Psicópata [Luke Hemmings] TERMINADA

Narra _____ (editado)

EDITADO

Caminé dentro de la habitación y me arrepentí al instante de lo había decido hacer. Todo esto no tendría que haberme pasado. Seguía sin entender, ¿por qué yo?

¿¡QUE ME PREPARARA MENTALMENTE PARA LA NOCHE?! Él no podía pedirme eso, estaba loco si creía que yo iba a...

Mis nervios iban a ganarme.

¿Cómo pudo salir mal mi escape? Él debía saberlo, debía sospechar algo. Él no confió en mí. Él adivinó mi intención y se adelantó.

Mi mejilla ardía de su golpe en la plaza. Esos tipos estaban de su parte y lo ayudaron a devolverme a la casa. ¿Qué clase de persona ayudaría a un psicópata secuestrador? Al parecer, ellos.

Miré la habitación y me di cuenta de que no tenía nada para entretenerme más que mirar lo que hubiera sobre el escritorio en la esquina. Así que me senté en la silla a juego y observé los papeles desparramados.

Ya habían pasado más de cinco horas. Lo vi en el reloj de la pared. Lo había estado observando desde hacía dos horas, cuando las fotos regadas sobre el escritorio me aburrieron. Eran fotos sobre mí. Yo caminando, yendo al colegio, con mis amigas, durmiendo, comiendo. ¡Era mi vida diaria! Luke era un completo loco, un psicópata. Él no estaba enamorado de mí, él estaba obsesionado.

Sólo esperaba que no me lastimara de nuevo, porque no sabía si podría soportarlo.

El reloj marcaba las nueve de las noche cuando la puerta se abrió. Luke apareció a través de esta y yo me quedé sentada ahí, esperando a que pasara. En el fondo, sabía que debía cumplir con lo prometido, aunque no me agradara para nada la idea.

—¿no vas a hacer nada para detenerme?— me miró, recorriendo con sus penetrantes ojos azules mi cuerpo.

—hice una promesa—dije aún sin mirarlo.

—bien, será mejor para ti.

El se giró, cerrando la puerta y caminando hasta donde estaba yo, casi del otro lado de la habitación.

—siéntate sobre la cama— me ordenó con voz firme.

Lo hice con los ojos cerrado. Si los mantenía así podría ignorar más fácilmente el hecho de haber accedido a acostarme con un loco.

—quitate la polera— seguí su orden—ahora el pantalón. Me tomó unos segundos hacerlo. Con los nervios, mis manos temblaban y fue difícil desabrocharlo. —bien. Párate— Lo hice, quedando en frente de él. Su mano tomó mi nuca y me acercó a él. –bésame— Junto suavemente mis labios con los suyos. Resistiendo el asco y las lágrimas— —bien, sigue así. Arrodíllate.

Mi cara se tornó de un rojo furioso. ¿El pretendía que yo...? Me arrodillé por la presión de sus manos en mis hombros, empujándome hacia abajo.

—saca mi pantalón.

Desabroché el botón que lo mantenía a su cuerpo y lo bajé hasta las rodillas. Él ya estaba descalzo, así que sacudió sus piernas y lo arrojó lejos de una patada.

Luke me sonrió.

—el bóxer, _____.

Tragué saliva. Nunca había visto un hombre desnudo. Ni quería que él fuera el primero. Bajé su bóxer, evitando mirarlo, pero él agarró mi cara, enderezando mi cabeza, dejando mi cara enfrente de su miembro.

—mételo en tu boca.

—yo nunca...— traté de explicarle. Tal vez podría ahorrar tiempo para dilatar todo eso.

—mételo en tu puta boca—repitió un poco brusco.

Levanté su miembro con mi mano y lo llevé a mi boca, probando la punta. No quería avanzar más que eso. Me daba mucho asco la idea de él follando mi boca.

—todo, ______.

Sin previo aviso, él empujó con su cadera y se metió por completo en mi boca, rozando mi campanilla. Me atraganté y traté de separarme, pero él tenía sus manos en mi cabeza y me acercó más a su pélvis.

—eso, eso es. Mierda, _____— se metió y salió un par de veces en mi boca antes de liberar mi cabeza de sus manos.

Cuando me dejó alejar un poco, respiré entrecortadamente. ¡Esto era horrible! ¿Las mujeres realmente disfrutaban haciendo eso?

—párate.

Lo hice, avergonzada y sin mirarlo. Las lágrimas cayeron y mis mejillas estaban ya húmedas. Él tomó mi cara por ambos lados y me besó. Su lengua se adentró y se sintió mucho mejor que tener su verga. Apretó mi cuerpo contra el suyo y sus manos desabrocharon mi brasier.

—no quiero que te duela, ________ y sé que en realidad no quieres esto— Me apoyó contra el borde la cama e hizo que cayera sobre esta— pero no puedo contenerme, quiero que seas mía, que todo aquel hombre que te vea sepa que llevas mi nombre— No lo miré, no podía hacerlo. Tenía miedo y quería salir corriendo de ahí— en serio quisiera que esto fuera diferente para ti pero no voy a esperarte.

Bajó mis bragas y yo junté mis manos sobre las suyas, deteniéndolo. Él me miró con esa frialdad habitual y las alejé, recapacitando un poco.

Él me sonrió, acariciando mi cara. Quería correr lejos, muy lejos.

—no quiero que rechaces mi toque, ______.

Asentí. Las lágrimas saladas picaban en mis ojos.

—bien— logré decirle. Él siempre esperaba respuestas verbales.

Bajó mis bragas y me observó. Su pantalón y bóxer estaban tirados a mi lado en la cama y él los sacó.

—¿a quién perteneces?

—a ti— contesté sin pensar. Era claro, el creía que yo era suya.

—¿quién soy yo?

—Luke— contesté un poco confundida.

—tu dueño—corrigió. Él cayó sobre mí, sosteniendo su peso con los brazos. —realmente eres hermosa. Sus labios bajaron hasta los míos y segundos después— sin previo aviso, bruscamente— él me penetró.

Grité de dolor. Yo no quería esto.

'