar que lo afecten a él.

Tanya entró en mi habitación y la sentí como una total desconocida. Hasta me parecía que tenía otro sentimiento en los ojos; totalmente ajeno a lo que había sentido hace cinco meses, cuando nuestra amistad era más fuerte que nunca.

—¿Cómo lo sabes?—fue lo único que logré decir. Se quedó parada en la puerta, afirmando una pequeña cartera entre sus manos. Me miró a los ojos con firmeza y tragó saliva. Sentía mi corazón latir por todas partes en mi cuerpo; pero era doloroso, se sentía como si aquellas palpitaciones me mataran.

—No lo sabía. Acabo de confirmarlo—habló dejándome con una tremenda incógnita en la cabeza. No expresé nada ni hice ademanes. Esperé a que siga hablando—Llegué aquí diciendo que sabía del embarazo, pero no sabía si era cierto. Cuando vi el rostro de tu mamá entendí que sí. Cuando me contaste lo de los exámenes. Mis dudas crecían—habló con un tono neutro. No me miró cuando habló. Sólo enfocó su vista en la pequeña cartera dorada—Sinceramente, pensé... O más bien, rogué, que ese día sea uno de los que hay poca probabilidad de embarazo. Pero no lo fue—cada palabra que pronunciaba creaba una migraña en mi mente. Sentí un tic en el ojo de puro nerviosismo y ansiedad— No diré que lo siento. Yo hice que eso pasara, yo tengo la culpa. Y, con toda la verdad, no lo siento, Leah—habló con crueldad. A pesar de no entender ni un poco de lo que decía, las lágrimas comenzaron a llenar mis ojos.

Mi pequeña casualidad ® | [En proceso]Where stories live. Discover now