treintaiocho

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Abro los ojos y me doy cuenta de que estoy dentro de la tienda de campaña, pero, ¿cómo? Lo último que recuerdo es que me quedé dormido fuera...

Siento algo pesado apoyándose en mi pecho, miro hacia mi lado y ahí está Louis durmiendo tranquilamente.

Una sonrisa pervertida se asoma en mis labios cuando recuerdo lo que hicimos anoche.

Mi celular comienza a sonar, veo la pantalla y mi papá es el que me llama.

-¡Hola Harry! ¿Cómo va todo allá?

-Hola. –Respondo soltando un bostezo.- Bien.

-Hoy se van, ¿o me equivoco?

-Sí, ¿por qué?

-¿Recuerdas que te dije que me quería quedar acá más tiempo con Ashley? Bueno, nos quedaremos una semana, así que dile a Jade y a Louis que se vayan a quedar a nuestra casa.

-Ah, sí, claro.

-Hace unos días fui y les dejé dinero, está en la mesa de la cocina. Y, cómo el fin de semana debes estar con tu madre, puedes llevar a los chicos para que los conozca, no le molestará, me ha dicho varias veces que los quiere conocer.

¿Conocer a los hijos de la novia de tu padre? No parece una buena idea...

-No lo sé...

-Si quieres llámala y pregúntale.

-Después veré eso, adiós.

-¡Adiós!

Cuelga el celular y me quedo pensando en eso. Para salir de la duda la llamo y ella me contesta.

-¿Hola?

-Hola, mamá.

-¡Harry! ¡Que sorpresa que me hayas llamado! ¿Cómo están?

-Bien, gracias, ¿y tú?

-Bien igualmente.

-Ehh, mamá, Jade y Louis se irán a quedar a mi casa por una semana y...

-¡Ah! Sí, tu padre ya me lo dijo. Y claro que puedes traerlos el fin de semana, los quiero conocer.

-¿Enserio?

-Sí, no tiene nada de malo.

-Si así lo quieres...

Louis se comienza a mover y se aprieta más a mí.

-Yo los pasaré a buscar el viernes por la noche, ¡adiós Harry! Que les vaya bien en el viaje.

-Gracias mamá, adiós.

Dejo el celular en mi mochila y mi compañero comienza a despertar.

Lo observo por un rato mientras comienza a abrir los ojos, y, cuando los abre, nuestras miradas se conectan por unos segundos, hasta cuando vuelve a dormirse, ¿es que este chico no se cansa de dormir? Ah, claro, el insomnio...lo mejor será dejarlo dormir tranquilo.

Le doy un beso en la frente y salgo de la carpa para encontrarme un cielo nublado y un clima fresco, y a los chicos guardando sus cosas.

-Buenos días. –Digo y todos se dan vuelta para mirarme.

-Hola. ¿Y Louis?

-Sigue durmiendo.

-Despiértalo, el único que falta que arregle sus cosas eres tú.

-Después de desayunar nos iremos, así que apúrate.

Entro y Louis sigue durmiendo, sin camisa y con la manta justo arriba de su miembro, tapándolo. Si mal no recuerdo Louis se quedó dormido desnudo.

Es una escena tan excitante pero a la vez tan adorable.

Me subo encima de él y comienzo a despertarlo...con besos.

-Despierta, Lou.

Comienza a soltar gemidos con la garganta y abre los ojos.

-¿Qué haces?

-Intentando despertarte.

-Ya estoy despierto.

-¿Y? ¿Te molesta que haga esto?

-No, pero recuerda que estoy desnudo y solo la cobija me tapa, así que te agradecería que te bajaras de encima de mí.

Cómo no hay nadie fuera, se me ocurre una idea.

-¿Y qué pasaría si no tuvieras la cobija tapándote tus partes?

-No lo s...

Sonrío en forma pervertida y antes de que me detenga, me bajo de él y le saco la manta, dejándolo desnudo frente a mí.

Se intenta tapar lo más que puede pero aun así no lo logra.

-¡Idiota! –Y se tira encima de mí para pegarme.

-Estás encima de mí y además desnudo, si no te bajas esto no terminará bien.

-¡Entonces pásame la cobija maldito pervertido!

-No, no lo haré.

Se para y queda expuesto delante de mí, sin pudor se da vuelta y comienza a buscar en su ropa algo para taparse, se comienza a vestir y sale de la tienda de campaña para dirigirse a la casa de verano de Niall.

Después de que todos nos hemos bañamos, tenemos todas nuestras pertenencias empacadas y ya hemos desayunado, llega la hora de irse y despedirse de, probablemente, las mejores vacaciones que he tenido.

En el auto Louis se sienta en mis piernas, pero no porque no queden asientos vacíos, solo lo hace por gusto.

Y, mientras nos alejamos de la playa, me besa para así decirle adiós al lugar, en el cuál miles de cosas pasaron, pero más...conocernos mutuamente, en todo sentido.

Hermanastro ; Larry Stylinson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora