cuarenta

1.3K 112 15
                                    


-¿De qué forma? –Sonríe, sin mostrar los dientes de una forma provocativa, cruzándose de brazos.

Apego mi cintura hacia la de él, y mueve su pierna para pasarla por mi entre pierna.

-De esta.

Lo beso mientras muevo mi cintura, haciéndolo gemir.

Con mi mano lo tomo por su nuca, acercando aún más su cara a la mía.

Mientras voy pasando mi mano por su torso, haciendo camino hacia su entre pierna, llego a sus pantalones, los desabrocho y me detiene.

-Está bien, me convenciste, pero, no invites a mucha gente, recuerda que soy mayor que tú.

-Solo por unos meses.

-Aun así, no quiero hacerme responsable si algo llegara a pasar.

-No pasará nada, te lo prometo.

-Tienes suerte de que confíe en ti.

-Y tú tienes suerte de tenerme a mí.

Ríe e intentamos arreglar el desastre que quedó en la cocina.

Pero antes de comenzar a limpiar, llamo a la pizzería para pedir dos pizzas familiares, con extra queso cómo nos gusta a los dos, después, comenzamos con nuestro trabajo.

Unos diez o veinte minutos después ya tenemos toda la cocina limpia.

-Lo mejor será cambiarnos de ropa, no quiero dormir todavía, después vemos que podemos hacer para divertirnos.

Levanta una ceja, en señal de que entendió la frase con doble sentido.

-¡No me refería a eso! Ahora tú eres el pervertido.

-Yo no dije nada. –Se hace el inocente.- Vamos.

-Espera, ¿dónde quieres dormir? ¿En la habitación de invitados...o conmigo?

-Obviamente contigo, tonto.

-Entonces deberíamos dormir en la habitación de mi padre porque mi cama no es lo suficientemente grande, si dormimos ahí tendríamos que dormir apretados.

-No importa, de cualquier forma vamos a dormir apretados.

Reímos y ayudo a Louis a llevar sus cosas a la habitación de mi padre, le doy espacio para que se cambie de ropa y yo voy hacia mi habitación para hacer lo mismo.

Cómo hace calor, solo me quedo en bóxeres, descalzo y me coloco una camisa musculosa suelta color blanco.

Saco el dinero de mis jeans para pagarle al encargado de traer la pizza, mi celular y voy hacia la habitación de mi padre para buscar a Louis, abro la puerta y mientras miro el suelo lo llamo.

-¿Louis estás list...

Levanto la mirada y veo que sólo está en bóxeres.

-¿Es que no te enseñaron a tocar la puerta?

-Sí pero no pensaba que solo ibas a estar en ropa interior.

-No importa. –Se viste rápidamente e igual que yo, queda descalzo.

El timbre de la puerta de entrada comienza a sonar, anunciando que el repartidor llegó.

Voy caminando para bajar pero Louis me detiene.

-¿Qué? –Pregunto, confundido.

-¿Le abrirás la puerta así? ¡Estás casi desnudo!

-¿Y? No es la primera vez que lo hago.

-Iré yo, dame el dinero.

Me quita el dinero de la mano y baja, para recibir la pizza.

El chico que es el encargado de repartirla mira a Louis con...descaro, se puede decir que hasta con deseo, ¿qué le ocurre? Nadie más puede mirar así a Louis, solo yo.

Camino hacia la entrada para detener al chico que probablemente hasta le pida su número.

Por detrás, abrazo a Louis por la cintura y le beso el cabello.

-¿Hay algún problema, cariño?

-N-no. –Responde confuso.

Si las miradas mataran, yo ya estaría muerto.

El chico me mira enojado y con odio, yo le sonrío con superioridad.

-¿Sucede algo? –Pregunto, apretando a Louis hacia mí.

-Harry, para. –Me advierte en voz baja.

-Tranquilo, todo está bien, cariño, ¿cierto?

Louis le da el dinero rápidamente y el chico inmediatamente se va.

Louis cierra la puerta, se da vuelta y prácticamente me tira las cajas de las pizzas, que por suerte las puedo atrapar.

Camina con enojo hacia la habitación de mi padre pero lo detengo.

-No me digas que estás enojado por eso.

-No, no lo estoy.

-Te conozco de hace poco pero sé que estás enojado, ¿enserio crees que no hubiera hecho nada?

-Pero aun así, no puedes pelearte con cualquier persona que me mire.

-¡Ese chico te estaba comienzo con la mirada! Si no hubiera llegado probablemente te hubiera pedido tu número, ¿qué hubieras hecho?

-No lo sé...supongo que no se lo hubiera dado.

-¿Supones?

-No soy cómo tú, Harry. No me gusta tratar mal a las personas.

-No lo estaba tratando mal, solo estaba cuidando lo que es mío.

-Primero, no soy tuyo, y segundo, si lo estabas haciendo.

-Está bien, lo traté mal...o por lo menos cómo se lo merecía, y si te molestó, lo siento, pero no me podía quedar ahí parado viendo esa escena.

-Discúlpame a mí por enojarme por algo tan tonto cómo eso, es solo que no me gusta sentirme cómo si me tuvieran que proteger.

-Yo te protegeré, siempre, a pesar de que no lo quieras.

Lo abrazo y él me devuelve el gesto, dando por terminada la pelea.

-¿Te gusta Harry Potter? –Pregunta de pronto.

-Ehhh, sí...

-¿Hagamos una maratón de sus películas?

-Tenía planeado ver películas de terror pero si así lo quieres...

Me da un abrazo rápido y sube corriendo las escaleras, cómo un niño corriendo a una tienda para comprar su juguete favorito.

-Camina, vamos.

Lo sigo sonriente mientras veo cómo emocionado busca los cd's en la repisa de la habitación de mi padre, que es donde tiene todas las películas.

Dejo las pizzas en la cama y bajo para sacar un jugo de néctar del refrigerador, dos vasos, y subo de nuevo, para encontrarme a un Louis tirado en la cama, con la televisión y el dvd ya prendidos.

Me siento a su lado y nos preparamos para la maratón de la que supongo que debe ser su saga favorita, en realidad no soy muy fan de estas películas, pero si él las quiere ver no me opondré, haría cualquier cosa para verlo feliz.

Hermanastro ; Larry Stylinson Where stories live. Discover now