22.0 "Puedo sacarte de aquí"

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-Bella, por favor, puedo sacarte de aquí -comenzó a hablar mientras se acercaba.

Intenté tapar mi estómago con el lavabo recargándome en él.

-Bella...estás...estás muy distinta -murmuró y bajé la mirada.

-Estoy bien -aclaré. -Vete de aquí Liam, por favor, Harry podría aparecerse y si te ve...

-No me interesa, ya no le tengo miedo Bella -dijo con voz dura.

¿Miedo?, él jamás me había dicho que le tenía miedo a Harry.

-No deberías tenerle miedo, es sólo que... -callé unos segundos. -Solo vete, por favor, vete ya que él podría venir.

-Que se atreva si quiera a hacer algo -espetó molesto. -Tienes que salir de aquí Bella, ¿por qué no te das cuenta de lo que está pasando?

-Es que no pasa nada Liam, estás exagerando.

Frunció el ceño y llevó ambas manos a su cabeza.

-¿Exagerando? -preguntó al aire. -¡Es que no lo ves!, ¡él te tiene aquí atrapada y tú piensas que estoy exagerando!

-¡No estoy atrapada!

-Eres tan inocente y tonta, ¡date cuenta Bella!, puedo sacarte de aquí, llevarte lejos con tu familia y... -lo interrumpí.

Eso había sido suficiente para mi así que sin importarme más cubrir mi embarazo me aproximé hasta la ventana. Los ojos de Liam se abrieron tanto que parecían salirse de su lugar. Tomé la agarradera de la ventana para cerrarla pero Liam me detuvo.

-Estás... -musitó.

-Sí, estoy embrazada, ahora si me permites voy a cerrar la ventana y esperaré a que te vayas.

Liam no dejaba de observarme con atención y estaba inmóvil ante la ventana. Tomé de nuevo la agarradera y la jalé para cerrarla e irme de allí lo más antes posible, pero no pude cerrarla y ocurrió un accidente.

-¡Bella! -exasperó Liam preocupado y asustado. -¿Estás bien?, dios, lo siento tanto Bella, no era mi intención que...

Negué con la cabeza y me apresuré a abrir la llave del grifo dejando mi mano bajo el chorro de agua. La sangre comenzó a limpiarse y cerré los ojos un par de segundos. Ardía un poco y la verdad no se sentía nada bonito.

-Bella, de verdad lo siento...si necesitas que vaya por algo puedo hacer... -lo interrumpí.

-Ya hiciste bastante Liam, gracias...puedes irte ya -espeté sin mirarlo.

No volteé a verlo y esperé a que se fuera, esta vez por suerte sí se había ido.

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Ya me había limpiado la herida que tenía en la palma de la mano. Era algo larga y un poco profunda, fue difícil detener el sangrado pero finalmente pude y ahora la tengo vendada.

Esposo posesivo. «H.S.» (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora