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||Capitulo 4.

Louis Tomlinson, Doncaster.

El rubio estaba sentado en la barra de la cocina, quemándose el cerebro tratando de resolver un estúpido e insignificante problema de matemáticas, que le afectaría en su calificación final si no lo hacía.

Se llevó una rebanada de pastel de chocolate y le movió algunos botones de la calculadora.

En ese mismo momento, la puerta del departamento se abrió y de esta salió Louis, quien tiro sus cosas al sofá y corrió hacia Niall lanzándose a él para abrazarlo y este tuvo que mantener el equilibrio para que ambos no cayeran.

-¡¡Lo logre!! ¡¡Iré a Los Ángeles!! -grito emocionado y Niall rio sin soltarse de la barra. - ¡Me eligieron!

- ¡Genial! -dijo y el castaño se separó de él mirándolo con una enorme sonrisa. Pocas veces Louis sonreía de esa manera. - ¿Cuándo será la competencia?

-El próximo viernes -respondió sentándose a su lado. -Estoy muy feliz, esto era lo que quería. Lo conseguí -dijo volviendo a sonreír. Parecía un niño pequeño, un hermoso niño pequeño-.

-Esto merece una rebanada cargada de pastel de chocolate -dijo deslizándole el plato hasta él. -Comételo antes de que cambie de opinión. Es la última. -Louis hizo una mueca pensativo y miro a Niall. -Come, seguro no has desayunado.

-Bueno -acepto con una enorme sonrisa ansiosa y tomo el tenedor para llevarse un pedazo enorme a la boca. Gimió cerrando los ojos y disfruto de la delicia de aquel pastel. -Dios, esta tan delicioso.

Se llevó otro pedazo a la boca e hizo la misma acción. Y así siguió hasta que se acabó todo el pastel. Niall arqueo una ceja impresionado por la rapidez con la que Louis comía, hubo ratos en los que se atragantaba de la misma desesperación por meterse más a la boca. -Tranquilo, parece que no has comido en días -dijo irónicamente-.

Louis le sonrió apenado y trago el último pedazo que tenía en la boca. Hasta este momento sabía que había cometido una estupidez, estaba tan emocionado que no se dio cuenta de lo que estaba haciendo.

-Mierda, ya son las dos y media -Niall se levantó guardando de manera rápida sus libros en la mochila y se dirigió al perchero para tomar su chaqueta. -Tengo asesorías, ¿no quieres que te lleve a la cena de hoy?

Louis negó y se puso de pie con un nudo en su garganta. En serio que estaba haciendo un gran esfuerzo por no romperse a llorar. Había cometido una estupidez, había mandado a la mierda sus días de ayuno por una rebanada de pastel. -No, Jeff vendrá a recogerme. Descansare un rato.

Niall se encogió de hombros. -Bueno, te veo en la noche. Suerte.

-Ya vete.

El rubio cerró la puerta segundos después de haberle dedicado una sonrisa. Las lágrimas simplemente salieron y descendieron por sus mejillas; dejo el plato donde anteriormente había un pastel de chocolate en el lavatrastos y se sirvió un vaso de agua entero.

Una vez que lo tomo sin detenerse, se dirigió al baño y se puso de rodillas. Se metió el dedo hasta la garganta y comenzó a toser. Cerró sus ojos y dejo que todo saliera de su cuerpo presionándose el estómago para ayudarse. Por lo general siempre procuraba ver que es lo que vomitaba para así provocarse náuseas y no volver a comer lo que estuviera expulsando.

Pero esta vez no quería ver nada. Sintió de nuevo ese ardor en su garganta y sus ojos se llenaron de lágrimas. Una vez que termino, jalo de la palanca y cerro la tapadera para recargar sus brazos en esta. Sentía que el aire se le iba, cada vez era más difícil esta situación, y la razón era por ese dolor tan horrible que aparecía de repente en su garganta.

Keep DancingWhere stories live. Discover now