Psicópata [Luke Hemmings] TERMINADA

Narra ______ (editado)

EDITADO

Luke separó el fierro de mi costado al mismo tiempo que terminaba de mordisquear mi cuello.

—tienes el pulso acelerado, amor— Lo odio tanto. Él me estaba lastimando tanto mental como físicamente.—recuerdo que cuando cumpliste dieciséis querías un tatuaje— me dice, sacando el pelo que cubre mi cara — bueno, ¿No te parece lindo tener las iniciales de la persona que más te ama y a la que tú vas a amar?

Traté de negar con la cabeza, pero parecía como si me hubieran sacado toda la energía de golpe. Tal vez no debí gritar cuando él me marcó, pero dolía mucho, demasiado.

—te sacaré la mordaza para que puedas hablarme, ¿Sí?— él procedió a hacerlo y me besó la mejilla, que debía estar colorada.

Mi boca tenía saliva acumulada, porque esa mordaza de mierda no me dejaba escupir ni hablar y, bueno, uno babea.

—iré a buscar algo para que comas— dijo cerca de mi oído.

—¡espera!— antes de pensar bien lo que hacía, grité.

Él se giró y me miró sonriendo. ¿Por qué su sonrisa parecía tan humana cuando él era un monstruo? Luke se acercó y cerré los ojos pensando que iba a golpearme.

—¿Qué quieres?— tiernamente pasó su mano por mi cabello.

Lo miré.

—desátame— le supliqué. Mi voz salía rasposa y afónica por haber gritado tanto cuando me marcó. Un escalofrío me recorrió.

—vale— él me sonrió. ¿Por qué sonreía? Me confundía tanto.

Me quedé callada. Estaba tan preocupada por sus reacciones que, cuando él me soltó, casi me caigo. Para mi desgracia, Luke me atrapó antes de que mi cara conociera el piso.

—¿Estás bien?

Asentí.

—bien, vamos— Luke tiró de mi mano para salir del cuarto al que llamé "cuarto de torturas" pero mis piernas estaban dormidas. Él me miró, se rio y se pegó a mi cuerpo. No pude verlo a la cara cuando hizo eso— te llevaré.

Dos segundos después estaba siendo cargada como una novia recién casada. Luke caminó tranquilamente conmigo y pude sentir su perfume. Mmm, delicioso.

¿¡QUÉ DIJE?! Luke era el ser más inhumano que exista y.... ¿YO ESTABA PENSANDO QUE SU PERFUME ERA DELICIOSO?

No pude darle más vueltas al asunto porque Luke me dejó en una silla en la cocina.

—¿Qué quieres comer?— él apoyó sus codos en la mesa, frente a mí.

—no tengo hambre.

—no vas a vivir a base de aire, así que elige. Pizza, macarrones con queso o empanadas de verdura.

—no tengo hambre— le repetí.

—algo vas a comer, te estoy dando a elegir.

Él se paré y yo casi chillo de alegría cuando vi que iba a la encimera y no hacia mi. Observé su espalda, sus piernas, su cabello... Luke era lindo.

—Bueno, yo quiero comer pizza, así que pizza será— dijo trayendo consigo un plato con pizza recalentada.

Bajé la mirada a mi cadera, donde la marca que Luke me hizo estaba palpitante por el dolor. Traté de quedarme tranquila pero también estaba sangrando y no tenía para nada buena pinta.

—¿Vas a comer o debo darte como si fueras un bebé?

Estiré mi brazo para tomar una de las porciones y mi hombro dolió, seguramente por haberlo tenido en una posición antinatural durante un buen rato.

—bien— Luke me sonrió.

Miré mis piernas desnudas, mis brazos igual. Lo único que me cubría era mi ropa interior. Mi cara se calentó por la vergüenza. Odiaba que él me viera así, casi desnuda. Me hacía sentir vulnerable.

—¿puedo ponerme algo de ropa?

—no— dijo rápidamente, casi sin dejar que termine mi frase— no hace frío.

—no es por eso— suspiré— no tengo frío.

—¿Entonces?

—no me gusta estar así— dije finalmente.

—no me importa, a mí sí me gusta que estés así— Terminé mi porción de pizza y golpeteé la mesa con un ritmo sin sentido. —¿Estás aburrida?

La verdad es que sí, porque estaba tratando de llenar mi cabeza de imágenes ajenas a lo ocurrido.

—no.

—¿quieres ver una película?

¿Sí? ¿No?

—vale.

Él se paró y me hizo un gesto que me recordó a Tobías de Divergente.

—sígueme.

Froté mis manos sobre mi cara y lo hice, no sin antes ver mi reflejo en el vidrio que cubre las hornallas cuando no las usas. Casi todo mi abdomen estaba bien, excepto por el costado que estaba rojo e inflamado.

—Luke, necesito ponerme algo ahí.

—no, porque así no quedará la marca.

—haré que quede la marca, lo prometo— dije velozmente— pero necesito ponerme algo, se va a infectar y me está doliendo mucho.

Puse mi mejor cara de ternero degollado para hacerlo más creíble, aunque, en serio doliera mucho.

—te daré un poco de hielo para que baje la hinchazón— finalmente cedió y volvió a la cocina.

Admiré el lugar, nada interesante. Sofá, televisor, varios cds esparcidos en una mesa baja que estaba frente al sillón...

—aquí tienes— Luke me dio un gel congelado, envuelto en una tela y lo puse sobre la herida. Suspiré de alivio.

—bien, tienes para elegir entre Orgullo y prejuicio y Divergente.

Recordé mi anterior pensamiento sobre Tobías y elegí Divergente.

La película empezó pero yo no le podía prestar la suficiente atención porque ésta estaba sobre el chico rubio que tenía sentado a mi lado, el cual tenía una mano sobre mi pierna, quien también es quien me secuestró. Aunque mi mente no lo estaba viendo como un secuestrador, sino como un chico con problemas.

Un chico con problemas que además era muy guapo.

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