Mi Vecino

Parte 19

Di vuelta una vez más para ver si conseguía estar cómoda y conciliar el sueño pero todo lo que hacía era recordar a Jimin, sentía que mi corazón sufriría un paro a causa de sentir sus labios. No podía calmarme por más que lo intentara. Seguir guardando mis sentimientos era una carga pesada que me oprimía el pecho.

-Ya debes calmarte... para por favor -llevé ambas manos a mi corazón. -no puedo decirle que me gusta. Tiene novia.... Su respuesta será un simple "gracias, pero me gustas como amiga".... ¡Ah! -revolví mi cabello.

Me levanté a ver qué podía comer del refrigerador. Mamá siempre dejaba algo de comida porque sabía que yo solía tener hambre por las madrugadas. Había algo de kimchi y pollo con verduras. Quise llenar mi estómago, sin embargo no era hambre lo que tenía, así que regresé a mi cuarto y salí al balcón. Inhalé y exhalé profundamente.

-¿Qué voy a hacer contigo? ¿Será posible que te comportes de una manera racional de una vez?-di pequeños golpes a mi corazón otra vez -Quisiera dejar de sentirme preocupada...- cerré los ojos dejando que la fría brisa me diera en el rostro. Solo me imaginaba cómo sería si Jimin y yo estuviéramos juntos. Como siempre lo había hecho, solo que ésta vez, sí había besado a Jimin en la vida real... negué volviendo a abrir los ojos. Si no podría dormir, entonces vería el amanecer.
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Al fin había cobrado mi primer mes de trabajo así que al salir de mi turno AM fui a comprar un celular. Así mamá no estaría preocupada. Envié mensajes a casi todos mis contactos para informarles de mi nuevo celular. El teléfono de la casa sonó interrumpiendo mi charla con Yoko.

-Hola.

-Sé que debes estar cansada, pero tienes que ir a casa de Jimin- Taehyung se escuchaba preocupado.

-¿Porqué? ¿Le paso algo a Jimin?
-Su abuelo falleció ayer en la noche. Tienes que ir. -corté la llamada.

Me cambié y fui a casa de Jimin lo antes posible. Golpeé unas veces y me atendió. Sus rostro estaba hinchado y sus ojos estaban rojos de tanto llorar.

-Taehyung me dijo lo que paso... -no sabía muy bien cómo explicar la razón por la que estaba en su puerta. Él sólo se abalanzó a abrazarme y siguió llorando. Como pude hice que entráramos al departamento- Lo siento mucho, Jimin -lloraba como un niño pequeño, soltó algunos gemidos sin poder decir una palabra. Yo lo único que podía hacer era corresponder a su abrazo. Acaricié su espalda con cariño. Verle así, me puso tan mal que se me caían algunas lágrimas.

-Gracias por haber venido. Realmente necesitaba que vengas. -dijo una vez que pudo calmarse. Se separó de mí después de decir esas palabras. Limpié sus lágrimas.

-¿Cómo paso...?

-Un infarto. Mi abuelo tenía muchos problemas de salud. Ya había tenido tres pre infarto antes...- sus lágrimas volvían caer. No supe qué decir, así que únicamente le di otro abrazo en donde él pudiera descargar su dolor.

-¿Ya lo velaron?

-Sí. Lo entierran mañana- su voz quebrada hacía que me doliera el corazón.

-Lamento no haber estado contigo hoy...

-Estás conmigo ahora. Es lo más importante en este momento.

-Ve a darte una ducha, así te relajas. Yo te hago un té ¿sí?-se separó de mí. Asintió mientras se limpiaba las lágrimas. Se fue hacia el baño.

Yo fui a la cocina a hacerle el té y a limpiar algunos platos que estaban para lavar. Intenté ordenar un poco. Hice tiempo hasta que Jimin salió de la ducha. Volvió a la sala. Su cabello estaba revuelto y su rostro denotaba que estaba bastante cansado. Me acerqué entregarle el té. Agarró la taza con sus dos manos, haciendo que rozaran con las mías.

-¿Has dormido? - él negó- Entonces te dejaré solo para que puedas descansar.

-No quiero que te vayas- me miró a los ojos. -Te necesito conmigo.- bajé la mirada.

-Está bien, me quedaré hasta que te duermas. ¿Está bien?

-Gracias- me sonrió. Después le dio un sorbo a su té. Después de eso lo acompañe al sofá. Intentaba permanecer calmado. Involuntariamente sus lágrimas rodaban por sus mejillas. Dejo la taza en la mesa ratón que estaba frente a nosotros. -Abrázame, por favor. -me pidió en un tono desesperado. Así que lo hice.- si te pido que te quedes toda la noche conmigo, ¿lo harías?

-Haría lo que fuera por ti -sentía que me ahogaba. No es momento de ser egoísta, pero otra vez me oprimían las ganas de decirle que lo quiero. Me abrazó más fuerte apegándome más a su cuerpo.
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Lamento que los últimos capítulos estén medio deformes. La inspiración se va de repente... odio mi cerebro por no hacer las cosas bien.

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