Capítulo 7

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Ella:

Hoy estoy de nuevo en el parque. Pase lo que pase, estos paseos de verdad me han ayudado a mejorar con mis pinturas y encontrar inspiración, así que por el momento no voy a dejar de venir. Vendré y seré más cuidadosa para no molestar a Sebastian, ni causarle incomodidad.
Di unas cuantas vueltas en bicicleta y me detengo en el pequeño kiosko del parque a comprarme un chocolate caliente y una galleta, y mientras estoy ahí, llega él. Se para justo a mi lado, saluda a todos, pide su café doble con esencia de chocolate y voltea a mirarme y dice 'Buenas tardes'. Yo estoy congelada en mi sitio, no puedo creerlo. Es lo más cerca que algún día estaré de el. Y de mi boca no sale ni una sola palabra.
El señor que atiende me dice:
-Aquí está su chocolate y sus galletas rellenas, señorita.
-Gr gracias. -Respondo.
-Ilan, desde cuando tienes galletas rellenas y por qué no me has ofrecido nunca? -escucho su voz. Es baja y hermosa. También un poco ronca, tiene una voz sexy.
-Hace muy poco Sebastian, no sabía que te gustaban. Quieres una?
-Sí, claro!!!- Toma una en sus manos y cuando la muerde dice- Están buenísimas.
Y veo como saca su billetera y un papelito escribe "Galletas rellenas Ilan. Compralas."
Termino de pagar, me marcho y me siento en mi lugar habitual. Pero en vez de pintar, tomar fotografías o hacer algo de lo que me propuse a hacer, estoy todo este rato observando a mi alrededor y tratando de pensar cómo se puede sentir él, cómo será su vida y qué triste debe ser tener que escribir algo nuevo que te guste porque no eres capaz de recordarlo. Luego también pienso que puede tener su lado positivo, así cada vez que pruebes algo se sentirá como la primera vez. Así nunca te podrás cansar de nada.
Viene, como no, y religiosamente se sienta en su puesto de siempre. Con el café y ahora las galletas en sus manos. Al verme, me sonríe, y mi pecho se agita. ¡Me recuerda! Quiero gritar.
Pero también alza su galleta hacia mí y gesticula un ' Gracias ' y me vuelvo a desanimar. Solamente me recuerda del kiosko, porque nos acabamos de ver hace solo unos minutos...
Echo esos malos pensamientos a un lado y me dedico a observarlo. Y ver si lo que dice su hermana es cierto.
Y sí, lo es. Él sigue una pequeña rutina, toma su café completo, observa alrededor, va y lo echa en el pote de la basura, vuelve a mirar a su alrededor, lee los mismos tres libros, en el mismo orden, y deja el marca libros en el mismo lugar, no sé siquiera si se da cuenta de eso, y luego me mira a mí y me detalla poco a poco. No deja de impresionarme el hecho de que lo haga, que me mire con encanto y me sonría de esta forma. Pero con su mirada, noto que incluso ya olvidó que me vio hace más de una hora.
Luego me voy, porque no aguanto el hecho de saber que él está tan mal y no necesita que yo venga y le arruine más su vida.

No te olvides de MÍ.Where stories live. Discover now