Capítulo 34.

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Habían pasado un par de días desde que habíamos vuelto a ser novios con Brad. Estuvimos saliendo a diferentes sitios, se quedaba en mi casa a dormir, habíamos ido al cine con mi hermana—tal como le había prometido por haber guardado mi secreto con Brad—, incluso salimos  con James y Emma otra vez y estos dos se veían cada día más interesados en el otro. Habíamos intentado reunirnos con Connor pero estaba un poco ocupado saliendo con su novia, aquella chica que había conocido por internet y resultó ser alguien muy agradable según los chicos ya que nunca la había llegado a conocer. Todo parecía estar bien, excepto Brad.
A pesar de que insistiera en que estaba bien sabía que algo le había pasado en los días que no ha habíamos hablado. Lo notaba un poco perdido y preocupado en ocasiones, incluso hasta asustado. Le había preguntado que estaba pasando pero siempre me respondía que estaba bien y que dejara de imaginar cosas. Insistía que lo importante era yo, no él.
El problema era que en los últimos días había tenido pesadillas —o al menos así prefería llamarlas—, eran fragmentos de recuerdos sobre las veces que había tenido problemas de ira y había atacado a alguien. Esos últimos días eran sobre mi padre. Podía verlo golpeado y sangrando en el suelo, escuchaba los llantos de mi hermana y los gritos de Brad para que me detuviera, incluso podía sentir el dolor en mis nudillos por los golpes que le daba. Luego me despertaba gritando, sudando, asustado, y asqueado conmigo mismo por lo que había hecho. Brad había estado dos veces a mi lado cuando había ocurrido eso y me había abrazado asegurando que todo iba a estar bien incluso cuando ni siquiera él podía hacerlo. Yo solo asentía haciendole creer que le creía, porque quería hacerlo, de verdad.
Estaba bien, o al menos eso quería creer. Mi únicos problemas eran aquellas pesadillas y Brad, y lamentablemente no sabía como solucionar ninguno de los dos. Pero al menos no era él único, James nos había llamado para que lo ayudaramos en algo, no nos había dicho qué pero sabíamos que era importante si requería la presencia de todos.
Fui el último en llegar y su mamá me dejo entrar avisandome que todos estaban en la habitación de su hijo esperandome. Cuando entré  vi a James acostado en la cama con una almohada apoyada contra su rostro por lo que supe que estaba frustrado. Connor estaba de un lado de los pies de la cama y Brad del otro, ambos hablaban ignorando completamente a James a pesar de que este era el del problema. A veces me preguntaba porqué James era nuestro amigo. Connor me vio y le hizo una seña a Brad con la cabeza de que volteara a verme.

—Toc, toc —di dos golpes a la puerta ya abierta y caminé hasta Brad quien me miraba con una si risa en su rostro. Se corrió un poco dejandome un espacio a su lado y y me senté junto a él. Intenté darle un beso en la mejilla pero corrió su cara y terminé besandolo en los labios, sonreí—. Hola.

—Hola —sonrió también y apoyó su mano en mi rodilla, era un pequeño gesto que habíamos adoptado en el tiempo que estábamos juntos.

—Ustedes dos cada día más gays, consigan una habitación —bromeó James y rodé los ojos divertido. Brad no dijo nada pero sacó su mano de mi rodilla de manera rápida y la apoyó en su muslo, se veía un poco avergonzado.

— ¡Connor! ¿Cómo has estado? —cambié de tema, choqué los cinco con él e intenté no pensar en la expresión de Brad.

—Bien ¿Qué tal tú? —sonrió y debía admitir que había extrañado verlo.

—Bien, ¿Cómo está tu novia?

—Estamos bien, deberías conocerla.

—Tal vez podemos salir los cuatro: ustedes, Brad y yo, si quieres.

—Sería genial —dijo emocionado y me alegraba de verlo así.

—Lamento interrumpir pero están aquí para ayudarme ¡No para arreglar citas! —se quejó James y finalmente apartó la almohada de su rostro.

you should love me ; tradleyWhere stories live. Discover now