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Capítulo 12


La cama se movía constantemente, el rizado tomaba la pequeña cintura del chico mientras que este se movía sobre él. Ambos estaban sudando. La visión de Harry era un poco borrosa, apenas podía ver al castaño brincando constantemente sobre él mientras que presionaba las manos sobre su pecho. Escuchaba en forma de eco sus continuos gemidos y como aceleraba sus movimientos. De momento, el castaño se detuvo muy exhausto. Eso no le pareció al rizado y con un solo brazo, rodeo su cintura y lo atrajo hasta él. Unió sus labios en un beso sucio y apasionado y el castaño comenzó a gemir en sus labios cuando Harry se encargó de las embestidas y...

David aplaudió en su rostro y lo sacó de sus pensamientos. – Hey, enamorado. ¿No piensas cambiarte? –preguntó−.

La realidad le llegó de golpe y se vio el mismo parado en los vestidores, mirando hacia la nada como un idiota y solamente con una toalla alrededor de su cintura. Sintió alivio al saber que aún la conservaba ahí, los chicos eran bastante pesados y si uno de ellos se distraía después de tomar una ducha, bajaban su toalla hasta el suelo. Harry había hecho eso innumerables veces con los demás y no le sorprendería que en algún momento eso se lo hicieran a él, que bastante merecido se lo tenía.

− ¿En qué tanto piensas? –volvió a preguntar David con una mirada pervertida−.

−En ti –bromeó−.

−Me has alegrado el día, en serio.

Harry sonrió y abrió su casillero para sacar su ropa y vestirse.

− ¿Y Samantha?

Aclaro su garganta. –Entrenando, supongo.

−Ah, entonces no te ha ido bien con ella ¿cierto?

−Se ha vuelto un problema hacerlo con Samantha estos días –contesto bastante frustrado y cerro el casillero con fuerza−.

−Joder, ¿aún no le has dicho que te acostast...

−No –interrumpió rápidamente y miro hacia los lados. Una vez que se aseguró que nadie había escuchado, volvió su vista hacia David y le miro con seriedad. –No.

David sonrió. –Explícame, ¿tienes problemas al hacerlo con ella porque la consciencia te tortura, o porque ya nadie puede satisfacerte como lo hizo Lo...

−Que te calles, por la puta –interrumpió enfurecido y volvió a mirar hacia los lados−.

− ¿Por qué no has ido a verlo? tú dijiste que lo verías cuando regresaras de Los Ángeles. Ya ha pasado una semana.

Chasqueo la lengua y se encogió de hombros. –Sinceramente, no es algo que me importe. Además, no vale la pena.

David frunció el ceño. − ¿Por qué?

−Porque me mandará a la mierda y no me gusta que me manden a la mierda. Va contra mi orgullo.

−No seas imbécil. ¿Cómo sabes que te mandará a la mierda ni siquiera lo has intentado?

Harry lo miro sin expresión. −David, es Louis. Me odia tanto que si tuviera una pistola me dispararía veinte veces y para asegurarse de que esté completamente muerto, me dispararía tres veces más. Y en la cabeza.

−Ya, entiendo. Hum... −se quedó pensativo un momento y Harry aprovechó para ponerse una camisa. − ¿Y sí te ayudo?

Frunció el ceño. − ¿Cómo?

Keep DancingWhere stories live. Discover now