Parte 11

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Otro día bastante agotador en el trabajo. Tan solo había empezado hacía una semana y los turnos me estaban matando. Estar parada muchas horas....
Al llegar a casa me puse a tejer la bufanda que iba a regalarle a mi vecino.

—¿Qué haces?— mi mamá entró con una taza de té.— ¿Cuánto te falta para terminar?

—Solo 4 hileras más. —sonreí. 

—¿Ese chico te gusta? —preguntó con curiosidad. —Trabajaste sin parar por esa bufanda, además de que religiosamente le llevas un café...

—Sí me gusta, pero creo que tiene novia. —dije desanimada. —Hay una chica que va a visitarle diariamente y bueno....

—Bah, si tienes novia ¿porqué tanto apego? Deja de visitarle.

—Casi se muere por mi culpa... Sí, tienes razón. Debería alejarme pero sería de una persona malagradecida. Solamente seré su amiga sin cruzar la línea.

—No existe ese tipo de amistad. Sé que vas a hacer lo que quieras, pero mi consejo es que te alejes. Que ya no lo veas, porque terminarás mal. No quiero verte llorando por él.

—Está bien— asentí. —Prometo que lo voy a pensar. —le di un beso en la mejilla.
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—¿Qué estás haciendo aquí? —La barbie me miró bastante mal. —¿También vas a robarle a Jimin?

—Solo quiero verlo...

—¿Visitarlo? —Se rió —No voy a dejar que te acerques a él. No entiendo porqué vienes a visitarle. No necesita de tus cuidados, para eso estoy yo. Vete y no vuelvas a molestar. No quiero verte otra vez —Cerró la puerta en mi cara.

—Maldita loca...— suspiré mirando la bolsa que contenía la bufanda. —Mamá tenía razón. No se puede ser amiga de alguien que tiene novia.

Me dirigí a casa para guardar la bolsa en mi guardaropas. Creo que no es bueno volver por su casa, a menos que la loca se haya ido. Llamé a Yoko.

—¿Alguna vez comprarás un celular?

—Cuando me paguen, lo haré. Pondré un plan y te llamaré todos los días— nos reímos.— ¿Tienes algo qué hacer? Me siento aburrida.

—Mis padres no están en casa. Puedes quedarte a dormir.

—Bien. Tengo que contarte algo — corté la llamada.

Puse algo de ropa en una mochila. Llamé a un taxi que me acerque hasta su casa. Ella me esperaba con un par de botellas de cerveza, licor, ron y por supuesto, el clásico soju.

—¿Qué te pasó? —dijo mirándome con curiosidad. Al parecer tenía expresión de amargura o posiblemente enojo.

—Nada. Solamente estoy cansada —tiré mi mochila en su cama. —Tengo ganas de comer pizza, pero no quiero cocinar. Pide — le extendí el teléfono.

Hizo la llamada y esperamos más o menos una hora por dos pizzas. Abrió dos cervezas bien frías.

—¿Cómo está Jimin?— se sentó frente a mí.

—Bastante bien... No creo que haga falta seguir visitándolo.

—¿Porqué?

—Su novia me mandó a la mierda y me dijo que ya no quiere que vuelva a pisar la casa de él.

—¿Qué? ¿Te atreviste a pasar a su casa? Espera un segundo, ¿de qué me perdí?

—Resulta que su amigo descubrió dónde vivo y gracias a él pude cruzar más de dos palabras. Me invitó a ver una película —me reí. —Pero hoy quise visitarlo y esa chica salió a decirme que no quiere verme cerca de Jimin. —estaba enojada.

—Es una estúpida. Imagino que vas a seguir yendo igual, ¿no?

—No sé... Mamá me dijo que no es bueno tener a alguien que te gusta como amigo, es malo para quien no es correspondido.

—No es bueno, pero resulta que esperaste tanto tiempo para alejarte así nada más. Por lo menos sigue yendo para molestar a esa idiota.

—No estoy para esto. No tengo 12 años para ir a joderle la vida solo por placer. Será mejor que esto termine aquí, antes de que me enamore de Jimin y duela enserio. —me limité a tomar un trago largo de cerveza.

—Eso indica que no quieres hacerlo.

—No quiero, pero tampoco quiero problemas. —cerré los ojos con fuerza mientras tragaba la bebida que estaba bastante fría. —Si le contesto, tal vez le baje esa dentadura perfecta.

—Yo quisiera que le rompieras la cara. —largó una carcajada.

—No me des ideas, ¿quieres?— le di un mordisco a la porción de pizza que había agarrado

Mi VecinoWhere stories live. Discover now