Capítulo #11: "¿Cicatrices o recuerdos?"

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  La sangre que corría por mis muslos y caí a mi cama era demasiada, y eso comenzaba a desesperarme. Tire el elemento al suelo cuando caí en la cuenta del error que había cometido. No podía caminar, el dolor era muy fuerte por lo que me tire al suelo y me arrastre hasta el baño de la habitación. 

Con mis manos ensangrentadas busque una banda o algo para cubrirme pero no había nada, nada que podría ayudarme. En un acto de desesperación tome una toalla y con todas mis fuerzas la partí a la mitad. Tome un trozo e hice un torniquete en la herida, que dejo de sangrar pero comenzó a doler mas. Por lo que me apoye en la pared y me deje vencer por el dolor, ya no podía resistirlo. 

Cerré los ojos, intentando olvidar el dolor, olvidar a Juan, olvidar que no sentía nada por mi, olvidar el magnifico beso, olvidar que era lo mas lindo que piso el planeta.

Olvidar todo.

Cinco horas después me levanto con el dolor de cabeza mas grande que jamas en mi vida tuve, aun sigo en el baño por lo que comprendo que llorando me he quedado dormida. Me cuesta levantarme del suelo, la pierna derecha aun tiene el torniquete que esta completamente rojo por la sangre.

Me doy una tortuosa ducha caliente, en la cual grito y lloro con todo mi ser. Termino poniéndome solo mi ropa interior y me cubro las heridas con unas vendas que encontré en el botiquín de emergencias. 

Arrastrando mi pierna escaleras abajo llego hasta la cocina donde me topo cuatro pastillas de un solo trago. Dos anti depresivas y las otras dos para el dolor muscular. Aunque no hace efecto enseguida.

Dos horas después limpie toda mi habitación y elimine cualquier rastro de sangre. También me visto con un short que me cubre las heridas y una camisa negra. Me maquillo lo suficiente como para borrar las grandes ojeras y los ojos rojos.

Cumplo mi promesa y llamo a mi madre:

-¡Niña! Creí que me llamarías antes- Me chilla.

-Lo lamento, me olvido de la diferencia horaria.

-Recuerda lo la próxima vez, hija-

Ambas guardamos silencio-

- En fin... ¿Como has estado?

-Bien- Mentí descaradamente- Muy bien.

-Nosotros también, volveremos en veinte días o tal vez un mes, es mas del tiempo que planeamos pero el lugar es fantástico y por fin tu padre y yo nos estamos entendiendo.

-Si ustedes son felices, yo también.

-Te queremos, _________

-Y yo a ustedes.

Corte la llamada porque ya no soportaba seguir mintiendo, mi madre no se lo merecía. Ella me había dado todo, mas que lo que merecí pero a ella solo le importaba mi felicidad. Y por eso no puedo arruinarle el viaje, no puedo decirle que mi vida se esta destruyendo poco a poco y que lo único que me queda es un novio que no quiero y amigos que en el fondo comienzan a odiarme.

Ni siquiera podía decirlo en voz alta.

Juan había tardado tres semanas en destruir la vida que había logrado formar en tres años. Comencé a odiarme por no haber olvidado a Juan aquel día que lo conocí, solamente debía olvidar nuestra pelea y seguir con mi vida. 

¡Pero no! Yo tenia que ser tan estúpida y seguir pesando en Juan. Y así se fue metiendo en mi vida hasta que me di cuenta que realmente me importaba, el ya era parte de mi.

Los recuerdos me invadieron la mente:

El día que conocí a Juan. Despertando en su casa. Interrumpiendo su llamada. Intentando darle celos con Steve. Y finalmente salvando su vida.

¿Porque tenia que hacer todas esas cosas?, me pregunte enfadada. 

Y la respuesta era simple: porque por primera vez sentiste "amor" hacia alguien.

Me odiaba, odiaba ser tan débil ante los encantos del estúpido de Juan, esa sonrisa enamoradora y su tenebrosa forma de ser. ¿A caso no me bastaba con el bello y educado Steve? Me detestaba por ser tan testaruda y elegir algo que jamas voy a poder tener.

"Juan Luis Londoño... la única persona que jamas podre tener"

Pensé mientras tocaba delicadamente la pantalla del móvil con su foto.

Se veía tan bonito en la foto, tranquilo y feliz. Con su torso desnudo y su traje de baño color azul. En su mano una botella de vidrio de cerveza. Había encontrado la foto en Facebook, era de sus vacaciones pasadas.

¿Que le habrá sucedido a este bonito y dulce muchacho? Alguien o algo lo hizo cambiar y yo quería saber que era eso y porque cambio al dulce muchacho. 

Sabia que se dedicaba a las apuestas, lo había comprobado el día que le salve la vida, lo habían golpeado por no pagar el dinero que había apostado. Pero ¿como podía hacer para sacarlo de ese oscuro poso al que estaba metido?

Cuando mi reloj marco las diez y media me dispuse a dormir, me coloque mi pijama largo y me tome otra dosis de pastillas para el dolor. Me metí en la cama rápidamente y cerré los ojos intentando concebir el sueño.

Pero lo único que obtuve a cambio fue el flashback del beso con Juan.

Una y otra vez. Como un disco rayado.


Cambios (Maluma & Tu) *Terminada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora