Capítulo 27

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Me gustaría decir que desperté por la luz del sol colandose por mi ventana pero la verdad era que al parecer Brad olvidó apagar su alarma de la mañana y ésta sonó hasta que me desperté confundido y malhumorado. Luego de apagarla cerré mis ojos otra vez y le di la espalda a mi novio un poco molesto intentando volver a conciliar el sueño otra vez. No funcionó. No porque no tuviera deseos de dormir, o porque tuviera tanta hambre que me obligara a levantarme, sino porque alguien me abrazó por la espalda besando mi mejilla.

—Buenos días. —me saludó.

—¿Qué tienen de buenos? —dije intentando cubrir mi rostro con las sábanas.

—Que existo. —Se rió.

—Gracias por no desactivar tu alarma de las nueve de la mañana. —logré cubrirme la cabeza.

—No seas amargado Tris, destapate la cara. —intentó forcejear conmigo.

—Se supone que tu eres el gruñón de las mañanas, no puedes estar de buen humor. —solté las sabanas e hice un puchero.

—Solo mírame, puedo hacer lo que quiero. —besó mis labios rápidamente.

—Ahora si es un buen día. —sonreí. Él rodeó mi cintura con su brazo y besó mi cuello provocándome pequeñas cosquillas.

—Claro que lo es. No quiero moverme de aquí. —se quejó bostezando.

—No tenemos porqué hacerlo. —dije jugando con su enredado cabello.

—Claro que sí. Debo volver a casa, solo he estado un día allí y ya me he ido. —se rió suavemente.

—¿Qué puedo decir? Todos quieren disfrutar de mi compañía. —Bromeé.

—Púdrete. —levantó su dedo medio en el aire para que pudiera verlo sin tener que moverse de su lugar mientras se reía.

—No te vayas. —nos rodeé por la cama hasta quedar sobre él y comencé a besar diferentes partes de su rostro—. Por. Favor. Quedate. Un. Poco. Más. —dije entre besos.

—No puedo, además nos veremos esta noche. —se movió de una manera en la que consiguió estar encima mío.

—Sí, pero no es suficiente. —hice puchero otra vez y él me sonrió al mismo tiempo que se acercaba a mis labios para besarme.

—Voy a vestirme. —Salió de encima mío y se sentó en el borde de la cama unos segundos—. ¿Recuerdas dónde puse mi ropa ayer?

—No. Tal vez las tiramos al suelo porque estábamos desesperados por desnudarnos. —le guiñé el ojo y él los puso en blanco.

—Veo que ya estás de buen humor. —se paró en busca de sus prendas y pude observar como mi remera le quedaba tan grande haciéndolo tan pequeño y adorable, sus manos frotando sus somnolientos ojos y luego apartando sus rizos que le caían por la frente. Deseaba despertar cada mañana con él para poder observar esa secuencia por el resto de mi vida si me lo permitía, renunciaría a ver mi película favorita con tal de poder verlo con mis ropas gigantes todos los días. Lamentablemente encontró su ropa y comenzó a cambiarse mis prendas por las suyas y no pude evitar observar su cuerpo. No tenía nada especial que hiciera que todos se giraran para verlo cuando caminaba, no era un súpermodelo de ropa interior pero sin embargo para mi era perfecto. Todo él me hacía feliz y estar agradecido de poder tenerlo en mi vida. Bradley era arte y yo podría pasar horas y horas apreciandolo-. Ya es hora de irme amor, te veo más tarde. Avísamente a que hora me pasas a buscar para ir a la fiesta. -se acercó y depositó un corto beso en mis labios por lo que tomé su cabeza e impedí que se alejara profundizando nuestro beso.

you should love me ; tradleyWhere stories live. Discover now