▪ Capítulo 43 ▪

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Me acomodé el cabello detrás de las orejas mientras la luz del semáforo estaba en rojo. Miré por el retrovisor a los demás autos y dejé caer un poco los hombros. Cada vez que leía los letreros sentía un pesor en mi pecho.

«todo va a estar bien, tienes que estar feliz» me dije a mi misma antes de bajar del auto. Caminé entre la gente, la madre de Carter me alzó la mano para que la localizará mejor.

— Evelyn, linda. Cuánto me alegra verte — me abrazó

— Hola señora Evans — sonreí — ¿aún está aquí? Por favor dígame que si...

— si — respondió con una sonrisa, pero en sus ojos podía ver lo triste que se estaba poniendo — está por allá con tú hermana y Brooklyn — señaló a los chicos que estaban al lado de unos hombres con traje

Caminé hacia ellos y abracé a Carter directamente. Él se sorprendió un poco, pero me correspondió el abrazo.

— pensé que no ibas a despedirte de mí — murmuró contra mi hombro

— No... — dejé escapar una lágrima — nunca me olvidaría de ti, deja de decir tonterías

Limpió la lágrima rebelde que se me había escapado y me miró con ternura.

Al escuchar por el altavoz que el vuelo de Carter ya había empezado a abordar sus padres se acercaron para despedirse de él.

Me alegraba por él ¿y que amigo no se alegraría por ver feliz al otro? Me dolía dejar ir todo lo que ya conocía, a lo que estaba acostumbrada. Mi intento por retener las lágrimas falló por completo. Carter abrazó a Brook para despedirse y ella lo recibió con fuerza.

— voy a extrañarte bastardo — parpadeó varias veces para ahuyentar las lágrimas — envía mensajes en cuanto veas algo grandioso.

— lo haré — sonrió

Brooklyn le golpeó levemente el hombro. Kate lo abrazó mientras él aún iba a abrir los brazos.

— te diría que no voy a extrañarte, pero... Esa sería una mentira...

Mis ojos parecían goteras las cuales no podía controlar. Carter se colocó frente a mí. Lo abracé nuevamente y apoyé la cabeza cerca de su pecho. Me puse de puntas para abrazarlo correctamente.

— Te voy a extrañar — murmuré — promete que me enviarás fotografías — me separé dejando las manos sobre sus hombros — te deseo suerte y Carter...

— ¿si, Ev? — me miró a los ojos

— cuídate mucho

— sé que sonará extraño y que probablemente....

Besé su mejilla antes de que terminara de hablar

— también te voy a extrañar Evy y no sabes cuánto — sus ojos empezaron a ponerse vidriosos — suerte en Columbia, eres una chica muy brillante, linda y sé que eres capaz de muchas cosas que nadie te diga lo contrario — fijó su mirada en la mía como si quisiera recordar y guardar cada detalle

— estaré aquí para Navidad y año nuevo — dijo a sus padres, tranquilo y tomando compostura

Una voz femenina y dulce volvió a avisar que el avión estaba listo para abordar. Carter tomó sus cosas y antes de tomar su lugar en la fila se giró y se despidió de nosotros con la mano y con una sonrisa

La señora Evans dejó escapar un sollozo mientras que el señor Evans le frotaba el hombro con una sonrisa en el rostro, podía notar que era una sonrisa de orgullo; el orgullo que sentía de ver a su único hijo ir en busca de sus sueños.

Me mordí el labio al momento que correspondí a su despedida de la misma forma que él. Empezó a caminar y se perdió entre los demás pasajeros.

Nos quedamos hasta que el avión de Carter despegó. Frote mis brazos un rato y luego limpié las lágrimas que aún seguían resbalándose por mis mejillas. Lo quería como a un hermano y me sentía feliz y triste al mismo tiempo, al igual que me sentía orgullosa de él.

— Ev, iremos con los Evans ¿quieres venir? — preguntó Brook

— Gracias, pero tengo unas cosas que hacer en casa...

Brooklyn asintió y me dio un fortísimo abrazo. Caminé hacia el auto y antes de ponerme en marcha me miré en el espejo, mis mejillas se habían puesto rojas al igual que mi nariz. Encendí el motor y me puse en marcha.

— ¿Cómo fue todo? — preguntó mamá mientras las dos poníamos la mesa para cenar

— horrible. odio las despedidas — la miré — sabes que no son lo mío

— lo sé cariño, pero fue bueno que estuvieras ahí para Carter — dejó los platos sobre la mesa.

Una vez listo todo, tomamos asiento para cenar. Tomé una cucharada de puré para llevarlo a mi boca. Mamá me miró de una manera extraña, como si estuviese descifrando lo que estaba pensando

— ¿Cómo vas con ese tal Christopher? — preguntó seria

Era de esperar que el encanto que le producía Christopher se acabara después de todo lo sucedido y lo digo más por esa noche que no dormí en casa, a parte por la pequeña discusión que tuvimos por "la Universidad".

Él y yo ya no salíamos tanto, pero seguíamos en contacto, aunque últimamente él había estado serio cosa que no era normal en él, porque nunca era demasiado serio. Sus respuestas estaban algo cortantes y vagas.

— seguimos igual — dejé la cuchara y empecé a jugar con el borde del vaso — estoy asustada, no sé qué hacer con todo esto

— seguramente él lo va a entender cariño. Tú sabías que le tenías que decir lo de Columbia y que no iba a ser fácil, ya lo hiciste ahora deja que él lo piense un poco, dale tiempo; ya verás que todo se va a arreglar

— eso espero... — suspire

Simplemente Mi Chico MaloWhere stories live. Discover now