you should love me ; tradley

Capítulo 29

Pasaron veinte minutos antes de que mis dedos se volvieran pasas y decidiera que teníamos que salir de la piscina, Brad se quejó y se negó a salir así que siguió nadando mientras yo estaba en una esquina pensando como convencerlo ya que él era el que sabía donde estaban las toallas para secarnos y finalmente cambiarme de ropa.

-Una mamada -nombré entre todo lo que ya había dicho para convencerlo y no funcionaba ya que seguía flotando pacíficamente sin importarle nada.

-Si sigues nombrando cosas relacionadas al sexo voy a golpearte, ya te he dicho que eso no va a funcionar nunca.

-Al menos dime donde están las toallas así no entro a tu casa y la mojo completamente -rodé los ojos.

-Mmm, no, no tengo ganas -se rió.

-Está bien, no lo necesito, me secaré a la luz del sol. Solo no mires en mi dirección.

Brad levantó su dedo pulgar dejándome saber que aceptaba mi decisión. Me senté en la orilla de la piscina apoyándome sobre mis brazos y me aseguré de que mis pies no tocaran el agua. Bradley seguía flotando en su lugar con los ojos cerrados con su cuerpo boca arriba, los rayos del sol iluminándolo como si algún Dios hubiese decidido exponerlo en una muestra de arte para el cielo y él ni siquiera lo supiera o le importara. Porque a Brad no parecía importarle lo que provocaba en las personas, ya sea positivo o negativo, era como si en su mundo solo fuera él, sin nadie más que lo molestara o lo ayudara, tal vez esa era la razón por la cual no tenía amigos además de nosotros (o al menos nunca los había conocido), o por lo que solía ser tan reservado con los temas tan personales como su familia, ni siquiera sabíamos que hacía en sus días libres en casa o incluso cuando salía del hotel y volvía horas más tarde excepto cuando regresaba con una chica, entonces era diferente.
Habían solo tres cosas que todos sabíamos sobre Bradley: amaba a su familia más que a nada en el mundo, por eso no solíamos verlo en las vacaciones ya que no se despegaba de ellos ni un momento (por lo cual me sorprendí cuando me propuso verlo y se quedó en mi casa); no le gustaban las personas que se entrometían en sus asuntos debido a que sus secretos eran suyos y se los llevaría a la tumba; y por último él nunca lloraba, lo conocía por tres años y nunca lo había visto llorar, ni siquiera James o Connor, hasta que se enteró de que estaba enamorado de él y luego cuando me había engañado. Lo cual odiaba porque no quería que llorara por mi culpa.
A veces me gustaba observarlo cuando estaba distraído, siempre parecía estar pensando algo, me gustaba intentar adivinar pero sabía que era un juego que nunca ganaría.
Despejé mi mente de esos pensamientos que no me llevaban a ningún lado y cerré mis ojos con mi cabeza mirando hacía el cielo, unos minutos más y finalmente estaría seco e iría a ponerme una camiseta seca. No podía creer que estuviera sin camiseta en un lugar donde fácilmente alguien podría verme, especialmente Brad, lo único que ayudaba era que él estaba perdido en su mundo y no me estaba prestando atención.
Abrí mis ojos sobresaltado cuando sentí algo tocar mis piernas y me tranquilicé un poco cuando vi que era Brad, luego volví a exaltarme cuando me di cuenta de que estaba sin remera así que intenté cubrirme con mis manos al menos.

-No lo hagas -tomó mis manos y las apartó de mi abdomen, separó mis piernas y se ubicó entre estas acariciándolas con sus manos. Se acercó a mi torso y lentamente sus labios se depositaron sobre este, me dieron escalofríos y se me puso la piel de gallina, Brad seguía besándome-. Eres tan hermoso y ni siquiera lo sabes.

Acariciaba mi cuerpo con la yema de sus dedos y podía sentir como me derretía por dentro, sus besos descendían hasta mi cintura y volvían a subir, cerré mis ojos y tomé un respiro profundo, podía sentir como estaba por ponerme duro en cualquier momento y no quería eso pero era difícil. No solo estaba provocándome sin darse cuenta tal vez sino que podía sentir su pecho rozar con mi miembro.