Capítulo #45: "Volver a sentirte."

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Juan cerró la puerta de la habitación cuando ambos ya estábamos dentro, la velada había sido maravillosa y más aun ahora que Juan estaba junto a mí. Aun no lo podía creer, estábamos juntos otra vez, juntos de verdad.


Luego de ocho sombrías y aterradoras semanas, el sol había vuelto a salir. 

Juan me miro pícaramente, haciendo que mis mejillas tomaran un color rojo intenso. Desvié la mirada juguetona, sabía que él se volvió loco cuando lo rechazaba, le resultaba extrañamente sexy. Me quite los tacones negros delicadamente, volví mi vista a Juan quien tenía su hombro derecho apoyado en la pared y me observaba sigilosamente. Sin quitar la vista de sus ojos, comencé a bajarme el vestido, lentamente hasta quedarme solo en ropa interior. Sus ojos me recorrieron de pies a cabeza lentamente, solté un suspiro aliviada de que no se haya percatado de los cortes.


-Eres tan hermosa...- Susurro sensualmente mientras se quitaba la camisa, dejando a la vista su perfecto y marcado cuerpo. Que recordaba a la perfección- Te he extrañado tanto.

Se puso de pie junto a mí, yo sentada en la cama llegaba a la altura de sus pechos. Levante mi mirada, mirando a Juan desde abajo, el curvo una más amplia sonrisa y me beso la frente. 

Luego apoyo sus manos en mis brazos y me puso de pie, sin dejar de mirarme a los ojos.

-¿Eres un humano?- Pregunte sonriendo- ¿O todo este tiempo he hecho el amor con un ángel?- Juan dejo escapar una risita- Eres demasiado bello para ser humano, Juancho...- Dije pasando mis manos por sus cabello, acariciándolo delicadamente.

-Y tú eres demasiado hermosa como para no ser una Diosa del Olimpo...

Nuestros labios se juntaron rápidamente, consumiendo el éxtasis de nuestros labios. Sus manos comenzaron a bajar por mi espalda lentamente, haciendo que cada toque descontrole mis sistemas internos. Solo fue cuestión de un resbalón para que ambos caigamos a la cama, yo debajo de Juan. Luego de dos meses sin relaciones, me sentía como toda una primeriza y Juan parecía tensarse también, lo que me decía que el también se sentía como un primerizo luego de dos meses.

Sus besos comenzaron a bajar por mi cuello hasta mis pechos, en donde con un hábil movimiento quito mi brasear, yo lo arroje a un lado con confianza, sabía que quien me miraba desnuda era Juan, mi novio, el amor de mi vida. Y no podía sentirse mejor, sentir como el quitaba cada prenda de mi cuerpo y besaba mis cicatrices, como se adentraba en mi con todo el cuidado y cariño del mundo. Como limpiaba cada gota de sudor de mi frente, como se percataba de cualquier dolor.
No podía ser más perfecto.

Los primeros rayos de sol se meten por la ventana, haciendo que el gran cuerpo que duerme debajo de mío se remueva. Estoy completamente desnuda y Juan también, nos cubre una fina sabana de seda blanca. 

Me levanto lentamente, parpadeando varias veces hasta acostumbrarme a los rayos de sol. Tomo mis pantis y me las pongo, sobre ella me visto con la camisa de Juan que me llega hasta la mitad de los muslos.

Suspiro hondo y estiro mis brazos hacia atrás, haciendo que varias articulas suenen. Me vuelvo hacia Juan, quien todavía sigue dormido, remplazándome por una almohada. Suelto una leve risita.

Son las diez de la mañana y tengo un almuerzo programado para las doce, por lo que en dos horas debo estar lo completamente presentable para entrevistar a una de las diseñadoras más famosas del mundo.

Tomo el bolígrafo y el papel de la mesa de noche.

"Juan- Garabateo- Tengo un almuerzo en el pent-house y luego una entrevista. Regreso a las 02:00 PM. Usa el hotel como si fuera tú casa, yo pago, ha ha. Te amo bebe, xx. ________"

Apoyo el papel sobre la mesa de noche más cercana a Juan y me marcho. 

En puntas de pie corro hasta la habitación de, Arthur, toco la puerta casi desesperadamente. Cuando abre, su cabello está perfectamente peinado y tiene un rico amor a perfume varonil.

No debo pensarlo dos veces, me arrojo sobre él y los abrazo con todas mis fuerzas.

-Gracias...- Susurro, conteniendo las lágrimas- No puedo ser más feliz.

Arthur comprende al instante a lo que me refiero, me abraza aun con más fuerza. No sé cuánto tiempo estamos así pero sé que lo sentimientos son puros, se que lo quiero y que jamás podre terminar de agradecerle lo que ha hecho por Juan y mi. Sé que Juan también lo aprecia, le debemos toda nuestra relación a él.

-Gracias a ti por apreciarme cuando todos me criticaron- Habla dulcemente acariciándome el cabello- No podía seguir viéndote sufrir, preciosa.

Me retiro de sus brazos y lo miro fijamente, sonriendo.

-Ahora vamos a arreglarte, no me presentare contigo si estas así- Bromea sonriendo.

Luego del gran almuerzo en el pent-house y la larga entrevista con la diseñadora, que termino siendo una alcohólica de setenta años, volví a bajar al piso dos, donde nuestra habitación (mía y de Juan) se encontraba. Pero para mi sorpresa el no se encuentra ahí. Aprovecho el instante sola en mi habitación y me pongo mi traje de baño, me recojo el cabello y me pongo solo un short. Tomo un agua sin gas de la pequeña nevera de la habitación y bajo hasta la piscina.

Juan esta recostado en una de las reposeras junto a la piscina con una limonada en su mano, sus gafas de aviadora y su traje de baño color azul marino. Su gran musculatura parece atraer a todas las muchachas en la piscina que lo miran fijamente, el parece no percatarse, yo hiervo de celos. 

Me pongo en marcha al instante, camino rápidamente hacia él, me acerco y le planto un inesperado beso en los labios. El parece sorprenderse apenas pero luego reconoce mis labios y continúa el cálido beso. Por el rabillo del ojo miro a las boquiabiertas muchachas que nos miran, incrédulas.

Juan se relame los labios mientras me mira sonriendo.

-Mhm... brillo labial de cereza, mi favorito.

Yo suelto una leve risita, algo incomoda. Limpio con mi dedo pulgar los restos de labial de la boca de Juan.

-¿Cómo estuvo tu día?- Pregunta mientras me hace un lugar en su reposera.

-Aburrido, la entrevista fue absurdamente ridícula, la gran diseñadora era alcohólica y no tenía ni la mínima idea de lo que le hablábamos- Dejo escapar un largo suspiro mientras me recuesto y me pongo las gafas de sol. Juan me abraza por la cintura- ¿Y tu mañana?

-Oh, estuvo bien- Dice encogiéndose de hombros.

Me pongo de pie de un tirón.

-Vamos a la piscina, me está ardiendo la piel- Le dije estirando una mano.

-Vamos.

Juan me carga en brazos mientras yo suelto un chillido, luego comienza a correr y nos tira a ambos a la piscina. Caemos haciendo una gran ola de agua, las finas muchachas chillan al mojarse sus teñidos cabellos. Yo suelto una risa por lo bajo. Juan me abraza en el agua y yo rodeo su cintura con mis piernas.

-Te amo tanto preciosa- Dice besándome.

-Y yo a ti, las mejores vacaciones de mi vida- Contesto sonriendo.

-Si estoy junto a ti, cada momento es lo mejor de mi vida

Cambios (Maluma & Tu) *Terminada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora