Capítulo 23: Los Magos.

Comenzar desde el principio
                                    

No dije ninguna palabra y me senté en el suelo, eran muchas cosas las que me decían y a la vez, nada. No podía comprender demasiado lo que decían, no era como ellos, yo era joven y no podía entender sin muchas explicaciones, tal como había dicho el mago de gris. Pensé por un tiempo, y luego recordé a Negan, necesitaba que ellos pudieran darme pistas de lo que tendría que hacer a continuación. Primero que nada tenía que perdonar a los traidores, eso lo comprendí. Y en parte, ya lo hice.

¿Nada para decirme con relación a Negan?

—Son nuestras elecciones las que muestran lo que somos, mucho más que nuestras habilidades —respondió el mago con la varita, y luego el otro agregó—: Si vuelves, no vas a ser la misma.

— ¡Pero eso no me dice nada! —grité desesperada mientras me levantaba y notaba que ya no me encontraba con ellos. Volvía a estar donde me había tirado acostar anteriormente. No había nadie que se encuentre cerca mío, me alegre de eso, porque no iba a despertar a nadie.

Me levante a regañadientes del suelo y me acomode la ropa, seguía estando con la misma que tenía hace días. Pero es que no conseguía otra muda para poder cambiarme. Era poco higiénico, pero dentro de unos días, podré cambiarme. Así es la vida cuando se encuentra uno en un Apocalipsis Zombie, ¡hasta te salen pelos! No entiendo como hacen los de las películas y demás, ellos siempre bien lampiños, y yo... un gorila parezco ya.

Solté una leve carcajada ante mi pequeño pensamiento y luego emprendí el camino hacia las afueras del Reino, para ver que estaban haciendo los otros. No me encontré con nadie, entonces fui directo a las hamacas para poder pensar y relacionar todo lo que me ocurrió en el sueño, tenía que comprender las palabras de los dos viejos sabios que me habían hablado y transmitido. Tenía que poder saber el significado y poder descubrir que es lo que yo debía hacer.

Sin más, me senté en un columpio y con mis piernas empecé a balancearme, ¿Qué quieran decir con traición, y con las elecciones y que si volvía iba a ser otra? Las únicas conclusiones que yo podía sacar eran:
1- Tenía que perdonar a los que me traicionaron, lo cual ya hice, Perdone a Carl, a Matt, a Lucy y a todos los que traicionan.
2- Tenia que elegir en el tema de Negan, que era correcto y que era lo fácil.
3- Había algo relacionado con la venganza que yo quería realizar, y supongo que trataba de eso.

Si yo iba a matar a Negan, y regresaba victoriosa, ¿iba a ser la misma? Claro que no, tendría a otra persona más asesinada por mí en la lista, pero también, cumpliría la lista de gente que yo debía matar. Él se merece la muerte, por todo lo que me hizo pasar, al grupo, a las chicas en su prostíbulo, a todo aquel que le hizo daño, Negan merece sufrir y yo era la encargada en cumplir con esa misión. Yo tenía que matarlo, nadie más.

— Hola, ____.

Mire hacia mi costado derecho, y note como la hamaca que se encontraba ahí comenzaba a moverse, le sonreí levemente y luego asentí con la cabeza.

— Hola Benja, ¿Cómo estás?

— Bien, pero no vengo a eso. Tengo que confesarte algo —dijo mirándome fijamente a los ojos, su rostro parecía preocupado, me estaba asustando y no lograba captar cual era el mensaje que me tenía que transmitir—, vi a Luna entrando a la habitación de Carl, y salió con una sonrisa tremenda. No entiendo que es lo que pasa, pero creo que quizás querías saberlo.

Formulé una mueca en mi rostro, y mire hacia delante ¿Luna con una sonrisa? ¿No que Carl había terminado todo? Me estaba confundiendo cada vez más este chico, y yo no iba a tener canas verdes por su culpa, nono.

— Gracias por decirme —susurré levantándome de la hamaca, y yendo hacia él para depositar un beso en su frente para luego darme la vuelta e irme lejos de ahí. Sinceramente ahora lo menos que quería era estar rodeada de gente, prefería la soledad.

— Solo no quiero que estés mal, y que nadie te haga daño... —comentó tomando mi mano haciendo que retrocediera y girara mi cabeza hacia él.

— Lo sé, y muchas gracias.

Benja sonrió y me soltó. Empecé a caminar hacia donde estaba la tienda de mi padre (la cual compartía con Carol), y tomé a Aguja, tenía que pasar un tiempo a solas y poder practicar con mi puntería, en realidad no era práctica, sino que más bien mejorarla.
En fin y al cabo, me dirigí a la entrada del Reino, la muralla. Miré haca ambos lados y note que estaban Rick y Michonne haciendo la guardia, sabía que ellos no iban a dejar que me vaya, entonces comencé a caminar hacia la derecha para poder ir a un lugar que nadie me viera, noté que había un árbol cerca de ahí y comencé a treparlo poniendo la ballesta en mi espalda. Al llegar a la rama más alta y más cercana de la muralla, salté hacia el otro lado.
Mis pies tocaron el suelo, y terminé haciendo una vuelta al carnero hacia el suelo. Por suerte no me había lastimado, por más que tenía mal el tobillo, no iba a quedarme encerrada sin hacer nada, yo siempre me arriesgaba.
Cuestión, saqué a Aguja de donde la había puesto y con ella en mano, comencé a caminar por el bosque, lejos del Reino, y lejos de la gente. Necesitaba un momento a solas, y sabía que estando allí no iba a conseguirlo.

<CRACK>

Escuché un ruido, me quede en el lugar, mirando hacia los costados intentando encontrar quién o qué había sido el causante del mismo. Había sonado como una rama rota, y se podían distinguir crujidos de las hojas que se encontraban en el suelo. Tragué saliva algo nerviosa, primero pensé que era Negan, y al ser así, sabía claramente que su vida iba a terminar en este preciso momento.
Pero no fue así, un Walker salió detrás de un arbusto, y le disparé rápidamente en su cabeza, logrando matarlo sin tener ningún tipo de dificultad.

<BANG>

El sonido de un disparo se hizo presente, y lo único que pude hacer a continuación, es quedarme en el lugar.

La pequeña Dixon. ~Chandler Riggs.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora