Psicópata [Luke Hemmings] TERMINADA

Narra Luke (editado)

EDITADO

______ observó la casa que alquilé. Ella frunció el ceño y no parecía del todo convencida de que hayamos vivido aquí antes. Técnicamente, nunca lo hicimos pero ella no iba a saberlo.

—entonces, íbamos a comprar al centro y nos desviamos por la colectora para hacer más rápido— ella volvió a repetir la historia que me había inventado sobre el accidente.

Tal vez no era muy bueno añadirle mentiras a su cabeza que ya estaba bastante jodida pero no pude evitarlo. La situación ameritaba que yo le dijera todo esto para lograr que ella me amara.

—si, así fue— le dije, dejando el bolso sobre la mesa.

______ recorrió todo con la vista y frunció el ceño.

—odio no poder recordar nada de lo que pasó.

—bueno, amor— me acerqué a ella y la rodeé con mis brazos, tratando de abrazarla— ya pasará y volveremos a como estábamos antes— le mentí. Esperaba realmente que ella se quedara con amnesia por siempre para poder enamorarla. Veía esto como la oportunidad para rehacer todo y remendar mis errores con ____.

—¿Quieres comer algo?— Ella me miró. ¿Quiere cocinar?

—si, claro— le sonreí un poco y ella se sonrojó— ¿Vas a cocinar tú?

—si, creo que eso no se me olvidó— bromeó.

Me encantaba verla así, tan feliz, relajada. Tan irreal.

—¿Quieres más?

______ se sirvió otra porción de la pizza. Yo negué. Creo que me había comido alrededor de quince porciones.... debía empezar el gimnasio nuevamente.

—no, gracias. Estoy bien así.

______ me sonrió y se levantó para dejar las cosas en la cocina. Me encantaba como se veía su culo en esos pantalones ajustados, aunque mejor estaría sacárselos.

La seguí como un bobo hasta la cocina. Ella estaba mirando todo, tratando de reconocer algo, supongo.

—bueno, creo que será mejor si vamos a dormir, ¿no?

Ella asintió.

—sí, claro. Ve tú... iré en un momento.

—¿acaso sabes dónde queda la habitación?

—bueno, no puede ser tan difícil. La casa es grande pero los humanos venimos con GPS integrado.

Mierda, le golpearía la cabeza para asegurarme de que se quedase así de olvidada por siempre.

—está bien, amor— me acerqué y la besé.

Ella no se movió, pero al menos no se alejó como hacía antes del accidente. Me sonrió, sin mostrar los dientes. Estaba incómoda. Su lenguaje corporal lo expresaba.

—bien, en cinco subo— dijo y se volvió a girar. Me alejé, viendo como cerraba los ojos. Tal vez creyó que ya me había ido— mierda, mierda, mierda.

Me fui.

_____subió a la habitación cinco minutos después y se sentó en el borde de la cama.

—Luke...

—¿mmm?

Tenía sueño, no voy a mentir. La semana había sido bastante movidita y no veía la hora de meterme en la cama con ______ y saber que ya todo pasó.

—¿Hace cuánto estamos juntos?

—un año, al menos. No soy bueno con las fechas.

—Luke, ¿Por qué estás mintiéndome?

—¿Mintiendo? No estoy mintiéndote, amor.

—me dijiste que estábamos juntos desde los quince años. Tenemos dieciocho. Eso es más de un año— dijo aún con calma.

Mierda, creo que debí recordar mejor lo que le había dicho.

—bueno...

—oh, mierda. Yo sabía que no podía tener un novio tan imbécil— dijo y se paró— tú estás loco.

—_______ estás cansada. Yo seguramente me confundí.

—sí, claro— ella rodó los ojos—. No voy a dormir con un mentiroso.

—_____ siéntate en la puta cama, sácate la ropa y duerme, por Dios. Estoy cansado, fue una semana difícil. Todo esto me...— bajé la cabeza. Tal vez si me veía sufriendo, ella me creería un poco más— me volvió loco verte tan lastimada.

Ella bufó.

—no puedo, Luke, no te conozco.

—claro que lo haces, claro que lo haces amor...

—deja de decirme así, Dios. No soy tu amor.

—claro que lo eres.

—no, no lo soy.

¿Por qué ella estaba empecinada en arruinar lo nuestro?

—si lo eres— ella negó — CLARO QUE LO ERES, ERES MI NOVIA, MI CHICA.

—¡LOCO DE MIERDA!

Juro que traté de evitar esto, pero ella lo provocó. _____ me miró desde el suelo.

—¿y encima me golpeas? tan cobarde tenías que ser.

—cierra tu puta boca y metete en la cama.

—no.

—¡hazlo!— ella negó de nuevo —bien— bufé— yo trato,_____, trato de ser un buen hombre para ti pero no me dejas opción haciendo estas mierdas.

—suéltame— ella me miró fijo cuando la tomé del brazo con fuerza.

—no, mierda, ¡No!

—¡basta!

La tiré sobre la cama.

—no voy a hacerte nada porque no me aprovecho de chicas con un brazo roto.

—¿dices que de no tener el brazo roto si lo harías? imbécil.

Mierda, ella cambiaba todo el sentido.

—no, mierda, no.

—lo sé todo, Luke. ¡RECUERDO TODO!— NO, NO. ¡NO! —¿Y SABES QUÉ ES LO PEOR DE TODO? Por un momento pensé que ibas a cambiar. Veo que no.