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||Capitulo 2.

Una semana después.

Louis William Tomlinson, 7:00 pm.

Los ruidos en la cocina, resonaban por todo el departamento. Por lo tanto, Louis no pudo seguir durmiendo y abrió sus ojos con lentitud. Se llevó ambas manos a estos y los masajeo un par de segundos.

Se sentó sobre la cama y comenzó a mover su cabeza de un lado para otro con los ojos cerrados. Estiro sus piernas y pies escuchando como tronaban en cada movimiento. Bostezo de manera silenciosa y miro todo a su alrededor un tiempo.

Una vez que termino de darse una ducha y arreglarse, se despidió de Niall prometiéndole que comería algo en el camino y salió de los departamentos encaminándose a la compañía.

Esa mañana era muy fría y nublada. Se envolvió mejor en su abrigo y escondió su boca y nariz en su bufanda de color marrón. Louis odiaba el frio con todas sus fuerzas, el prefería el calor mil veces y era algo irónico que viviera en una ciudad tan fría. De todas formas terminaría por irse en cualquier momento, y vivirá en una ciudad calurosa, donde pudiera meterse a la playa sin tener morir de neumonía a causa de lo fría que estaba el agua.

Tenía muchísima hambre, no había comido en días y ahora tenía un hambre bestial. Sintiéndose culpable compro un pequeño chocolate y literalmente, lo devoró de un bocado. Había sido un error. Sus ojos se llenaron de lágrimas mientras masticaba y saboreaba aquel chocolate y comenzó a llorar en silencio mientras caminaba.

Se limpió las lágrimas y se apresuró a tomar el bus para llegar a la compañía. Tenía que llegar a los baños antes de que su estómago digiriera el chocolate.

Cualquier persona que se diera cuenta de lo que pasaba con él, dirían que sufre de anorexia. Y tal vez lo hace, pero él no lo quiere aceptar. Solo son pequeños atajos que practica para adelgazar más rápido.

Era muy inseguro de sí mismo, siempre había recibido críticas sobre su cuerpo y todo eso lo orillo a estar en esta situación. Jeff era una de las personas principales de su problema. Por más delgado que se miraba en el espejo, por más que se esforzaba por tener una figura esbelta, Jeff le recalcaba hasta la más mínima imperfección en su cuerpo, diciéndole que un bailarín no debe estar gordo.

Se tomó una botella de agua entera de medio litro de manera rápida. Saco un cepillo de dientes de su mochila y una vez frente a la taza, metió aquel objeto hasta lo más profundo de su garganta y comenzó a toser. Dejo salir todo lo que su estómago necesitaba expulsar y comenzó a sentirse mareado por la fuerza con la que vomitaba.

Una vez que termino, se llevó una mano a la boca para limpiar los restos de saliva que le quedaban y sin ver lo que había vomitado, jalo la palanca. Salió del cubículo y dejo su mochila y sus cosas sobre el lavamanos. Se mojó un poco la cara y se puso desinfectante de manos.

Ahora mismo se encontraba ya en el salón principal de baile junto con su mejor amigo, estirándose y preparándose para la clase en lo que llegaba el maestro. Esta noche Louis y Daniel presentarían un dueto y estaban emocionados, era la primera vez que les tocaba hacer un dueto juntos.

Louis estaba fascinado con el vestuario. Usarían flannels, jeans negros y unos converse negros. Interpretarían a dos personas rudos y por el momento, tenía que concentrarse en sus expresiones faciales. Si no, Jeff le gritaría. Y en estos momentos tenía que impresionarlo, pues terminando las presentaciones restantes, elegiría a los bailarines que irían a una competencia en Los Ángeles, y por supuesto Louis tenía muchos deseos de ir.

Harry Edward Styles, 6:24 pm.

-Harry espera, ya no puedo, me rindo -el rizado negó rodando los ojos y miro la cara de sufrido del castaño. -Déjame aquí, sálvate tú..

Keep DancingUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum