Cambios (Maluma & Tu) *Terminada*

Capítulo #07: "Reencuentro"

-Te quiero- Dijo sobre mis labios y me beso. Un beso intenso y dulce, que empezó lento pero luego se convirtió en algo mas movido. Steve recorría sus manos por todo mi cuerpo pero la cosa no llegaría a más, no estaba lista para hacerlo. Quería sentirlo, quería saber que era el momento. Y aun no podía entregar mi virginidad a Steve.

Las siguientes dos semanas fueron una de las mejores del año, Steve y yo estábamos en el mejor punto de nuestra relación y el no había insistido con el tema del sexo, nuestro equipo de porristas había llegado a la final y por si eso ya no era poco, mis padres habían viajado a India por un mes.

Afortunadamente Juan y yo no habíamos conectado miradas desde hace dos semanas y apenas había notado su existencia en el instituto. Lo que era muy bueno. Había vencido a mi corazón y su enamoramiento, estaba muy orgullosa de ello. La mañana transcurrió con tranquilidad, ni siquiera me preocupe por mi clase de biología ya que había pedido un cambio de asiento y habían aceptado. Lo que significa no volver a ver a Juan Luis. Aunque hacia dos días que no iba al instituto, había notado la paz en los pasillos.

Cuando la hora de biología llego; entre cansada a mi salón, la última hora siempre era casi eterna. Me senté junto a mi nueva compañera, Paula, que era una chica muy simpática y alegre aunque un poco bipolar. Recorrí el salón con mí vista y efectivamente, no había rastros de Juan.

-Paula, ¿Sabes algo del chico Ojos Cafes, PeloLiso, el que era mi compañero antes que asistía a esta clase?- Le pregunte.

-¿El chico, muy pero muy, guapo y que es extremadamente sexy?- Pensé que lo había hecho apropósito pero recordé que ella era así, una chica que habla sin pensar- No, no lo he visto.

Decidí no hablar más del tema, me estaba preocupando exageradamente por Juan. Tal vez solo estaba enfermo o había viajado a algún lugar, todo era posible proviniendo de él. Cuando salí de mi práctica de porristas tuve antojo de comida china y decidí ir a comprar. Como de costumbre iba a comer sola por lo que podía elegir yo misma mi menú y nada mejor que comida china luego de una intensa practica. El unico lugar donde venden comida china en Londres es en los callejones de Wallaby Street, un sombrío lugar donde se encuentran los clubes nocturnos, bares y un viejo restaurant de comida china.

Había descubierto aquel restaurant hace unos años mientras vagueaba por la cuidad y ahora no podía dejar de visitarlo, la comida era extremadamente deliciosa. Aparque el auto en uno de los callejones más seguros y me baje del coche muy atenta a cualquier movimiento. Como me encuentro en la zona más peligrosa prefiero hacerla a pie para no llamar la atención con el lujoso auto. El lugar cambia muy seguido por lo que me cuesta ubicarme , estoy vestida completamente de negro y eso es bueno ya que no llamo la atención. Veo un cartel que indica el restaurant chino y sonrió aliviada, camino unos pasos más y entro al restaurant.

Veinte y cinco minutos después salgo del restaurant con mi comida china en una linda bolsa color blanca. Vuelvo a hacer el mismo camino de regreso y cuando estoy por subir a mi coche, que está aparcado enfrente a un bar, veo algo que me aterra. Un hombre muy grande golpea a otro, lo golpea fuerte en las costillas, el otro hombre ya está casi inconsciente debido a los golpes y ya no lucha, está demasiado golpeado para hacerlo. Lo que me aterra aun mas es que ese muchacho, es Juan Luis. Me quedo viendo la escena por varios largos segundos hasta que decido actuar, tiro la comida y comienzo a correr hasta donde Juan se encuentra, el grandulón lo ha golpeado hasta dejarlo tirado y ha vuelto a entrar al bar. Juan está tirado en el cordón, ensangrentado y magullado. Me tiro sobre él y desesperadamente trato de reanimarlo pero el esta desmayado, lo abofeteo varias veces y trato de sanar sus heridas de donde no para de salir sangre. Coloco la cabeza de Juan sobre mis piernas e intento reanimarlo otra vez. Me calma el hecho de que aun respira pero temo que eso no dure mucho.

Comienzo a llorar; lo quiero y me doy cuenta que de verdad lo hago. No puedo imaginar perderlo, no puedo llegar a pensar en que su corazón deje de latir.

-¡Ayuda! ¡Ayuda por favor!- Grito desesperadamente pero nadie contesta- ¡Por favor!- Grito en un sollozo. Luego de un minuto de espera tomo mi teléfono y marco el número del hospital: -Necesito que me ayuden, mi chico fue golpeado y está gravemente herido- Logro decir.

-Dime tu ubicación.

-En los callejones de Wallaby Street, en la parte trasera de "La taberna de Jack"

-Entendido, enseguida estaremos ahí- Me asegura y corta la llamada.

Dejo el teléfono y mientras lloro apoyo mi cabeza sobre la de Juan. -No te vayas- Le susurro mientras las lagrimas caen por mis ojos- Tu me odias, lo sé pero tú a mi me importas, Juan, verdaderamente me importas.

Luego de diez eternos minutos la ambulancia estaciona frente a nosotros y dos médicos cargan a Juan en una camilla. Me cuesta soltarlo pero finalmente lo hago y los médicos lo suben al coche donde le colocan un tubo de respiración y comienzan a examinarlo. Me cierran las puertas en las narices y una enfermera se me acerca.

-Estará bien.- Asiento aun con lágrimas en los ojos.

Quince minutos después nos encontramos en el hospital, alejan a Juan de mí para llevarlo a la sala de urgencias ya que está gravemente herido. Me dejo caer sobre la pared hasta llegar al suelo, me siento y abrazo mis piernas. Me dedico a rezar y llorar, rezar y llorar, rezar y llorar.