—¿Está dormida?

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—¿Está dormida?

—Sí, Almagor. No la despiertes, el tío Elijah dijo que está cansada.

—Pero está muy brillante Briza.

—Es por lo fuerte que es. ¿No viste lo que hizo con los hombres malos ayer?

¿Ayer?

¿He dormido más de doce horas?

—Eso fue asombroso —exclama con admiración Almagor—. Ageysha es la mejor. —Ambos chicos se inclinan hacia mí y besan mis mejillas—. Gracias por salvarnos.

—Te quiero, Ageysha.

—También los quiero. —Intento abrir mis ojos y lo logro. Parpadeo varias veces para enfocarme en los rostros de los dos niños que se han convertido en personas muy importantes para mí.

—¡Ageysha! —Dos cuerpos pequeños se empujan contra el mío y pequeños brazos rodean mi cuello en un abrazo rompe huesos.

—¡Jesucristo! ¿Qué les dieron de comer hoy? ¿Espinaca? —Sonrío cuando ambos hacen caras al nombrar la verdura, que me he dado cuenta odian comer.

—¡Guácala!

—Oh vamos, la espinaca es lo que a mí me hace fuerte.

—¿De verdad? —La inocencia de ambos niños es conmovedora.

—Por supuesto. ¿De dónde creen que saco todo mi poder y mi fuerza? De la espinaca, la zanahoria y todas las verduras que como.

—Hmmm. —Ambos niños se observan incrédulos. Me abstengo de reír para evitar perder credibilidad—. Creo que tendremos que comernos las verduras Briza.

—Sí, Almagor. Debemos comer verduras si queremos ser como Ageysha.

—Me parece muy bien. —Mi estómago decide que es el mejor momento para rugir y lo hace fuertemente.

—Creo que el estómago de Ageysha quiere una zanahoria. —Ríe Almagor.

—O espinaca —concuerda entre risas briza.

—Vamos abajo, chicos. Creo que tengo hambre.

Los tres tomados de las manos salimos del cuarto de enfermería donde me encontraba. Sólo doy dos pasos fuera para que mi boca literalmente caiga abierta.

—¿Pero qué en nombre de todo lo sagrado?

—Sí, bueno. —La voz de Elijah tras nosotros me sobresalta.

¡Te amo, maldita sea!

Su confesión se repite en mi cabeza. Es tan sexy, sus jean descolgados, su hermosa sonrisa, sus brillantes y sinceros ojos, su hoyuelo, su cabello despeinado. Me gustaría amarle de igual manera. Pero. ¿y si algo le ocurre a él o a mí? Esta guerra aún no termina y temo vivir de nuevo lo que experimenté con la muerte de mis padres.

ALMAS ( Entre El cielo y el Infierno #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora