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Niall había traído a sus amigos al departamento a pasar el rato. Y como Louis quería estar solo esa noche, se encerró en su habitación y se colocó la laptop en sus piernas.

Estaba feliz porque acababa de salir de una dieta la cual conllevaba solo 3 días. Se llevó el último pedazo de papaya a la boca y comenzó a teclear. La dieta de la papaya le había dado efecto, no como el esperado, pero le dio.

Buscaba una dieta más estricta, más fuerte; quería bajar de peso más rápido.

Era bastante difícil encontrar una dieta porque nunca tenía los ingredientes que se necesitaban. Eran pocos, pero difíciles de tener en casa. No es algo que vas a comprar comúnmente al supermercado. 

Dándose por vencido, decidió mejor entrar a su blog favorito y comenzó a ver las fotos que habían subido recientemente. Fotos de personas extremadamente delgadas, site models, ropa hermosa que encajaba perfectamente en el cuerpo de esas personas; cosa que a el jamás se le miraría de igual forma.

Después de un largo rato de lo mismo, cerró la laptop y la hizo aun lado. Como no había encontrado una siguiente dieta, decidió hacer ayuno por los próximos tres días. Solo mientras encontraba una dieta que lo convenciera.

Con todo el cansancio del mundo, conecto el cargador a su teléfono y puso algo de música. Louis no se permitía estar sin hacer nada por mucho tiempo, a no ser que tenga que dormir. Necesitaba quemar las 114 calorías que había consumido en el día, y para ello, haría ejercicios aeróbicos, como solía hacerlo al final del día. 

Era bastante pesado para el levantarse a las seis de la mañana, para tomar su primera clase de baile, que era contemporáneo a las seis y media; pasar todo el día bailando hasta su hora de salida, nueve y media, para después llegar a casa y seguir haciendo ejercicio. Pero él creía que estaba bien, pues había leído que si se mataba haciendo ejercicio hasta el cansancio, era mejor y quemaba las calorías más rápido. El problema, es que él no se daba cuenta que no había calorías que quemar.

En el cuarto de Louis no había espejos. Le aterraban. Él ya sabía que era un obeso, ¿para qué seguir recordándose eso cada vez que pasaba frente al espejo? El único espejo que había en esa habitación era el de su baño, y nunca ponía su mirada en el a no ser que estuviera recayendo y necesitara un impulso más para seguir vomitando.

El espejo le recordaba que tenía que seguir haciendo lo que hacía, porque era gordo, siempre lo había sido. Él siempre había sido el amigo gordo que nadie tomaba en cuenta, el amigo menos atractivo y popular, el amigo que comía hasta reventar mientras los demás se cuidaban, el amigo más débil frente a un plato de comida, el amigo que recibía insultos y bromas ofensivas por su peso día tras día. El, siempre había sido el amigo feo.

El tan solo recordar cada una de estas cosas, le daba el coraje suficiente para seguir adelante en lo que hacía. Cada una de las lágrimas que derramaba valdría la pena al final. El no pararía hasta ser delgado. Y si para eso necesitaba poner su vida en peligro, lo haría.

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La casa de los Styles estaba repleta de gente. Los chefs se encontraban preparando la comida, los meseros atendiendo a la gente, los DJ'S ocupándose de la música, los invitados ya sentados en las mesas del jardín, los bailarines haciendo lo suyo, los primos pequeños corriendo y jugando por todo el lugar, y el rizado platicando cómodamente con todas sus primas en una mesa un poco más apartada, con un vaso de whisky entre sus manos.

Sus amigos estaban en una de las mesas de hasta el final, bromeando y riendo entre ellos. Cada uno llevaba consigo a sus respectivas novias, lo cual era bastante incómodo para Zayn y Richie porque el moreno era gay, y el regordete no tenía ningún interés por alguien. El afirmaba que era el claro ejemplo de que no todas las personas encuentran al amor de su vida, por lo tanto moriría solo y no le incomodaba en lo más mínimo. 

Keep DancingWhere stories live. Discover now