Capítulo 5

2 0 0
                                    

Ella:

Como la última vez tuve buenos resultados, decidí volver al parque hoy. Siento que ya es como una terapia para mí. Pero hoy me prometí no dibujarlo a él. A ese chico. Estoy pensando tomar fotografías del lugar (mi otra pasión) para luego en casa intentar pintarlas en mi lienzo.
La semana pasada logré terminar el dibujo de él, porque recordaba perfectamente su rostro, y tenía suficiente inspiración para el momento en que llegué a la casa. Quedó hermoso. Y mi profesor me felicitó mucho por el resultado. Me dijo: 'Ves? Tenía razón. No hay ningún problema de inspiración que el contacto con la naturaleza no pueda arreglar'
Yo solo lo miré y sonreí, no queriendo admitir que mi problema se solucionó no solo por la naturaleza, sino por el chico que había estado encontrando en el parque.
Pero hoy me planteé la idea de dibujar algo de la naturaleza, y así probar que el profesor en realidad tenía razón. Llevo unas diez fotografías, y cada una es mejor que la otra. Espero que de verdad me ayuden a crear un buen cuadro.
Cuando me volteo para tomar más fotografías, está ahí, mi chico. Y me está observando de nuevo. Al principio se sorprende de que lo pille mirándome y noto un leve sonrojo que seguro se debe a su tono de piel, y me siento nerviosa ya que es la segunda vez que nos vemos mutuamente, así que estoy segura de que esta vez si se acercará a mi y me hablará.
Pero hay algo en sus ojos... Como si no me reconociera. ¿en serio tengo una cara tan común que no es fácil de recordar y eso que me vio hace solo una semana? Me volteo de nuevo, triste y ofendida. Camino un poco lejos y cuando vuelvo, está concentrado en su libro y no tiene ojos para nada más.
En ese momento, una pequeña niña se acerca a mi, parece como de 13 o 14 años y viene manejando patines.
-Hey, tu. Que tal? Mi nombre es Beatrice y el tuyo?
-Mmm Daniela, mucho gusto. En que te puedo ayudar Beatrice?
-Es que, sabes? Llevo rato observandote y vi como tuviste un momento de coqueteo con Sebastian y... bueno, vine a advertirte.
(Mientras tanto yo pienso: se llama Sebastian... Pero, un momento, esta será su novia? No creo. Es una niña. Y qué me quiere advertir?).
Cuando llevo mucho tiempo en silencio, ella misma continúa:
-Bueno, lo que te quiero advertir es que si te agrada mi hermano (¡ahh, es su hermano!) lo cual es obvio, por la forma en que lo viste, no deberías hacerte tantas ilusiones. Porque él está enfermo, y no puede enamorarse.
-Espera, ¿que? Hasta ahora no he conocido ninguna enfermedad que impida a alguien enamorarse, Beatrice.
-Obvio que no. Pero, te explico, él sufre de amnesia, un extraño caso de amnesia, lo que hace que olvide las cosas que ha hecho recientemente, como una persona nueva que conozca, un nuevo sabor que pruebe, algún cambio reciente y cosas así. Por ende, no puede recordar si se ha enamorado de alguien. Así que si te enamoraste ya de él, te aconsejo que mejor lo olvides, ya que él no será capaz de recordarte el día de mañana. Lo siento por arruinar su momento, pero tenía que hacer mi trabajo. Dicho esto, me voy. Bye!
Y se fue, dejándome sola. Tengo muchas cosas por procesar, pero lo primero que me permito sentir es rabia. Porque ella no debería creer que su hermano es incapaz de amar solo porque no recuerda algunas cosas. Eso no le arranca a nadie el derecho de amar y sentirse amado.
¿Y como va a creer que estoy enamorada de el? Solo nos hemos visto dos veces, bueno para mí, quizás para el es la primera vez. Así que ese no es suficiente tiempo para enamorarse. Claro, me imagino que siendo una niña de 14 años, debes creer que el amor es así de rápido, pero no lo es, a mis 21 años yo se lo puedo asegurar.
Al cabo de unos minutos, logro calmarme y recordar que quizás dijo todo eso como una broma de hermana menor, o que quizás es muy niña y no entiende muchas cosas. Así que aún molesta pero más calmada, recojo mis cosas y decido volver a casa a fin de aclarar mi mente.

No te olvides de MÍ.Where stories live. Discover now